Un médico que trabajó en la sombra: el doctor Pinto se jubila

El jefe de ‘rayos’ del Complejo Hospitalario de Toledo ha sido uno de los impulsores del proyecto Ykonos

El doctor José María Pinto (centro) y, a la derecha, el doctor Padilla

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Cuando el doctor Manuel Padilla , otorrinolaringólogo del Complejo Hospitalario de Toledo, supo que su compañero y amigo el doctor José María Pinto , jefe del Servicio de Radiodiagnóstico, se jubilaba en unos días, no lo dudó: su retirada profesional debería de aparecer en los medios de comunicación. «Los radiólogos son médicos que trabajan en la sombra porque no tienen contacto con los pacientes . Sin embargo, su trabajo es esencial y nos ha servido a todos de mucha ayuda», afirma Padilla con su acento malagueño.

Será el 26 de diciembre cuando el doctor Pinto , el ‘médico más famoso de todo el hospital’ , según algunos compañeros, cuelgue la bata. Un distintivo que se ha ganado primero por el desempeño de su actividad, al ser la radiología un servicio esencial al que recurren los sanitarios ante la necesidad de un diagnóstico por imagen. Y, segundo, por su gran disponibilidad. Padilla lo recuerda así: «Estaba en el hospital de siete de la mañana a diez de la noche, tuviera guardia o no, incluso fines de semana. Te lo encontrabas delante de su ordenador siempre dispuesto a ayudarte para lo que necesitaras».

Dicen que es de «apariencia seria», pero luego, cuando lo tratas, «te das cuenta de que es un trozo de pan». Gallego de nacimiento y toledano de adopción, José María Pinto se formó en la clínica Puerta del Hierro de Madrid y, años más tarde, pasó a formar parte de la plantilla del servicio de Radiodiagnóstico del hospital Virgen de la Salud de Toledo, cerrado hace unos días. En él desempeñó su profesión durante los últimos 35 años ; primero, como radiólogo, y, desde 1999, como jefe de servicio de Radiodiagnóstico.

Uno de los episodios que más alegrías le ha reportado a lo largo de su carrera ha sido la puesta en marcha del premiado proyecto ‘Ykonos’, nombre con el que se conoce a la Red Regional de Informes e Imagen Médica de Castilla-La Mancha. Este plan lo impulsó junto con el doctor José María Sevilla , jefe de Servicio de Radiodiagnóstico del Hospital de Alcázar de San Juan (Ciudad Real) y con Javier García , informático del mismo centro hospitalario. Consistió en la conversión a formato digital de las placas radiológicas convencionales, permitiendo asociar la imagen médica digitalizada al informe clínico del paciente y su posterior consulta en cualquier hospital y centro de salud de la región.

«Con el proyecto Ykonos fuimos pioneros en Castilla-La Mancha en crear una red que integrara a todos los centros de la región»

« Fuimos pioneros en Castilla-La Mancha en hacer una red que integrará todos los centros de la región y que toda esa información estuviera a disposición de cualquier profesional castellanomanchego para que, de esta forma, el paciente no tuviera que viajar porque lo que viajaría sería la información», explica el doctor Pinto.

TAC helicoidal

Unos años más tarde el TAC helicoidal se instaló en Toledo y el doctor Pinto fue de los primeros en trabajar con esa tecnología. «El TAC era una técnica que consistía en hacer imágenes seccionales del cuerpo, lo cual nos permitía ver todas las estructuras del cuerpo humano haciendo una especie de lonchas. La tecnología helicoidal supuso la adquisición volumétrica, adquirir todo el volumen del cuerpo, en vez de ir corte a corte».

Según Pinto, «fue fundamental para una serie de estudios radiológicos como son los vasculares». Cita, como ejemplo, un estudio de una embolia pulmonar. Antes de la implantación de esta tecnología para hacer ese diagnóstico, había que introducir un catéter por la vena femoral, llegar a la arteria pulmonar, luego introducir un contraste y hacer unas radiografías del árbol pulmonar arterial. Una prueba, a su juicio, bastante cruenta, que necesita una gran especialización y sólo se hacía en los hospitales de primer nivel. «Pero esta nueva tecnología nos permitió hacer esos estudios vasculares simplemente en unos tiempos muy cortos, prácticamente en 20 segundos, introduciendo un contraste en una vena del brazo», resume con orgullo.

La llegada de las transferencias sanitarias en 2002 supuso un nuevo reto profesional en su carrera. «Había un gran interés en dar un revulsivo a la sanidad pública -evoca Pinto-. La idea era hacer un hospital moderno en Toledo con un servicio con diagnóstico por imagen, ya que el servicio de rayos tenía una tecnología muy antigua».

Para ello, presentó a Ramón Gálvez, director por aquel entonces del Complejo Hospitalario de Toledo, y al consejero de Sanidad, Fernando Lamata, un proyecto de cambio. Estaba basado en cuatro conceptos: reforma arquitectónica, adquisición de tecnología moderna y de conocimientos (profesionales competentes) y un modelo organizativo de gestión evaluativa. «Se hizo una gran reforma en la planta baja del hospital, se compró la última tecnología en diagnóstico por imagen y todo esto, unido al proyecto ‘Ykonos’, fue un avance sin precedentes», subraya.

En unos días se marcha un hombre que reconoce «haberse dejado la vida» en su trabajo, porque su profesión es «lo que más me apasiona en el mundo», y que se siente un privilegiado al haber estado rodeado de «gente maravillosa». La sanidad pública pierde un gran profesional. pero sus nietos, Nicolás y Paula, ganarán un abuelo a tiempo completo.

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