María de los Ángeles Ramos - Opinión
Cuando la prepotencia predomina antes que la empatía y la comprensión en la política
La portavoz de Vox cuenta su experiencia de confinada tras haber dado positivo en coronavirus y explica que ha recibido «cortesía parlamentaria», pero que está decepcionada con quien dirige el Ayuntamiento de Toledo por su falta de humanidad
Siempre he pensado que el sentido común y la humanidad deben de estar por encima de todas las cosas. Lo primero y, antes que nada, somos personas y más ahora en los tiempos que corren. Hoy debería primar la salud, la comprensión, el cariño y la empatía. Son cualidades que parecen intrínsecas a la propia existencia del ser humano. Sin embargo, hay muchos que o bien se han olvidado de ellas, o bien carecen de ellas. En muchas ocasiones, lo que predomina es la noticia o la foto. La prepotencia y la supremacía reina por y para todas las cosas.
Desde el pasado 15 de enero estoy confinada por haber dado positivo en el terrible virus causante de la mayor pandemia que se conoce. Me da pudor y verdadero reparo en quejarme, porque aunque los dolores de cabeza son insufribles, estoy en casa, con los míos y no ingresada en un hospital. No quiero ni imaginarme cómo se encontrarán esas miles de personas que no tienen la mano de un familiar a la que aferrarse en los peores momentos.
Me considero una persona responsable y esto lo voy a hacer extensible no sólo al ámbito personal, sino también al político. Por eso, tengo la necesidad de dar a conocer lo que me ha ocurrido en estos días y qué tanta decepción me ha ocasionado.
Todo comenzó cuando solicité que se aplazarán las tres comisiones previstas este lunes en el Ayuntamiento de Toledo, donde se iba a debatir asuntos tan importantes para la ciudad como la Aprobación Inicial de los Presupuestos Municipales o el Convenio Nudo Norte. Donde hay mucho que decir y sea ese el motivo por el que no se aplazaron. Si bien y en aras de la justicia tengo que manifestar que se me facilitaron todos los medios técnicos para que pudiera estar presentes de forma online. Pero se dejó de lado lo más importante a tener en cuenta en los tiempos de pandemia que vivimos: los medios humanos, la empatía, la comprensión, el ponerse en el lugar del otro. En definitiva, aquello que en el ámbito político llaman «cortesía parlamentaria».
Una cortesía practicada, no sólo desde este grupo municipal al que tengo el honor de representar, sino también a nivel humano y personal, independientemente del signo político que nos lo solicitara. Además, la catadura humana de cada uno se demuestra en el caminar de cada día. Máxime cuando se ha sufrido y se sufre dentro de las propias filas de su partido.
Durante estos meses de pandemia, no solo he visto sino que he sido participe de esa «cortesía» en deferencia al grupo de gobierno, incluso votando el aplazamiento de comisiones, cuando el presidente de la misma tuvo que estar confinado por contacto directo con un positivo, entendiendo que podría no encontrarse en las mejores condiciones para poder participar online. Igualmente, casi desde mi entrada en el Consistorio, he visto cómo los grupos municipales han mostrado su «cortesía parlamentaria», dejando incluso de votar en los plenos alguno de sus miembros para estar en «igualdad». Algo que a mí no me ocurrió y no por el resto de partidos políticos, sino por parte de quien dirige el Ayuntamiento de Toledo.
El único aprendizaje que puedo dejar de todo esto es que siempre el sentido común y la humanidad deben de anteponerse ante cualquier cosa. Antes de políticos, somos personas.
María de los Ángeles Ramos.
Portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Toledo