Juan José García Cruz

La mudanza al Nuevo Hospital de Toledo, una oportunidad perdida

«Ni tan siquiera hemos formado parte de la gestión del traslado los miembros de la Junta de Personal, algo preceptivo por Ley»

POR JUAN JOSÉ GARCÍA CRUZ

Hay mudanzas que pueden llegar a durar una eternidad y la del traslado al nuevo hospital de Toledo se ha convertido en una de ellas.

El día 2 de julio de 2019, el Sr. García-Page hizo un anuncio desde la tribuna de las Cortes Regionales en el sentido de que «e l Gobierno regional ha recibido este martes las llaves del nuevo Hospital de Toledo , con lo cual comienza la cuenta atrás para su apertura» (Sic). Han pasado aproximadamente unos 900 días desde entonces y narrar todas las vicisitudes y calvarios por las que hemos pasado en estos casi dos años y medio, y las que nos quedan que pasar por bastante tiempo más, sería como escribir una novela. Bueno, más bien una novela en formato folletinesco porque no han escatimado esfuerzos ni ruedas de prensa para vendernos el producto, o sea, el traslado, poquito a poquito, esto es, despacito, de forma indolente.

Pero, ahora que parece que se está bajando el telón; lo digo porque el traslado se está forzando a unos niveles que yo tildaría de arriesgados , vayamos a lo sustancial de lo que ha acontecido en estos dos últimos años dominados por la pandemia. Mucho antes de que el Sr. García-Page anunciara que el traslado se iniciaría el día 23 de noviembre de 2020 y acabaría el 4 de junio de 2021, por cierto otro de sus innumerables incumplimientos a los que ya nos tiene acostumbrados, ya llevábamos más de un año donde la dirección gerencia del Complejo Hospitalario de Toledo decía que se habían constituido unos grupos de trabajo para organizar el traslado a la nueva infraestructura hospitalaria. Nunca supimos, ni sabremos, quienes formaban parte de esos grupos y desde luego puedo asegurarles que no formaban parte de los mismos ni los jefes de servicio ni los facultativos especialistas de área, mayoritariamente médicos, ni el resto de las categorías como enfermería, auxiliares de enfermería, celadores, técnicos especialistas, auxiliares administrativos, etc. Ni tan siquiera hemos formado parte de la gestión del traslado los miembros de la Junta de Personal , algo preceptivo por Ley. Por más que todos los delegados de Junta de Personal hemos denunciado esta situación, incluso con notas y ruedas de prensa y manifestaciones a las puertas del Hospital Virgen de la Salud de Toledo, nunca conseguimos estar integrados en ninguno de los supuestos grupos de trabajo. Ni tan siquiera hemos conseguido que se nos informe de forma clara y puntual sobre las medidas que se han ido tomando en relación al traslado . Nos han ido informando tarde y mal. Todo un compendio de negación y oscurantismo desde una administración pública hacía los legítimos representantes de los miles de trabajadores que conforman el Complejo Hospitalario de Toledo . Personalmente, estoy en el convencimiento de que todo ha sido una patraña más de esta administración que si por algo se caracteriza es por su falta de transparencia y de diálogo. Y claro, de aquellos polvos, estos lodos, o sea, el desastre organizativo y asistencial en que se está convirtiendo este traslado atropellado y a salto de mata.

En definitiva, no ha habido un Plan de Traslado organizado y estructurado y al final todo se está haciendo deprisa , a golpe de ocurrencia y lastrados por la mala imagen que están dando a nivel público, principalmente por la mala gestión de la pandemia y por unas urgencias colapsadas permanentemente en el hospital Virgen de la Salud . Todo apunta a que han tocado a rebato y que hay que trasladarse sea como sea antes de final de año, esa parece la consigna.

Relatar de forma pormenorizada todos los entresijos del traslado, además de prolijo no llevaría a nada pero baste decir que no conozco a nadie de esos miles de trabajadores, me refiero claro está a personas imparciales, que no estén jurando en arameo por toda la incompetencia que gira en torno a este traslado y por todos los problemas que nos está generando en nuestro quehacer diario.

Nos acaban de anunciar que las urgencias empezarán a funcionar en el nuevo hospital de Toledo el próximo sábado día 4 de diciembre pero lo que no nos han dicho es que servicios tan importantes como l os laboratorios, anatomía patológica, microbiología, centro regional de transfusión, neurorradiología intervencionista para tratamiento, entre otros, del ictus y aneurismas cerebrales, etc., permanecerán sine die en el hospital Virgen de la Salud de Toledo porque la falta de previsión ha hecho que no se puedan trasladar de momento al nuevo hospital.

Cuando digo que la mudanza al nuevo hospital de Toledo es una oportunidad perdida me refiero a que ya no tendrá esos 360.168 m² que se iban a construir inicialmente sino unos 250.000 m², una diferencia de 90.000 m² que se han convertido en un inmenso trampantojo a lo largo y ancho del nuevo hospital y que suponen una pérdida de espacio tan importante que lo que hay habilitado actualmente es claramente insuficiente . Es sorprendente pero uno de los problemas más importantes con el que nos hemos encontrado al llegar al nuevo hospital es la falta de espacio.

Ya no tendremos esas 804 habitaciones individuales para hospitalización convencional que iban inicialmente proyectadas y que suponían una verdadera forma de apostar por la dignidad y humanización de la sanidad en Castilla-La Mancha, algo que otras comunidades limítrofes si han hecho como Madrid en el nuevo hospital Puerta de Hierro. La cruda realidad es otra y a pesar de que el Sr. García-Page nos buzoneó en Toledo, año 2019, una información donde aseguraba que «Aquí cuentan las personas, El Nuevo Hospital ya es una realidad» y que tendría «1.142 camas y “39 quirófanos»; de nuevo otro de sus incumplimientos o venga usted a saber, lo cierto es que l as habitaciones que iban a ser individuales ahora lo serán dobles y el número de quirófanos será de 25, una cifra muy alejada de los 39 proclamados por el Sr. García-Page y que son claramente insuficientes para la demanda actual y futura.

Se ha perdido la oportunidad de diseñar con el tiempo suficiente nuevas formas de trabajo basadas en la gestión por procesos y bajo las directrices de las guías de buena práctica clínica. En definitiva, pasar de un modelo sanitario administrativo y burocratizado como el actual a otro donde los indicadores de salud sean los que marquen las pautas a seguir y donde la calidad de vida sea uno de los objetivos principales a conseguir.

En definitiva, después de tener las llaves desde hace dos años y medio nos mudamos al nuevo hospital de Toledo con todo lo viejo, las mismas formas y hábitos de trabajo, con unos espacios insuficientes , habitaciones dobles, menos quirófanos, sin la cirugía torácica que nos prometieron, gran parte de los servicios permanecerán en el Hospital Virgen de la Salud y lo más preocupante es que sabremos cuándo salimos de casa pero no cuándo llegaremos al nuevo hospital porque las comunicaciones son las que son, o sea, una, y da para lo que da.

Que diferente podría haber sido todo si hubiesen hecho las cosas con más diligencia, de forma programada , contando con los profesionales y con los representantes de los trabajadores y sobre todo pensando en mejorar la salud, dignidad, humanización y calidad de vida de los castellano manchegos.

Eso sí, por fin nos trasladamos al nuevo hospital de Toledo, ¡aleluya!

(Juan José García Cruz es médico anestesista y exsecretario del Colegio de Médicos de Toledo)

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