Santiago Sastre
La bailarina Susana Sánchez
Susana Sánchez ha estrenado un nuevo espectáculo en el Círculo de Arte que lleva por título Hodós
Conocí a Susana Sánchez gracias a la actriz Rocío Repérez (así la bauticé porque se llama Rocío Pérez Pérez). Desde el primer momento que la vi bailar me quedé ojiplático porque me impresionó. Ella es experta en improvisación, en baile de corte contemporáneo. Con ella tuve tal flechazo que me acompaña casi siempre en todas las presentaciones de mis libros. Y me siento muy afortunado por ello.
¿Cómo es posible que no supiera nada de una persona con tanto arte hasta hace poco? Lo cierto es que Susana Sánchez estaba dedicada a su familia y fue sobre todo después de una ruptura sentimental cuando empezó a darse a conocer en el mundillo de la danza y el teatro. Después de una operación en la que le extirparon el útero, hizo una exposición con fotos de su cuerpo desnudo, con la cicatriz aún caliente, con la intención de reconocerse y de asumir su cuerpo, del que volver a nacer de nuevo como otra mujer. Las fotos eran impresionantes y la actuación (o performance) que hizo cuando tuvo lugar la inauguración nos dejó a todos con la boca abierta.
Ahora es noticia porque acaba de estrenar un nuevo espectáculo en el Círculo de Arte que lleva por título Hodós (que en griego significa camino), que es un homenaje sobre todo a los pies. Pies que nos sirven para andar, para estar en contacto con el suelo, para probar la temperatura del agua, para vestir con distintos zapatos –babuchas, zapatos de trabajo, de boda, con tacones, zapatillas-, para embellecer, para expresar ideas, para guardar un parentesco con las manos. La actuación fue una maravillosa combinación de literatura, música, vídeo y sobre todo danza. Sería muy recomendable que este espectáculo no se quedase en una actuación, sino que se llevase a cabo por distintos teatros, para que pudiese ser disfrutado por más gente, porque supone una visión del arte muy brillante y particular (con una revalorización en favor de la libertad y la igualdad de la mujer), que no estamos acostumbrados a ver. Susana imparte talleres de movimiento corporal, de danza-teatro, de pilates, de danza para enfermos medulares y muchas cosas más. Desde luego que es una magnífica profesora y una artista como la copa de un pino y así lo demuestra cada vez que actúa, como en la presentación de mi último libro sobre la prisión y fuga de san Juan de la Cruz. A mí me ha abierto una nueva visión del arte de la danza. Ya decían los clásicos que el movimiento (del que el rey quizá sea Heráclito con su célebre todo fluye) es sinónimo de vida. Ver bailar a Susana es eso: una explosión de vida.