Ana María Ángel Esteban

Ante la falta de psicólogos, estrategias para controlar emociones

La psicóloga y sexóloga Ana María Ángel Esteban, colaboradora de ABC, ante «la falta de psicólogos» da unas pautas básicas para controlar emociones

Ana María Ángel Esteban

Cuántas emociones para sentir, expresar y controlar, a veces. No siempre tenemos ni debemos controlar todas las emociones porque se convertiría, en ocasiones, en dañino física y psicológicamente para uno mismo.

Sabemos que la emoción es sentir algo, una reacción a raíz de algo que ocurre en nuestro contexto, incluyendo comportamientos de otras personas…. son afectos subjetivos que se han ido modulando desde que somos pequeños para ahora tener unos u otros comportamientos, sensaciones, sentimientos típicos y anticipables en cada uno …..causados por las emociones que en cada minuto vivimos. Las emociones se manifiestan también en reacciones fisiológicas aisladas o en conjuntos de síntomas que llamaríamos psicosomáticos. El sentimiento de la emoción y la exteriorización de la misma en parte viene dada genéticamente y en parte es aprendida por ensayo error o por imitación.

Hay unas emociones básicas que en ausencia de psicopatología son las siguientes: la sorpresa, la tristeza, el desprecio, el miedo, la ira, la alegría y el asco. Todos las sentimos aunque la intensidad y el disparador de cada una de ellas puede ser distinto. Aquí podemos establecer una línea entre lo normal y lo patológico, lo que nos afecta a nosotros y/o a otros e impide hacer una vida normal . Se dice hasta de la existencia de 270 emociones ...(¡qué locura, si ya con 7 se lía…!). Y ¿para qué las emociones?, para protegernos, para socializar y para motivarnos, principalmente.

¿Cómo controlarlas? Lo más importante es ser conscientes de que se están produciendo y ver si son adaptadas o no. Reconocer e identificar lo que nos está pasando, lo que está pasando y nuestros estados de ánimo asociados nos va a ayudar a modelar nuestras relaciones con los demás, siempre de forma positiva, para mejorarlas. También nos hará más capaces de ver emociones en los demás, establecer límites sin egoísmos y sin dañar.

En definitiva, ser conscientes de lo que nos pasa y saber por qué o creer saber por qué nos pasa nos ayudará a conocernos más. En suma, esta es la base de la inteligencia emocional, intentar que las emociones no se descontrolen para producir ansiedad, depresión, fobias, obsesiones, impulsividad….

Controlarse emocionalmente depende mucho de la madurez psicológica y, al fin y al cabo, es una capacidad o una habilidad para modular de una determinada manera y en un determinado momento (ahora o esperar) la expresión de un estado afectivo y así conseguir un fin.

Hay una frase maravillosa: « El éxito de una persona no depende del intelecto o de estudios académicos, si no de su inteligencia emocional ». -Goleman- No me canso de repetir que la inteligencia académica sirve para formarnos en mayor y mejor medida, en tener más capacidad para captar, para aprender conceptos. Es genial para ser un profesional excelente, para ser excepcional en todo lo que tenga que ver con tu trabajo, pero éste dura unas horas al día..y ¿fuera?. la personalidad y no el profesional en lo que sea es lo que se lleva incorporado permanentemente para vivir con el resto, las habilidades sociales, el autocontrol, en definitiva la inteligencia emocional, que es esencial para poder relacionarte, también dentro del trabajo, y ser o no, como decía Goleman, más exitoso a todos los niveles Por poner un ejemplo en el que la forma de ser es importantísima: de nada me sirve tener un marido (con quien tengo que convivir) que sea un profesional brillantísimo, si cuando deja de hacer su trabajo se mete dentro de casa e interacciona con amigos de forma desadaptada o patológica.

«Ponerse de los nervios» ante una incidencia, «no parar de darle vueltas» a algo que sabes sin demasiado sentido, «llorar desconsoladamente» ante una frustración, no poder hablar en público, gritar, llorar….. todo en su justa medida es productivo y adaptado.

-Es esencial lo que nos decimos internamente sin darnos cuenta; es automático. Cuando lo trabajas, a partir de que eres consciente de ese autolenguaje, es cuando empiezan a generarse cambios que hacen que nosotros mismos nos controlemos y además nos sintamos bien con el cambio; sobre todo nosotros y casi siempre también sobre los demás.

-Ser consciente de ese autolenguaje y ser capaz de cambiarlo por otro más positivo (la mayoría de las situaciones tienen su parte positiva) nos hacen ser más optimistas y tener menos ansiedad. Aparece cierta tranquilidad y sensación de control.

-Reinterpretar las situaciones siempre es posible si hay un conflicto emocional, además de que existen tantos puntos de vista sobre las cosas como personas existimos.

-Dejar de anticipar desgracias es esencial, ya te habrás dado cuenta de que no siempre oncasi nunca ocurren.

-No tener esquemas de pensamiento rígidos sobre cómo deben ser las cosas, lasvpersonas,.....te hacen más libre y tolerante contigo y con los demás.

-Revisar de vez en cuando qué pensamos y hacemos en ciertas situaciones que parece que son problema repetidamente. ¿Tendremos que cambiar algo nosotros? Y además de este autocontrol que se puede aprender perfectamente existen exteriorizaciones de los estados emocionales que unas veces ayudan y otras no.

¿Cómo desahogarnos?

-Gritar, golpear... .y similares son una forma de desahogo si se hacen en soledad (en el campo por ejemplo, con un saco de boxeo….) Jamás con nadie. La agresividad nunca va a ser la vía de conseguir nada con efectividad. Al otro le estás sometiendo y lo que consigas por sumisión no va a ser perdurable. Otra opción es que al otro le pones a la defensiva y reactivo y se agrava la situación….. El respeto es esencial.

-Llorar, para deshacer el «nudito» que se te pone en la garganta cuando algo te duele, SÍ, pero llorar para desahogarse debe ser solo durante un minuto y a partir de ahí debe empezar el autolenguaje y autoinstrucciones del tipo «ya, para» y recomponerte , reinterpretar. Llorar sin límite solo se convierte en una conducta que te va a llevar a lamentarte y a añadir un autolenguaje interno mientras lloras del tipo «todo me pasa a mi, que mierda, que mala suerte…» y además si se asocia a una conducta de «conseguir por llorar», entonces lo que estamos es aprendiendo a ser victimistas y a manipular con el llanto. No, muy mal. Esto tiene al final el efecto de que la gente te evita.

-Reír también sirve para desahogarnos….pero o te pones una peli, o te buscas a alguien que te haga reír, o tienes la capacidad de reírte de ti misma, cuando ya has empezado a reinterpretar….. Cambiar e incluir un autolenguaje en ese momento que te haga ver las cosas hasta con «risa»es una capacidad genial, y se puede hacer, siiiii…!

Como verás, eres feliz, amargado, tranquilo, insoportable, divertido,......según veas y/o quieras ver las cosas…..Y pensemos que la cabeza es una dualidad razón-emoción. Que la emoción suele ser prominente, y es lo que sentimos espontáneamente antes de aplicar una racionalización en segundos, y que entonces ya hace que todo sea distinto. Mejor o peor, y según qué.

Las venganzas, las soberbias y las defensas creadas psicológicamente no son una buena forma de control ni de las situación ni de las emociones ni de las personas. Hay otras formas mucho más elegantes y eficaces para tales fines.

Ana M Angel Esteban

Psicóloga Clínica

Máster en Terapia de Conducta

615224680

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