Jesús Romero
Si callamos será peor
«Corrección política que se acaba ejerciendo de forma autoritaria, es la policía del lenguaje»
Hay muchas formas de dictadura, hay una forma más velada y sibilina, es la dictadura del miedo (se empieza por ahí), no lo acepto, me resisto a dejar de compartir mis reflexiones por esa expresión tan de moda por la nueva izquierda, la llamada «corrección política»; esta parte de la sociedad, progresista en otros tiempos abierta y tolerante, se ha convertido hoy también en los nuevos censores. No me importa, prefiero que no acallen mi voz, ni nos tomen por tontos.
Corrección política que se acaba ejerciendo de forma autoritaria, es la policía del lenguaje. No sólo se coapta la libertad de expresión, todo lo que se aleje del bienpensante buenismo enfrenta a los ciudadanos en torno a cuestiones que, aunque no hay duda que se van superando o se encuentran en el cauce de lograse, parece que determinados grupos políticos y colectivos sacaran rédito de ello. Por poner algunos de los ejemplos de mayor actualidad: el feminismo, o el colectivo –si que quiere llamar así, creo erróneamente lo de colectivo- LGBT . Sus reclamaciones llevadas a extremos y respaldadas por determinados partidos políticos, en ocasiones, antes que traducirse en mejorar determinados problemas reales, han creado otros. No me estoy poniendo enfrente a que defiendan sus lícitos derechos, los cuales no deben ser otros que los de la normalidad e igualdad. Este posible error de planteamiento o estrategia y otros han sido puestos en evidencia por el escritor Bret Easton Ellis («American Psyco»), con la caustica que caracteriza a su habitual lenguaje, y desde la condición de homosexual.
Recordamos las manifestaciones por el Día de la Mujer en España, donde en lugar de intentar sumar fuerzas hubo quienes se empeñaron en separar, en fracturar aún más al país; y si nos referimos al «Me Too», algunas mujeres empiezan a estar hartas de tanta polémica, y no lo digo yo, sobre todo por tratarse de tiempos pasados, y porque desean enfrentarse a situaciones más actuales y a los problemas que en adelante tendremos que lidiar, ya lo estamos viendo...
Pues miren, yo prefiero ser «políticamente incorrecto» en estas circunstancias y opto por llamar «al pan, pan y al vino, vino» , y cuando las aguas vuelvan a su cauce, entonces «hablaremos de lo humano y hasta de lo divino». Ahora señores, en estas circunstancias cuando aún nos dejan cerca de 600 conciudadanos al día a causa del coronavirus, ahora no hablemos de la Jefatura del Estado.
No desviemos la atención, un mínimo de respeto y de sensibilidad. Menudas palabras que acabo de utilizar tan poco practicadas por los responsables públicos y en determinados foros o medios de comunicación. Imagino que desconocerán de que hablo aquellas personas que corroboran los términos con los que se ha explayado la concejala lanzaroteña de la extrema izquierda: «quizás el virus nos está avisando de que estamos llenando el planeta de personas mayores…». La teoría darwinista aplicada a nuestros ancianos, donde los más débiles sobran … una forma de eugenesia al más puro estilo hitleriano (ancianos o judíos, qué más da!).
Ante todo este maremágnum y desconcierto y carentes de una batuta con ideas y directrices claras, el presidente Sánchez pide unidad a la oposición . Sin embargo, el Jefe de la Oposición se ha enterado por los medios de su invitación. No parecen las formas más adecuadas – y menos en estos momentos de crispación- cuando sinceramente este es el objetivo. Los mal pensados podrían sospechar que sería una estrategia de provocación a la Oposición que al perder las formas, parecen los culpables del intento fallido de diálogo. Es posible que se trate de una de las estrategias de ese tan manoseado «Manual de Resistencia» del presidente, o quien sea el autor. Sólo un apunte, ¿se imaginan ustedes la que se hubiera liado si fuera la derecha la responsable de la gestión de la pandemia por el COVID-19?
No se debe utilizar el estado de alarma para gobernar sin el control necesario en cualquier Democracia. Bulos por todas partes , y no sólo por parte de las opciones de derecha, no. ¿Y sus bulos, señores del Gobierno?, que además son mentiras bajo el paraguas y la autoridad que brinda el poder. Celebro que el discurso oficial haya experimentado un cierto giro hacia la moderación y el reconocimiento de la cruda realidad que nos atormenta. Estamos asistiendo a una falta de lealtad entre los miembros y miembras (ya casi no se utiliza) del Gobierno, y me parece muy bien; faltaría que el ministro de Seguridad Social (Sr. Escrivá), no pueda mostrar su extrañeza ante un plato que parece que desean Pedro y Pablo dárselo ya cocinado (renta mínima vital), y es competencia directa suya. Tampoco pueden poner cortapisas al librepensamiento expresado con educación y sin ofender, porque no existe una verdad única . El relato único que nos quieren imponer es propio de otro tipo de Estados, y no es el que los españoles eligieron libremente, aunque soberanamente engañados. Seguro que ustedes saben lo que estoy pensando. No debemos ser leales al Gobierno, sino al país.
Percibo que la Democracia está en peligro , y que un día nos despertaremos y la Democracia ya no estaba allí (viñeta de El Roto), un guiño al microrrelato más breve jamás escrito por el guatemalteco Augusto Monterroso: «Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí». La Democracia, como todo lo que merece la pena y no está sustentada a los lazos de sangre, o a la amistad, debe ser cuidada y alimentada día a día, y hoy se encuentra amenazada en España.
Hoy he realizado una videoconferencia con un antiguo compañero de Universidad y hoy colega, el Dr. José Zarco, que de forma voluntaria ha prestado todas sus fuerzas y me consta, su buen hacer, servicio en el Hospital de Emergencia de Ifema, y me comentaba que se encontraba agotado pero encantado de haber sido de utilidad . Disculpen este inciso, después de muchísimos años sin vernos, ambos hemos tenido la sensación de estar tomando apuntes en una de esas aulas magnas de la Facultad de Medicina de Madrid, y posteriormente del H. Universitario Clínico San Carlos, o bien entrenando en el Campus Universitario para superar las pruebas de IMEC. Han pasado más de 30 años, y parecía que fuera ayer… pero esto no sucede con la Democracia, el Amor, ni con el puesto de trabajo.
Observo el desmoronamiento de una socialdemocracia que tantos servicios prestó para garantizar el Estado del Bienestar en nuestra Vieja Europa. El desmoronamiento de la misma Democracia en Europa; o reaccionamos todos los ciudadanos responsables de cualquier ideología, y nos retiramos la venda de los ojos, o cuando queramos poner solución será demasiado tarde. Romper la sociedad es muy fácil, lo que no lo es tanto es recomponerla, suturar o coser las heridas y que tenga lugar el lento proceso de cicatrización. Algunos sectores políticos se han empeñado en los últimos años en reavivar el ánimo de la venganza y la llama del odio; ese odio que supieron apagar los que ahora nos están dejando, también algunos de nosotros, y tengo el honor de incluirme.
Una de las facetas peores que a las que conducirá esta crisis será el aumento de las desigualdades y la peor … los colectivos más desfavorecidos, algo nefasto para la sociedad y sobre todo para los que más lo necesitan y el IMF se ha pronunciado; al menos la música suena bien, veremos. La Secretaria del Fondo Monetario Internacional ha pronosticado una crisis similar a la que padecimos durante la Gran Recesión de 2008, e insta los países más poderosos, de manera colectiva, apoyen a la economía mundial. A nivel de Europa, todos juntos solidariamente soportaremos mucho mejor la crisis que se avecina. La UE tiene una ocasión excepcional para demostrar si realmente merece la pena el proyecto de una Europa unida. Este será también un test que superaremos juntos o lo suspenderemos.
Tal y como nos decía hace unos días Felipe Fernández-Armesto, catedrático de Historia Mundial y Ambiental en Londres : «la única lección de la Historia es que no se aprenden las lecciones de la Historia», especialmente aquellos dirigentes que no se enfrentan a los retos con humildad. Es necesario reconocer los errores, no es fácil, pero no se equivoquen, actuar así es un signo de grandeza, que sólo practican las personas grandes. En la gestión de esta crisis hasta el mismo Boris Johnson ha sabido rectificar,«“rectificar es de sabios».
Es un momento en el que las ideologías y los dogmas deben quedar relegados al bien común, debemos dejar a un lado esas posturas ambiciosas y arrogantes que siempre hundieron a las civilizaciones que se creían invencibles e intocables, comentaba hace unos días con un amigo, A.I.I.