Entrevista
Manuel Madruga: «El Estado vive una realidad distinta a la de las empresas»
Casi un año después del comienzo de esta terrible pandemia, la situación de las empresas pasa de ser preocupante a agónica, como señalan en Fedeto
Las desastrosas consecuencias de la tercera ola de la pandemia, aunque ahora con la luz del efecto de unas vacunas que llegan de manera insuficiente, está lastrando aún más la situación económica, ya desesperada para miles de pequeñas empresas de la provincia. El golpe económico se augura devastador, como señala el secretario general de la Federación Empresarial Toledana (Fedeto), Manuel Madruga.
En una reciente nota de prensa de Fedeto se hablaba de la agonía y del hartazgo empresarial ¿podría concretarnos a qué se refieren?
La coyuntura económica española es la que es y el empresario la padece en primera persona. La agonía empresarial deriva de la ruina de muchos negocios, que no ingresan ni un euro desde el mes de marzo, o que ven reducidas sus facturaciones entre un 40 y un 90%. Y esa agonía se extiende a sus familias y a sus trabajadores. El hartazgo proviene de comprobar que, frente a esta situación, el Estado emplea eufemismos tales como que las empresas «están hibernadas» o que vivimos una «nueva normalidad», como si no pasara nada, cuando pymes y autónomos lo que perciben es una depresión económica sin precedentes que parece que puede ser estructural. Tienen la sensación de que el Estado vive una realidad paralela, que mira para otra parte y que por eso no adopta las medidas que le están demandando.
Si tuviera que describir la coyuntura de la economía española en estos momentos ¿Cómo lo haría?
Muy sencillo, demasiados sectores empresariales están completamente parados y no tienen ingresos, pero sí muchos gastos. La productividad sigue cayendo entorno a un 4% y tenemos cientos de miles de empresas quebradas y otras tantas que corren ese riesgo. Hay 360.000 afiliados menos en la Seguridad Social, 750.000 parados más y 730.000 personas en la agonía del ERTE. Por si esto fuera poco, nuestro producto interior bruto nacional ha caído de momento un 11%, y el turismo se ha desplomado. Si se analiza la caída de la economía por localidades, muchas de ellas dependientes del turismo, podríamos afirmar que alcanza entre un 60% y un 90%. Además, los precios están en tasas negativas desde hace meses, cerrando el año con un -0,5%, lo que demuestra que nuestra demanda interna atraviesa por sus peores momentos. Y lo peor está por llegar si no se actúa de forma inmediata. Nos preocupa que la situación económica no sea coyuntural, sino que a estas alturas ya sea estructural.
Fedeto afirmó en abril que la cifra de paro, si no se adoptaban medidas de ayuda a las empresas, llegaría a los cuatro millones de personas?
Y así ha pasado. Hoy 3.964.353 personas están ya en el paro. En esa cifra no está contabilizados los demandantes de empleo que no computan en la estadística por estar realizando cursos de formación o ser demandantes de empleo con disponibilidad limitada o de demanda de empleo específica. Si los sumásemos la cifra de parados ascendería a más de cuatro millones y medio de personas.
Problemas de solvencia
El Banco de España ha manifestado que una de cada cinco empresas tiene serios problemas de solvencia
Lo que es como decirnos que la crisis económica se está convirtiendo en estructural. Pero la insolvencia no sólo afecta a las empresas, sino también a muchas familias. El problema es grave y va a peor porque las estadísticas anuncian que dos de cada cinco de esas empresas pueden cerrar en los próximos meses. Los impagos comienzan a producirse de forma descontrolada y los patrimonios de pymes, autónomos y sus familias están comprometidos o han desaparecido.
¿Qué pasa con las ayudas directas a las empresas que Fedeto y otros muchos colectivos están reclamando?
Pues que o no llegan o son muy escasas. El Estado, como le decía antes, parece que vive en otra realidad distinta a la que viven las empresas y mira para otra parte. Ha dejado a las Comunidades Autónomas solas y desasistidas. En Castilla-La Mancha, por ejemplo, se ha publicado un decreto de ayudas para pymes y autónomos. Esas ayudas representan una parte muy importante del presupuesto regional, pero si el gobierno central no las complementa con otras ayudas directas, solo las de la Junta no sirven para que las pymes y autónomos salgan de la ruina en la que se encuentran y no van a poder resolver sus graves problemas. que son de subsistencia. Igual que se exige al gobierno central que endurezca las medidas sanitarias, se debe exigir de ese mismo gobierno central que adopte medidas económicas directas para los sectores a los que afectan las restricciones sanitarias que impone.
Espero que sean capaces de reconducir la situación. Ningún sector puede permitirse estar dividido
Han sido tantos los anuncios de ayudas, que a estas alturas son difíciles de creer
Parece que el gobierno cede ante las presiones de CEOE y dice que va a dar pasos para modificar la legislación y así poder dar ayudas directas ¿Qué le parece este anuncio?
Han sido tantos los anuncios que, a estas alturas, este es uno más que resulta difícil de creer. Pero el anuncio se refiere a préstamos participativos y quitas en créditos, algo que nadie está pidiendo y que son medidas que sólo benefician a grandes empresas y al sistema financiero, mientras que lo que piden pymes y autónomos son ayudas directas para poder afrontar los gastos que tienen como consecuencia de las restricciones sanitarias. Esas ayudas directas, que son las que demandamos, en el anuncio quedan difuminadas y, además, se condicionan a una serie de modificaciones legales que, para empezar, no son necesarias. Da la sensación de que se quiere dilatar la decisión de conceder esas ayudas, ofreciendo como excusa un largo trámite legislativo y los empresarios no están para dilaciones innecesarias. Lo que tenga que hacerse en este sentido que se haga ya o llegará tarde.
Ayudas y empleo
¿Cómo viven los empresarios que todas las ayudas, ya sean en forma de Erte o económicas, estén vinculadas al mantenimiento del empleo?
Pues que es lo mismo que pedirles que acierten una quiniela de 15. El empresario no sabe si va a poder mantener el empleo porque no depende de su voluntad, sino de las medidas de confinamiento, limitación de aforos y de horarios que impone el gobierno. Por tanto, es el gobierno el que debe garantizar el mantenimiento del empleo y no exigirselo al empresario. La única forma que tiene el gobierno de ayudar a mantener el empleo no es con subsidios, sino dando ayudas directas a las empresas. Resulta irónico y trágico que quien impone las restricciones derive la responsabilidad de mantener el empleo a quien las padece. Es tanto como decir invito yo, pero pagas tú. Y la realidad es que ya no hay dinero en las empresas para pagar nada.
Analicemos los distintos sectores empezando por el comercio.
El comercio está hundido. La campaña de Navidad ha tenido un comportamiento muy negativo, afectando a toda su cadena de valor. Si a ello añadimos que la campaña de rebajas ha tenido muy poca incidencia, porque los precios arrastraban caídas desde marzo y que Filomena terminó de dar la puntilla en muchas localidades, sólo podemos decir que es un sector al que se le tiene que ayudar inmediatamente.
El turismo
La campaña de turismo se perdió, casi completamente, en 2020 y la de 2021, que comienza en marzo y acaba en octubre, corre riesgo de perderse completamente. El turismo y toda su cadena de valor están, como el comercio, completamente hundidos.
La hostelería, que es parte del turismo, ha salido estos días a la calle en Toledo y más ciudades de España.
Efectivamente es una parte del turismo muy importante, pero no la única. El turismo tiene una cadena de valor muy larga y hay que atenderla a toda ella. Pero es cierto que la hostelería está arruinada. El sector siente que se le ha tomado como chivo expiatorio, porque es fácil de controlar si cumple o no con las restricciones sanitarias. Pero todos sabemos que quién está produciendo los contagios son esos colectivos sociales que a nivel particular hacen lo que les da la gana de un modo totalmente irresponsable y prácticamente de forma impune. Hoy es más seguro comer en un restaurante o tomarse una caña en un bar que hacerlo en casa de tu vecino o en la calle. Hoy es más seguro entrar en un bar que ir a votar o montarse en un avión. Y parece que se va a votar y que los aviones viajan llenos. Y claro, cuando la injusticia se palpa el sector estalla.
Nos preocupa que la situación económica no sea coyuntural, sino que a estas alturas ya sea estructural
Los impagos comienzan a producirse de forma ya descontrolada
¿Hay división en el sector de la hostelería en Toledo?
Espero que no, y si la hay espero que sean capaces de reconducir la situación. Ni la hostelería ni ningún otro sector puede permitirse estar divididos. El divide y vencerás es algo tan viejo como el mundo. Lo mejor para quien impone obligaciones es que el empresariado esté dividido. Así se habla de la división y no del problema concreto que se tiene que resolver. Y lo que hay que resolver son dos cosas: la primera, ayudas directas al sector; la segunda, racionalizar las medidas sanitarias haciéndolas equilibradas. Lo primero es la salud, sin duda, pero hay margen para conciliar salud y economía.
Desde Fedeto han señalado que prevén un conflicto social grave.
Cuando se adoptan medidas improvisadas las consecuencias son impredecibles. Estamos viendo en las calles, casi a diario, que muchos sectores empresariales están manifestando su agonía y hartazgo y que las medidas que demandan no llegan. Cuando cientos de miles de empresas, de familias, de trabajadores, de parados, de personas en Erte están padeciendo una agonía así y una incertidumbre con respecto a su futuro inmediato, esas demandas corren el riesgo de convertirse en exigencias desesperadas. Debemos evitar la desesperación y no se está haciendo. La única forma de evitarla es ayudando ya a las empresas, porque así los trabajadores, parados y sus familias saldrán adelante. Si no se hace es posible que nuestro país pueda verse inmerso en un conflicto social que podría estallar, sobre todo si la situación económica permanece así durante más tiempo o, lo que sería peor, que se convirtiera en estructural. Sin empresas no habrá recuperación económica posible ni se podrá superar el grave problema de paro que tiene nuestro país.
Por último ¿saldremos de esta crisis?
Sin duda lo haremos. La cuestión es cómo, y eso depende de dos factores. El primero, la evolución de la pandemia, que por lo que vemos evoluciona en picos de sierra y de forma descontrolada. El segundo factor, del que va a depender la recuperación, son las medidas que se adopten respecto de las empresas: ayudas directas, impuestos etc… Algo que, de momento, no se ajusta ni a las necesidades de las empresas ni a la realidad de la situación económica en la que nos encontramos.