¿Podría estar en Toledo la clave de un complot para asesinar a Hitler?
El investigador toledano José Ignacio Carmona guarda documentos del diplomático alemán Erich Heberlein que podrían relacionarle con Dietrich Bonhoeffer, ahorcado por estos hechos
«Dos hombres españoles vestidos de paisano nos llevaron por caminos solitarios y, después de andar mi mujer y yo varios kilómetros, vimos dos coches de la embajada. Había seis hombres alemanes, algunos los reconocí como miembros de la Gestapo . Se llevaron a mi esposa y a mí. Me empujaron y me senté a la fuerza, pero cuando pasamos cerca de la Puerta de Bisagra vi a unos soldados y empecé a gritar socorro. Los bandidos que estaban a mi lado me cerraron la boca y el alemán que estaba delante me dio unos fuertes golpes en la cara con algún objeto duro...».
Así se narra en el diario personal de Erich Heberlein (Cranz, 1889-Toledo, 1980), diplomático alemán y consejero de negocios de la Embajada de Alemania en Madrid durante las primeras décadas del siglo XX, el secuestro sufrido por él y su mujer, Margot Calleja , a manos de la Gestapo (policía secreta del régimen nazi) en la madrugada del 17 a 18 de junio de 1944. Un hecho que tuvo lugar en su finca toledana de La Legua, a cuya puerta llegó lo que él creía que era una pareja de la Guardia Civil haciendo la ronda por los alrededores, pero la realidad es que la visita de los dos hombres respondía a otro tipo de intereses que aún no se han aclarado.
Su secuestro, relacionado supuestamente con la operación «Ogro» , orquestada por la Gestapo para purgar a disidentes entre los diplomáticos alemanes, incomodó bastante a las autoridades franquistas en unos momentos en los que, ante el inminente hundimiento del régimen nazi, debían tenderse puentes con las potencias vencedoras en la II Guerra Mundial . De ahí que, desde el Gobierno de Franco se lanzaron diferentes mensajes públicos desligándose del secuestro de los Heberlein e incluso en el diario ABC, en abril de 1946, se decía que gracias a unas gestiones realizadas por el general Gómez-Jordana , ministro de Asuntos Exteriores, se había evitado que el matrimonio fuese ejecutado.
Sobre este y otros sucesos relacionados con la Alemania nazi y, en concreto, con los que tienen que ver con el pastor protestante y teólogo luterano Dietrich Bonhoeffer , que fue ahorcado por su supuesta participación en un complot para asesinar a Adolf Hitler, trabaja el importante historiador John McCabe . Siguiendo la pista del líder cristiano que protegió a judíos y también fue presunto miembro de la «Abwehr» (Oficina de Inteligencia Militar), y su posible relación con Heberlein, una colaboradora del investigador inglés ha contactado recientemente con su «colega» toledano José Ignacio Carmona que posee algunos archivos personales del diplomático alemán que podrían arrojar luz al respecto.
Documentos confiscados
El diario ABC ha hablado con José Ignacio Carmona , que tiene en su haber diverso material documental de Heberlein adquirido a través de anticuarios cuando escribió su libro « Santa María de Melque y el tesoro de Salomón », que buscó por tierras toledanas el mismísimo líder nazi Heinrich Himmler . Entre esos documentos se hallan escritos oficiales, fotografías, cartas e incluso partituras musicales del diplomático y también organista alemán, que tuvo relación con el clero y la Catedral de Toledo, donde arregló sus órganos. «Durante mucho tiempo tuve la intuición de que podía haber incluso alguna relación entre las partituras y su secuestro, ya que los nazis encriptaban mensajes en ellas», afirma Carmona.
Todos esos documentos le fueron confiscados a Heberlein durante el tiempo que estuvo preso en los campos de concentración nazis. Sin embargo, los recuperó 20 años después, tras llevar instalado desde el final de la II Guerra Mundial en Toledo, su ciudad de adopción y donde murió en 1980 en su coqueta casa-jardín del Casco Histórico, conocido como «El Rincón» . «El diplomático alemán guardaba una buena relación con el servicio de aduanas español durante su estancia en nuestro país y, por eso, pudo recuperar una caja con sus pertenencias, que nunca han sido investigadas, y de las que yo tengo tan sólo una parte», explica el investigador toledano.
«Lo cierto —relata— es que las circunstancias que rodean el secuestro de Heberlein y su mujer son muy raras porque llegaron a intervenir en él las altas esferas de la inteligencia nazi. Este personaje tuvo mucha relación con los círculos aristocráticos y otros más singulares, como espías dobles, de lo que fue acusado Bonhoeffer, con quien curiosamente compartió sus últimos días antes de ser ahorcado en el mismo campo de concentración donde estuvieron prisioneros otros participantes en el complot que tenía como objetivo asesinar a Hitler».
De ese tiempo da algunas pinceladas Bonhoeffer en su diario, donde cita a una mujer de nombre Margot, que posiblemente sea la mujer del diplomático alemán y él mismo sea uno de los «tres ilustres alemanes» a los que se refiere el teólogo luterano. Tal y como asegura Carmona, el matrimonio afincado en Toledo ya pudo tener relación en España con el supuesto miembro del complot para asesinar a Hitler y, en su opinión, hay dudas más que razonables de que Heberlein participara en ello. De hecho, ambos aparecen además en un listado de detenidos por la operación «Valkiria» , nombre con el que se conoció a esta organización. Por lo tanto, habrá que esperar si los documentos de este investigador toledano pueden desvelar la clave de esta trama histórica.
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