Santiago Sastre

Desde mi confinamiento

«En el fondo la familia es el lugar donde nos refugiamos, donde estamos a salvo»

POR SANTIAGO SASTRE

Solamente la literatura pudo prever que viviríamos una situación como la que estamos viviendo con el coronavirus (algo parecido, aunque más terrible, imaginó el escritor argentino-toledano Mario Paoletti en su novela Hotel Fénix , publicada en el 2008).

En este contexto en el que nos puede invadir el pesimismo conviene fijarse en algunas cosas positivas que nos levantan el ánimo . Quizá una de las más llamativas es la solidaridad, es decir, la oleada de altruismo y el reconocimiento del importante papel de muchos trabajadores. Me emociona ver, por ejemplo, cómo se entregan muchos profesores a la tarea de mantener sus clases a través de internet y cómo algunos jóvenes se ofrecen a echar una mano a los ancianos (a hacer la compra y bajar la basura). Sin duda, hay una actitud de gratitud a las personas que hacen que este país no se paralice (por ejemplo a los transportistas) y también a las que luchan para librarnos del coronavirus poniendo en riesgo su salud. Nunca como ahora advertimos la importancia de su papel. Me conmueve cuando salgo todos los días a mi ventana a las ocho de la noche a dar un aplauso de ánimo a los profesionales de la salud y ver cómo lo hace también gran parte del vecindario. Estamos separados, sí, pero algo nos une, pertenecemos al mismo espacio colectivo y tenemos la misma esperanza.

También este tiempo revaloriza el papel de la familia , que siempre nos protege de manera incondicional. En el fondo la familia es el lugar donde nos refugiamos, donde estamos a salvo. Su apoyo afectivo y económico resulta primordial ahora. Es muy probable que el coronavirus, que pone en primera línea de playa la debilidad del ser humano (o sea, su contingencia), nos haga ser mejores personas. Ojalá sea así.

Es difícil pensar que entrará la primavera el 21 de marzo y nos pillará en plena reclusión para evitar la propagación del virus . Ese día también se celebra el día mundial de la poesía. El confinamiento también ha puesto de relieve la importancia de la cultura para emplear el tiempo con provecho, en mi caso sobre todo con el cine y con la lectura. El objetivo último de la cultura, como han destacado muchos escritores, es estimular la sensibilidad, abrirnos más los ojos e invitarnos a vivir con más corazón. En el fondo eso es lo que debería de enseñarnos el coronavirus: que el hombre es más fuerte cuando piensa en los demás , cuando se conecta con su familia particular y cuando se siente perteneciente a otra familia más amplia: la humana.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación