MOCION DE CENSURA
Nombramientos y cumplimiento de objetivos, incógnitas del nuevo gobierno
El fin del trasvase y de la ATC será un test para el Ejecutivo de Pedro Sánchez
![El nuevo Gobierno de Pedro Sánchez deberá elegir a un nuevo delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha](https://s3.abcstatics.com/media/espana/2018/06/04/delegacion-U30861160104K7B--1248x698@abc.jpg)
Con la urgencia que caracteriza estos tiempos en los que queremos que todas las preguntas tengan la oportuna respuesta al instante, la sacudida política que ha supuesto la llegada del nuevo Gobierno de España hace que también aquí en la región, desde el primer día, surjan las pertinentes preguntas originadas por el efecto dominó y que todos se apresuran a que se den por contestadas.
Una de ellas, la más inmediata, tiene que ver con los nombramientos que son competencia del Gobierno centr a l , en especial, por su importancia y representatividad, el del delegado del Gobierno y los respectivos subdelegados. Pero más importante, si cabe aún, es tratar de dar respuesta a lo que vaya a pasar con esos asuntos que desde hace años o décadas forman parte del panorama del debate político y social, caso del trasvase, la ATC de Villar de Cañas o también el AVE Madrid-Extremadura a su paso por Talavera. ¿Será el actual gobierno capaz de arrojar luz y, sobre todo, una solución?. Lo primero que cabe pensar es que si antes gobiernos con mayoría absoluta no lo han hecho, no parece fácil que el actual, dada su debilidad y la dependencia territorial de otros partidos, además de su previsible corta vida, vaya a ser el que lo resuelva.
Uno de los debates en estos días frenéticos es el de aclarar si el nuevo Gobierno va a ser de un solo color, el socialista, o si hay posibilidades de que entren otros socios. Parece que la deriva es la primera, pero también están encima de la mesa las ambiciones del líder de Podemos, Pablo Iglesias.
En todo caso, en los próximos días asistiremos al espectáculo de la llegada de la larga lista, que casi llega a 700, de cargos políticos o de confianza que sustituirán con toda urgencia a todo el entramado que durante los últimos años había tejido el Partido Popular en la administración estatal. En esa mayúscula mudanza sin tiempo que perder destaca el próximo nombramiento de los delegados y subdelegados del Gobierno. Y aquí se plantean las primeras dudas ¿serán también del PSOE o caben de otro partido? ¿será del mismo partido en Cataluña que en Castilla-La Mancha?. Y en el caso de esta región, ¿el sustituto del «popular» José Julián Gregorio será de la cuerda de Pedro Sánchez o de Emiliano García-Page? Porque esta es otra derivada no menos interesante y morbosa. Hasta ahora, la historia indica que se tomó la segunda vía, pero en estos nuevos tiempos más bien apunta a la primera, y que será Sánchez el que ponga a sus personas de confianza.
Los problemas seculares
Lo que concitará la atención mediática a partir de ahora es ver si con el paso del tiempo el nuevo gobierno colabora o no en la solución de algunos de los problemas y debates que en los últimos tiempos más han caldeado a la opinión pública regional, contagiada por la habitualmente desmesurada confrontación política. Terminar con los trasvases y echar abajo el proyecto del cementerio nuclear en Villar de Cañas es de lo que estos días se viene hablando.
Desde las filas socialista, la portavoz regional del PSOE, Cristina Maestre, ya ha apuntado sobre los trasvases que el nuevo gobierno «optará por una nueva cultura del agua que apueste por un uso sostenible de los recursos hídricos», que supone apostar por las desaladoras y no los trasvases. La pregunta es si un gobierno débil en su aritmética de número de diputados, como el de Pedro Sánchez, va a ser capaz de mantener esa política hídrica. O dicho de otra forma ¿pesará más la posición de Castilla-La Mancha o lo que defienda el gobierno multicolor de la Comunidad Valenciana, algunos de cuyos partidos sustentan a Pedro Sánchez?.
Este domingo, el coordinador regional de IU, Juan Ramón Crespo, pidió al nuevo presidente del Gobierno, Pedro Sánchez , que siente las bases para acabar con el trasvase Tajo-Segura, comenzando por anular el último triple trasvase autorizado, así como que paralice la construcción del almacén temporal centralizado (ATC) de residuos nucleares de Villar de Cañas (Cuenca). Según Crespo, estas son las dos primeras medidas que debería adoptarse de forma inmediata, ya que para ello tan solo se requiere de voluntad política.
Asimismo, propuso que las inversiones destinadas al «cementerio nuclear» deben destinarse al transporte, y en especial, al ferrocarril convencional que vertebre la región con un medio público y social.
«También esperamos, y si no lo denunciaremos, que el nuevo presidente, Pedro Sánchez , no quiera castigar a nuestra tierra por la afrenta que sufrió de Emiliano García Page , cuando junto con Susana Díaz encabezó el golpe de mano que le desbancó de la Secretaría General en el 2016», afirmó Crespo.
Por su parte, la Plataforma contra el cementerio nuclear en Villar de Cañas (Cuenca) aseguró ayer que supone «un gran alivio» que el presidente del Gobierno recién nombrado, Pedro Sánchez , se haya manifestado contrario «a de ubicar el ATC en el municipio en varias ocasiones».
«Cuando la situación del proyecto del ATC estaba más complicada que nunca para los intereses de la Plataforma, el cambio en la Moncloa ha supuesto un gran alivio para los miembros de la Plataforma», indicaron.
Pero más allá de si se construye el ATC en Villar de Cañas, asunto que se aleja con este cambio político, la Plataforma defiende que la construcción de un ATC se debería reconsiderar dentro de la planificación en la gestión de los residuos nucleares.
Rifirrafe político
En el terreno político, la vicesecretaria de Comunicación del PP de Castilla-La Mancha, Carmen Riolobos, dijo el domingo que Pedro Sánchez y Emiliano García-Page «han consumado la traición a españoles y castellano-manchegos con cómplices filoetarras y separatistas».
En contestación, la portavoz del Grupo Socialista en las Cortes de Castilla-La Mancha, Blanca Fernández, dijo que los portavoces del PP están sobrepasando todas las líneas admisibles en democracia al hablar de «traición o golpe de Estado» por haber sido desalojados democráticamente del gobierno.