Jesús Maroto

Tajo, no te damos la espalda

«No tengo la solución, pero me queda la esperanza. La ilusión»

POR JESÚS MAROTO

Hace unos días la gran poeta y mejor amiga María Antonia Ricas colgaba en su Facebook una foto del Tajo en estado más lamentable del que ya de por sí tiene. Acompañaba la foto con un pequeño texto: Esta panorámica también es de premio . Con ello estaba ironizando, a la que vez que lamentándose, sobre la reciente distinción que ha recibido Toledo como la panorámica más bonita del mundo de noche . Un buen reclamo para el turismo sin duda y más en estos tiempos pandémicos y de crisis para el sector, pero ese mismo turismo que ojalá venga verá, a la luz del día, la citada panorámica con un río que la bordea. Un río enfermo y malherido . Y lo más normal es que se pregunten por qué.

Expresaba el mismo desaliento hace muy poco el poeta y también amigo Santiago Sastre con motivo de una visita que le hacía a la escritora y poeta Pilar Bravo que vive cerca del río. El río verde que lo llamara Mario Paoletti , esposo de Pilar y tristemente fallecido hace algo más de un año. Sastre ha escrito en varias ocasiones sobre el Tajo y su saqueo. Rescato un párrafo de uno de sus artículos en este periódico: El Tajo que fue origen de Toledo, que define la constitución geográfica de nuestra ciudad, que fue fuente de riqueza acogiendo molinos, generadores de electricidad, regando huertas… y ahora parece salido directamente de una atarjea .

No soy político, ni periodista, ni activista, ni pertenezco a ninguna plataforma. Soy un ciudadano más al que le duele su río y que como otros muchos no le da la espalda. A la cabeza se encuentra la alcaldesa, Milagros Tolón , que en declaraciones recientes y no tan recientes muestra su pesar. Cada trasvase es una puñalada al Tajo, dijo en 2019.

En fin, quién te vio y quién te ve, Tajo de Cervantes, Góngora o Garcilaso . De este último son estos versos: Corrientes aguas, puras, cristalinas / árboles que os estáis mirando en ellas / verde prado de fresca sombra lleno / aves que allí sembráis vuestras querellas / yedra que por los árboles caminas / torciendo el paso por su verde senda / yo me vi tan ajeno del grave mal que siento / que de puro contento / con vuestra soledad me recreaba / o con el pensamiento discurría / por donde no hallaba / sino memorias llenas de alegría.

Que lo dicho, mejor, lo escrito, sea una voz más que se sume a las que abogan por un Tajo, a su paso por Toledo, sano, alegre y cristalino.

No tengo la solución, pero me queda la esperanza. La ilusión.

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