Santiago Sastre

Después del verano

«Está claro que la vida sigue y entre todos debemos empujar el carro»

POR SANTIAGO SASTRE

Este verano al final he podido salir de viaje al comienzo (a La Rioja y al País Vasco) y al final (a Galicia) del verano. Tenía claro que tenía que ser un viaje por España para poner mi pequeño granito de arena a la reactivación económica. He podido escribir y leer en la piscina de mi comunidad, aunque al final la cerraron para cumplir con una normativa demasiado exigente. He publicado un libro de poemas titulado A cuerpo gentil, del que saqué cuarenta y cinco ejemplares, que no he podido presentar y que circularán entre mis amistades. Y he terminado un libro sobre la vida y la obra del escultor nambroqueño Gabriel Cruz Marcos. De modo que este verano ha sido productivo.

Está claro que la vida sigue, no igual (como cantaba Julio Iglesias) pero continua y entre todos debemos empujar el carro. Es preocupante el comienzo de los coles , pero hay que apostar por la presencialidad porque la educación exige el componente social del profesor y de los compañeros. Es conveniente la reactivación de la economía, porque si no se deteriorará la democracia, costará mucho volver a reconstruir el tejido económico, el Estado no podrá asumir el coste del paro y se incrementará la delincuencia. Quizá convenga pensar que el error de muchos negocios es pensar solo en los turistas (que es un público fácil porque está de paso) y no en los toledanos. Cuando salgo de cañas con mis amigos voy a un sitio donde no me den un sablazo y me traten con delicadeza. Últimamente me desplazo al barrio del Polígono, cuyas terrazas están muy animadas, con gente y tratan con mucha amabilidad a la clientela.

Salvo que haya casos concretos de personas contagiadas, no se debe recortar la asistencia a la gente a los sitios , una vez que todos están concienciados en ir enmascarillados. En algunos sitios recortan con tijera estricta y en otros con tijera ancha (Puy du Fou) y esto suena a improvisación y arbitrariedad. El sector de la cultura se está desangrando y debería contar con más apoyo (los músicos, editores, actores, etc.) No hubiera estado mal haber pensado en otro Toledo durante esta época: peatonalizar el casco, potenciar actividades culturales en la calle, hacer una campaña de recuperar el casco para los toledanos y potenciar sus servicios. Pero desgraciadamente ha sido una ocasión perdida. Y, por supuesto, exigimos presencialidad en la asistencia sanitaria. Es paradójico que para protegernos del coronavirus se deteriore la salud (física y mental) porque no podamos ver a nuestro médico. Pienso en especial en los niños, los enfermos y los ancianos. No pagamos la Seguridad Social para que nos atiendan por teléfono o por ordenador. Y es triste que el dinero de nuestros impuestos (el famoso superávit), que debía repercutir en el bienestar de los toledanos, ahora se lo lleve el presidente del gobierno para tapar sus agujeros. ¿Qué mérito tiene entonces haberlo ahorrado?

Finalmente, hay que reactivar una cadena fuerte de solidaridad en los tiempos que corren , en los que mucha gente pasa necesidad. La Iglesia católica hace muchas cosas (sobre todo a través de Caritas). Pero la solidaridad no es una cuestión religiosa. Las asociaciones de vecinos deberían centrar su actividad en el apoyo a las familias que peor lo pasan. El cemento de una sociedad es crear lazos para conseguir fines comunes. El de ahora es ayudar a los que necesitan, que son muchos . La vida es una carretera extraña y en cualquier curva puede cambiar nuestro modus vivendi de la noche a la mañana. La ciudad de Toledo está herida porque están heridos muchos toledanos. Y en esa tarea todos podemos ser médicos y enfermeros.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación