Antonio Illán - ARTES&LETRAS CASTILLA-LA MANCHA
Un paseo ético y estético por un lugar con historia
El autor de Memorias del Cigarral escribe también sus propias memorias sobre asuntos candentes del Toledo actual
El cigarral de Menores, propiedad del autor del libro, Gregorio Marañón y Bertrán de Lis , y que antes lo fuera de su abuelo, el doctor Gregorio Marañón, con quien tomó fama, tiene larga trayectoria y un pasado con numerosas vicisitudes , desde que, hace más de cuatrocientos años, lo fundara el canónigo Jerónimo de Miranda. De su singularidad, de su historia e intrahistoria, trata esta obra .
Memorias del Cigarral es un libro que gira en torno al eje de un lugar ameno que acumula memoria pero que lo trasciende todo y se adentra en los detalles humanos de los protagonistas que han pasado por el sitio y que tiene sus puntos culminantes en las vidas del fundador (siglo XVI), del doctor Marañón (siglo XX) y en la actualidad.
La lectura en profundidad nos ofrece también una lección ética . Se pueden extraer algunas lecciones que, gravitando sobre el lugar, el tiempo y las acciones que suceden, tienen que ver con actitudes humanas y valores sociales, entre los que cabe destaca el valor del diálogo , entendido en su sentido más auténtico, el de hablar y el escuchar, con especial hincapié en el escuchar. En el cigarral se escucha a las innumerables personas que por él pasan.
Se suele afirmar que «lo que se escribe con pasión...se lee con gran interés» . Memorias del Cigarral está escrito con pasión por la historia del lugar y sus habitantes, por la peripecia familiar del autor, por la sociedad y por los individuos que han compartido el espacio (se citan más de 600 nombres de personas), por la naturaleza o el arte. Y hay pasión cuando el autor, traspasando los límites del cigarral , escribe sus propias memorias sobre asuntos candentes del Toledo actual.
Encontrarán interés en la lectura quienes tengan gusto por la historia documentada o el arte , por el género biográfico, los interesados en la vida del doctor Marañón y sus relaciones, quienes deseen adentrarse en algunas claves de la historia moderna de Toledo y, por supuesto, las personas que buscan, más allá de nombres y anécdotas, una reflexión, una actitud ética y una visión del mundo.
Memorias del Cigarra l es un buen texto en el contenido y en la forma expresiva, donde todo tiene sentido afirmado sobre la verdad y la prudencia. El libro es ameno y está bien escrito, con ritmo, prosa ágil, un castellano derecho y sin concesiones al juego retórico . Resuena a novela histórica a veces y a narración emotiva, sin sentimentalismos, otras; en ocasiones se acerca a la crónica periodística, fundiendo información y opinión ; y tiene páginas en las que la prosa se torna poética en momentos especiales, como la descripción de la mañana en que llega al cigarral la voluminosa escultura de Chillida, o cuando habla de las sensaciones diversas en el jardín, por ejemplo.
En Memorias del Cigarral , habla el autor y muchas más personas. Se puede afirmar que es un relato de relatos . El cigarral aporta historia y anécdotas y es causa de que el libro exista. Y causa necesaria es el autor, para quien escribir sobre estas historias y vivencias es intentar capturar el latido que palpita en sus recuerdos y en el propio lugar. Él escribe desde el presente y repara en que la vida se sostiene sobre el pasado y adquiere un sentido con la reflexión de lo vivido por él y por otros. Anécdotas y reflexiones son algo más que una entretenida lectura.
El cigarral es un lugar donde se cristaliza y se refugia la memoria . Este libro es importante porque resuelve la memoria en historia, es decir, lo emocional y lo evanescente se objetiva. El relato va más allá de la suma de anécdotas. Hay más , algo que vive y se perpetúa en el alma del cigarral, que tiene que ver con la convivencia y el humanismo . En el cigarral se comparte opinión y sabiduría, como hacen Lorca o Unamuno con sus lecturas, o Félix Urabayen , los de la Generación del 98, los novecentistas, los del 27, el doctor Fleming o Marie Curie , Azaña o Herriot , Cela , Teresa Berganza o Andrés Segovia , Belmonte o Domingo Ortega , la reina Sofía o Ricardo Mutti …y tanta gente como ha pasado por este lugar toledano. Aquí se tomaba conciencia de que las personas, y sobre todo las que ostentan un liderazgo social, están para transformar la sociedad con hechos y no con retórica.
Gregorio Marañón y Bertrán de Lis investiga lo que escribe, lo piensa, cree en ello, lo siente y lo transmite . El libro está escrito desde la pasión, la objetividad y la verdad constatable, no desde la ficción y la impostura. Esto conlleva una moderación de estilo que consigue el equilibrio. Es importante el fondo y la forma. Y en esta es apreciable el uso exquisito de la lengua, cuyo valor reside en la capacidad de expresar lo que se quiere en las dimensiones del decir, del sentir, del desear, del soñar, del compartir, del amar, del pensar y del convivir. Solo hay que leer con intención, un poco más allá de las anécdotas, para darnos cuenta de esto.
Conociendo el cigarral y leyendo el libro, puede parecer, como afirma Jorge Guillén en aquella famosa décima, que «el mundo está bien hecho». Las páginas de Memorias del Cigarral son un paseo por el lugar, su memoria y su historia, y suponen, a la vez, una experiencia estética y un ejercicio cívico contra el dogmatismo y la intolerancia . Recomiendo este paseo, la lectura de este libro, que, además de las palabras, nos ofrece una excelente colección de imágenes. En este viaje por el espacio y el tiempo hay mucho conocimiento y muchas ventanas abiertas al mundo para deleitarnos.
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