Juan Gómez Díaz

Ich bin ein Berliner (soy un berlinés)

«La construcción del Muro, del que se cumplen sesenta años, fue uno de los acontecimientos más álgidos de la Guerra Fría»

POR JUAN GÓMEZ DÍAZ

Esta frase —soy un berlinés— pronunciada por el presidente Kennedy ante el Muro de Berlín , en el chekpoint Charlie de la Friedrichstrasse, dejó claro el compromiso de los EE.UU. de no abandonar a los berlineses ; ya lo había demostrado en 1948 durante el bloqueo que los soviéticos sometieron a la antigua capital alemana. La construcción del Muro, del que se cumplen en este, sesenta años, fue, junto con la crisis de los misiles en Cuba, uno de los acontecimientos más álgidos del periodo conocido como Guerra Fría; término de autoría orwelliana aunque el primeo que lo utilizó fue Bernard Baruch, asesor económico del presidente Truman.

El Muro de Berlín fue un muro de seguridad que formó parte de la frontera interalemana desde el 13 de agosto de 1961 hasta el 9 de noviembre de 1989. Rodeaba y separaba la zona de la ciudad berlinesa encuadrada en el espacio económico de la República Federal de Alemania (RFA), Berlín Oeste, de la capital de la República Democrática Alemana (RDA) que se había instalado en Pankow, uno de sus barrios. En el Bloque del Este, dominado por los soviéticos, fue conocido como Muro de Protección de Anfifascista porque se levantó para proteger a su población de elementos fascistas que conspiraban para impedir la voluntad popular de construir un Estado socialista en la Alemania del Este. En cambio, en los medios de comunicación occidentales y parte de la opinión pública, recibió el nombre de Muro de la Vergüenza.

Desde la fundación de la RDA se incrementó la emigración en dirección a la RFA , calculándose en cifra aproximada a los tres millones y en medio millón los que diariamente pasaban la frontera en ambas direcciones que, de esta manera, podían comparar las condiciones de vida de ambos lados. Y aunque Walter Ulbricht declaraba que no había intención de levantar un muro, el caso es que, con el mayor de los secretos de estado, en la noche del 12 al 13 de agosto de 1961 se inició su construcción por parte del Ejército Popular y la Volkspolizei , que dividía la ciudad de Berlín en un perímetro de 155 km, dándose la circunstancia que algunas calles pertenecían a los occidentales y los edificios, a la Alemania oriental, por lo que se procedió a cegar puertas y ventanas.

El momento de mayor peligro de enfrentamiento tuvo lugar el 25 de octubre de ese año, cuando en el cheickpoint Charlie, se alinearon frente a frente diez carros de combate americanos y soviéticos dispuestos a disparar. La iniciativa diplomática de Kennedy y del primer ministro de la URSS, Jrushchov evitaron lo que podría haber sido una catástrofe nuclear. No obstante, alrededor de seiscientas personas intentaron huir; en Berlín cerca de ciento cuarenta. Especialmente dolorosa fue la huida de Helmut Kulbeik y Peter Fechter; el primero lo consiguió y el seguro murió desangrado ante la mirada incrédula de los periodistas occidentales. Existe la teoría que la letra de la canción 'Libre' está inspirada en esta historia, aunque su autor, José Luis Armenteros, lo descartó rotundamente.

Y si en el más absoluto secreto se levantó el Muro, con una escueta frase cayó. Cuando en 1989 se habían suavizado las condiciones para viajar a la Alemania occidental, el miembro del Politburó del SED (Partido Socialista Unificado de Alemania), Günter Schabowski, anunció en una rueda de prensa retransmitida en directo por la televisión de la Alemania Oriental, que todas las restricciones habían sido retiradas. Lo que nadie imaginaba es que había comparecido sin haberse preparado el tema, ni que acabaría haciendo el papelón de su vida. A la pregunta del corresponsal de la agencia italiana Ansa, Riccardo Ehrman, sobre si se podía circular libremente, el dirigente comunista titubeó y otro periodista Ralp Niemeyer volvió a preguntar que a partir de cuándo, y es entonces cuando Schabowski responde: ab sofort (desde ya, inmediatamente). Y, efectivamente el muro cayó y miles de berlineses cruzaron el muro ante la incredulidad de los policías que observaban atónitos el espectáculo.

El proceso de reunificación alemana no fue un camino de rosas . Los seis 'nuevos estados federados' procedentes de la RDA, aportaron menos a la economía, exportaron menos, tienen peores sueldos, menos pensiones y una población envejecida y rural, por lo que su 'rescate' requirió ingentes cantidades de millones de marcos. De ahí que surgiera entre sus habitantes un sentimiento de 'ostalgia' (de öst, este y nostalgia).

Cabe señalar, sin embargo, la extraordinaria labor del canciller federal Helmut Kokl que, hábilmente, logró la unificación de la patria alemana para todos sus ciudadanos, siendo además premonitoria de la caída de otro muro, no físico, sino ideológico y social: el 'telón de acero' que desapareció dos años después, cuando se desintegró la URSS.

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