TOLEDO
Un libro para no olvidar
«Diario alegre de un encierro triste» es la historia de los 50 días de confinamiento de Quique Silva, Antonio Esteban, Jesús Gómez y Benjamín Juan, pero es también la de todos
Lo que nació siendo un diario para aliviar el dolor de aquellos días de duro confinamiense ha convertido en un libro que reúne las experiencias de cuatro toledanos, las mismas que vivimos todos en aquellos días extraños que nunca olvidaremos. «Diario alegre de un encierro triste» es obra de Quique Jiménez , que se complementa con preciosas ilustraciones en color y blanco y negro de los arquitectos A ntonio Esteban, Benjamín Juan y Jesús Gómez-Escalonilla , y que ha publicado recientemente la editorial Ledoira , coincidiendo con esta agónica y lenta salida de la crisis sanitaria.
Esos primeros días sin planes más allá de ir al supermercado en silencio. «Unos con mascarilla, otros sin ella, con guantes, y carro en mano dispuestos a cargar papel higiénico». De esos domingos que parecían lunes o martes o miércoles, pero también de volver a bailar, cantar en los balcones, cocinar, jugar en familia, acordarse de los amigos, ver películas y marcarse objetivos diarios para resistir, como la canción. Son muchas las reflexiones, muchas de ellas sencillas, que se entremezclan en las páginas de esta obra, con mensajes claros y directos, que, sin embargo, llegan muchas veces al corazón, para «recuperar los abrazos que me deben» y para «seguir siendo bueno». Cincuenta días repletos de incertidumbre, dolor, consejos y órdenes generales en los que el redactor y los ilustradores descubren que «se puede abrir una ventana de luz entre tanta niebla, pesimismo, desesperación, e incluso muerte».
Estos relatos fueron publicados puntualmente en el blog Hombre de Palo entre los días 17 de marzo y 5 de mayo de 2020. El carácter efímero del soporte digital animó a sus autores a coordinar con la diseñadora Mercedes Juan y con la editorial Ledoria, su publicación. «Este libro no tiene más valor que la victoria de la constancia sobre la pereza. Escribir y dibujar un poquito, cada día, permite recordar, en el futuro, las cosas que le pasaron a una sociedad aparentemente indestructible», afirma la editorial. Un diario para guardar, para recordar que, en pleno siglo XXI, «cuando nos creíamos la sociedad universal más preparada y protegida de la naturaleza, resultamos ser tan vulnerables como todos nuestros antepasados».