La pandemia dispara las consultas al psicólogo entre los toledanos
En Toledo también han aumentado las tasas de depresión y ansiedad por el impacto de una crisis sanitaria que ha golpeado con fuerza a la salud mental
![Elena Esquinas, psicóloga clínica del HM IMI de Toledo](https://s3.abcstatics.com/media/espana/2022/03/20/elena-esquinas-khSH--1248x698@abc.jpg)
La salud mental de los toledanos ha empeorado con la pandemia. Dos años después, el coronavirus ha dejado heridas físicas y mentales y a una sociedad marcada por el miedo y la desconfianza. La vida ahora es diferente a la de marzo de 2020: confinamientos, muertes, crisis económica, desastres naturales y, ahora, la guerra, un mundo de incertidumbre que ha provocado que se estén incrementando los trastornos mentales y que se hayan agudizado muchos problemas en la salud mental, sobre todo, entre los más jóvenes. Los psicólogos llevan tiempo advirtiendo que una vez se dé por acabada la crisis sanitaria empezaremos a poner rostro a la otra pandemia: la mental. Y, aunque parece pronto para descifrar los datos del impacto emocional de estos dos años , los expertos constatan un aumento de desequilibrios emocionales y mentales, como depresión y ansiedad y otras sintomalogías como dolores musculares, estomacales y problemas de sueño. Elena Esquinas , psicóloga de HM IMI Toledo , confirma a ABC que en estos dos últimos años se han incrementado «muchísimo» las consultas por ansiedad o depresión y cada vez con gente más joven. Los psicólogos de Toledo están desbordados de trabajo y, en uno de los grupos de whatsapp de estos profesionales de la ciudad, se constata a diario esta alta demanda. «Hablamos entre nosotros, a veces, para derivar pacientes, y últimamente estamos a tope, no damos abasto».
En general, explica la psicóloga, la pandemia ha afectado a casi todo el mundo de forma negativa: «A cada uno le ha tocado vivirlo de forma muy difente» . Primero destaca a los sanitarios, saturados de trabajo, expuestos continuamente y con miedo a contagiar a sus familias, pero también a los que se quedaron en casa teletrabajando, asumiendo más cargas laborales, o a los mayores que no podían ver a sus seres queridos. Y a los niños y jóvenes, a los llamados de la generación Covid, que han vivido durante meses a través de las pantallas. «Las personas han sufrido, lo han pasando mal ; muchos duelos que no se han gestionado bien porque la gente que no ha podido despedirse de sus familiares».
Elena Esquinas lo tiene claro: la gente cada vez tiene más ansiedad, el nivel es mayor y está más generalizada. La clave no está en aprender a convivir con esa ansiedad , «la clave está en aprender a cómo gestionar esa ansiedad y esos momentos estresantes». «No es lo mismo tener un estresor puntual, como parecía al principio la pandemia, a que dure dos años, como ha ocurrido. O que vengan cada vez más estresores, como la crisis económica y ahora la guerra. Cuando tenemos algo que nos está generando ansiedad durante un tiempo prolongado nos hace sufrir bastante». Y, por ello, «lo primero que tenemos que ver es si esa situación nos está afectando en nuestro día a día, en la familia, en el trabajo, en nuestro entorno social... y si es así ponernos en manos de un profesional para recibir ayuda».
Uno de los síntomas de alerta es la presión en el pecho , pero también «no saber qué me pasa, estar siempre enfadado, tener cambios en el carácter, dejar de hacer cosas que hacía antes o dejar que tu estado de ánimo te afecte a tu vida diaria. No hace falta tener mucha ansiedad para buscar ayuda, cuando los pacientes llegan con menos ansiedad es más fácil corregirlo y dar claves para que se solucione. Cuando has tocado fondo es mas díficil y también más angustioso para el paciente». Por ello, la psicóloga clínica recomienda pedir ayuda porque «no es necesario llegar al límite». «No estamos cinco meses con dolor de cabeza para ir a un especialista: hay que actuar en el momento en el que nos empieza a sobrepasar una situación y sentimos que nuestras estrategias no nos están funcionando». Su experiencia profesional le dice que, con ayuda, estas situaciones «se resuelven de forma favorable». «La ayuda psicológica funciona, hay que dar tiempo al tiempo; hay que trabajar para poder aprender a enfrentarse a nuevas situaciones, crear otras estrategia y dar nuevas herramientas. El tratamiento depende de cada persona, yo me centro en el paciente, en el problema que me trae y en qué cosas podemos hacer para solucionarlo, busco sus fortalezas y sus puntos fuertes para motivarlo hacia ese cambio y a que ese cambio perdure en el tiempo».
Como dato positivo, destaca que cada vez se habla más sobre salud mental y los medios de comunicación están ayudando a normalizarlo: «El hecho de que sea algo generalizado, de haber vivido en medio de una pandemia, hace que veamos normal que nos afecte psicológicamente la situación y hay una aceptación del problema». También resalta el hecho de que cada vez los adolescentes demandan más ir al psicólogo y, por suerte, se está normalizando pedir ayuda, «al igual que si me duele un pie, voy al traumatólogo». Antes se veía como un tabú y, ahora, «los jóvenes están más concienciados y más educados en el ámbito emocional y le están dando importancia; si no están bien y les cuesta el día a día, piden ayuda. Es una lección que les dan también a sus padres: pedir ayuda no es algo negativo».
Faltan psicólogos
Elena Esquinas también reconoce que faltan psicólogos en la salud pública porque las plazas que se ofertan desde la Administración son muy pocas en relación con otras especialidades y con las necesidades actuales. Denuncia que faltan psicólogos en la sanidad pública en Salud Mental y «el profesional que está ejerciendo su trabajo no tiene medios para atender bien a su pacientes porque no puede ver a una persona una vez a la semana, la periodicidad ideal para que pueda mejorar. Sin embargo, «le resulta imposible por su carga de trabajo y solo la puede ver cada mes o tres meses y eso al final, perjudica al paciente, que no mejora y se alarga en el tiempo su recuperación», explica.