Santiago Sastre

Los más débiles

«Lo más terrible es que sean los mayores los que paguen el pato»

POR SANTIAGO SASTRE

Yo creo que hay una concienciación general sobre la importancia de quedarse en casa para evitar la propagación del virus . Hay que confiar en los profesionales que se ocupan de la sanidad y de dar respuestas a las necesidades básicas. No es el momento de analizar en términos políticos lo que ha sucedido, tiempo habrá después. Pero llama la atención la falta de previsión y la falta de equipamiento para atajar el coronavirus (aparatos y medidas de protección). Nuestro sistema de salud se ha mostrado especialmente débil . Es una pena que el dinero público no se haya destinado a robustecer nuestro sistema de salud, empleándolo en cosas secundarias o terciarias. Y da tristeza ver nuestro futuro Hospital del Polígono, ahí paradito , viéndolas venir con la que está cayendo.

Lo más terrible de la situación es que sean los mayores los que paguen el pato. Por un lado, porque se realiza un escrutinio a los enfermos atendiendo a la esperanza de vida , que supone que hay ciudadanos de primera y otros de segunda. Y después la penosa situación en las residencias de ancianos , que no cuentan con la equipación ni con el personal suficiente para atenderlos. Y desde luego que no hay que descuidar a los demás enfermos (por ejemplo a los que padecen cáncer), aunque el coronavirus sea lo prioritario. Si siempre se dice que cada uno muere solo (el acto de morir), ahora se muere más solo que nunca , de modo que la despedida de los fallecidos resulta aún más dolorosa.

En relación con los niños, es encomiable la labor de los profesores para enviarles tareas y trabajar con ellos por internet para que el curso continúe…Eso está muy bien, pero no es lo mismo: ni el aprendizaje, ni la valoración del trabajo ni la socialización. Pienso que cuando la amenaza del coronavirus remita, la enseñanza será lo último en normalizar , porque en las clases conviven muchos alumnos. Y para que este curso escolar no se pierda entonces habrá que alargar el calendario escolar: es decir, habrá que aprovechar con intensidad junio y quizá julio, pese a los calores.

La crisis del coronavirus me pilló explicando los derechos humanos en la Universidad, haciendo hincapié en la importancia de la dignidad humana, el valor que tiene cada persona. En la situación que estamos viviendo vemos cómo se resienten los derechos y, lo que es peor, cómo lo sufren los más débiles . Ojalá sea por poco tiempo, que no se incrementen los muertos y pronto podamos reestablecer la anhelada cotidianeidad.

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