Santiago Sastre
Los astronautas
«Lo que peor llevo es lo de la mascarilla»
Me siento un astronauta cuando voy a salir a la calle a comprar. Me abrigo más de lo normal, me pongo guantes y a veces una mascarilla. Lo que peor llevo es lo de la mascarilla, porque me impide respirar bien y el vaho que genera me empaña las gafas. Pero las mascarillas son necesarias para quien esté atendiendo a gente, pero no para el resto de la población , mientras guarde una mínima distancia entre las personas. Pero al final se ha impuesto la práctica del enmascaramiento.
También noto que compro con más prisa , sin el detalle con el que antes lo hacía. Y siempre procuro mantener esa distancia con los que están comprando conmigo, como si apareciese una sensación de sospecha. Por precaución a mis padres les dejo la compra en la puerta (¡Cuánto tiempo sin besarlos!) Y luego está el rito al llegar a casa: desprenderse de todo con cuidado y, sobre todo, lavarse las manos , porque pensamos que el bicho viaja sobre todo en las manos. Y luego la reclusión en casa, con mucho tiempo dedicado a atender a los alumnos, a la lectura, a la escritura y a cocinar. Y a hablar por teléfono . Muchas tardes suelo hablar con Jesús Muñoz, el editor de Ledoria (¡el año que viene su editorial hará 25 años!) Su mujer es enfermera y, para evitar el posible contagio, durante este tiempo vive en otro sitio y él con sus hijos en su piso de santa Bárbara. ¡Qué dura es la separación familiar con personas que trabajan en la sanidad o que conviven con algún contagiado!
Tenemos mucha suerte de contar con una sanidad pública como la que tenemos . Sobre esto llamaba la atención el sacerdote José Anaya en un mensaje reciente al recibir el alta después de estar ingresado con coronavirus en el hospital Virgen de la Salud (y se refería al personal sanitario también como astronautas). Siempre podrá mejorar, pero hay que valorarla como se merece, pues se antepone el cuidado a la salud frente al dinero. ¡Qué ejemplo el de Gerardo López Laguna llevando comida caliente al mendigo instalado en Zoco y a muchas familias que no tienen qué comer! ¿Cambiará la sociedad después de todo esto? Ojalá y que sea a mejor. Es verdad que después de la grave crisis económica de 2008 no se cambio nada y, como la canción de J. Iglesias, todo siguió igual. Pero para que se transforme la sociedad lo importante es que cambien las personas , una a una, en su manera de vivir y de concebir la vida. Ahora toca una semana santa extraña, sin procesiones, sin iglesias, con misas por internet, pero en la que abunda el dolor y el sufrimiento. Y en la que ahora más que nunca necesitamos la luz y la esperanza de la resurrección . Estamos recluidos cada uno en nuestra arca de Noé esperando a que escampe el virus. Empecé diciendo que parecíamos astronautas. Y estamos aguardando a poder salir de nuestra nave espacial para volver a la vida que llevábamos en nuestro planeta.