Covid-19

«Makers» contra el coronavirus

Los días raros de esta pandemia están dejando ver también lo mejor de algunos toledanos, como José Luis Orgaz, que trabajan día y noche desde su casa imprimiendo viseras en 3D

José Luis Orgaz, con su impresora 3D, construye una visera en su casa de la urbanización Valdelagua, en Bargas, Toledo
Valle Sánchez

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Más de 700 castellano-manchegos se han puesto a disposición de la lucha contra el coronavirus con sus impresoras 3D con las que están imprimir material sanitario para que los profesionales del sector puedan hacer frente a esta pandemia. Ya se han realizado más de 1.300 viseras de protección que han sido puestas a disposición del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha para proteger a sanitarios de hospitales y residencias y también a las fuerzas de seguridad que están peleando contra el Covid-19. Son los llamados «makers», una comunidad que tiene en España más de 16.000 seguidores y que reciben este nombre porque se dedican principalmente a crear con sus propios medios. Desde que comenzó la crisis, se lanzaron a construir material protector, utilizando las impresoras que tienen en casa para fabricar objetos en tres dimensiones a partir de diferentes capas de material que se van superponiendo las unas a las otras.

Como en toda España , en Toledo también se ha creado esta red de voluntarios, con casi 200 miembros, que se ha dividido en zonas sanitarias para realizar desde sus domicilios estas viseras que ya las están utilizando los sanitarios de la provincia . Uno de ellos es José Luis Orgaz, un profesional de la banca, que trabaja en la oficina de Libernbank del barrio de Buenavista, que se unió de forma casual gracias a un foro de Telegram en el que se planteó la idea de fabricar piezas para luchar contra esta pandemia. Y, sobre todo, gracias a que hace unos meses decidió comprar una impresora 3D para su hijo Coque que está estudiando Arquitectura. Ni se podía imaginar para lo que acabaría siendo utilizada: fabricar tandas de tres viseras protectoras a la vez, un proceso completo que dura una tres horas y quince minutos, aproximadamente.

Cuando atiende a ABC por teléfono desde su casa en la urbanización «Valdelagua» tiene en la impresora tres viseras en el «horno» y, por la tarde, deja una tanda y luego otra por la noche. El material no es caro. «Tenía comprado un rollo de plástico que me costó 25 euros el kilo; es relativamente barato y salen muchas piezas», unas piezas que, además, son reutilizables, se pueden desinfectar y volverse a usar.

La comunidad «makers» de Toledo, cuyo coordinador del grupo es Roberto Casasola, un estudiante de Telecomunicaciones de la Universidad Politécnica de Madrid de 21 años de edad y natural de La Puebla de Montalbán, ya ha fabricado más de 1.300 viseras con una quinta versión mejorada y un modelo aprobado por el Sescam. En los últimos días también han construido 50 piezas de acople a las máscaras de snorkel de Decatlhon que han recogido los médicos toledanos del hospital Virgen de la Salud y que los bomberos se han encargado de montar y repartir.

«No se me ocurre una cosa mejor que pueda hacer para intentar ayudar»

« No se me ocurre otra cosa que pueda hacer para intentar ayudar en estos momentos», nos cuenta José Luis Orgaz , que no se olvida de los que están viviendo la guerra en primera línea de fuego, como una amiga que trabaja en la residencia asistida de San José de Azucaica, en donde faltan materiales, o de otra enfermera del Virgen de la Salud, contagiada por el virus.

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