Gran apuesta por la ganadería de bravo en época de crisis
La ganadería de Sagrario Moreno Béjar ha adquirido las últimas 100 vacas de Fernando Peña y dos sementales, que ya están en El Ventorrillo, donde tendrán una nueva vida
Los momentos duros para muchos se abren en oportunidades para los valientes. La pandemia que asola el mundo y que se ha cebado de manera cruel en el campo bravo toledano ha dejado gran parte del tejido ganadero pendiente de un hilo. Este hilo que se está a punto de romper y que daría al traste el trabajo y esfuerzo de muchos años, se contrapone con una familia valiente y emprendedora que ha apostado por afianzar su bisoño proyecto taurino.
Antonio Rodríguez y Sagrario Moreno , matrimonio toledano, de Pantoja, tuvo la oportunidad hace años de adquirir una de las dehesas más renombradas del orbe taurino «El Ventorrillo», en Los Yébenes. En su extensa llanura pastaron las vacas del añorado Paco Medina y allí construyó su laboratorio de pruebas de la bravura. Unas instalaciones modélicas, usando en su mayoría la piedra del terreno en paredes robustas y corrales prácticos que sirven para faenar con las reses. Cuenta con una plaza de toros por donde pasaron en su día las más grandes figuras del toreo, de estructura rustica, con traviesas retiradas de antiguas vías férreas soportadas por pilares que le dan un sabor inconfundible. Su arbóreo perímetro le imprime personalidad a su coso, coronado por un majestuoso y amplio palco que es la ampliación de los salones del caserío taurino.
Son tres generaciones las que conviven día a día en los quehaceres de la ganadería. Los hijos de los propietarios Francico Antonio, Gema María y Susana están al frente de todas las labores. Pero el hijo de Gema, Nacho Torrejón, quiere probar suerte en el mundo del toro y es novillero sin picadores.
Una familia que ha apostado por su proyecto ganadero que ha tenido en estos días una incorporación mayúscula. Desde la otra punta de la provincia, de la dehesa Palomarejos, partieron varios camiones con 100 vacas madres de la extinta ganadería de Fernando Peña.
Son la flor genética que llega al paraje del arroyo de la Zurita que se suman a las cabezas de diferentes líneas y ramas «domecq» que ya pastan en estos llanos. Acompañando a las progenitoras llegaros varios sementales y novillos que serán la simiente que hará que afloren astados bravos a la Dehesa del Ventorrillo.
Ahora les queda un largo camino por delante, de trabajo ilusionante, de selección exhaustiva, de acertada elección en los lotes de cubrición, de compensación de bravura de progenitores y de suerte, mucha suerte. Para ello, en la casa tienen el otro pilar de la tauromaquia, su torero, el nieto de Antonio y de Sagrario, el cual no pierde la oportunidad de medirse en el coso de la finca con las vacas en las que compensa su preparación para ser torero, como en la prueba de fuego con picador y muleta de las que pueden ser futuras madres de la dehesa.
En las 600 hectáreas de la finca «El Ventorrillo» ya están los lotes compuestos, dos a partes iguales de 50 vacas de la nueva adquisición y otro con las 70 progenitoras que estaban ya en la casa. En breve los sementales serán repartidos por los cercados para cubrir las hembras. En la actualidad la vacada de Sagrario Moreno cuenta con ocho «padres», dos que vinieron desde Palomarejos, uno aprobado de la casa de capa «carbonera»; el toro «Fantasma», de Domingo Hernández, indultado por el Juli en Cáceres; uno llegado desde la vacada de Manuel Vidrie y tres del hierro de El Montecillo.
La ganadería de Sagrario Moreno Béjar ha adquirido las últimas 100 vacas de Fernando Peña y dos sementales, que ya están en El Ventorrillo
Durante la visita a la ganadería pudimos ser testigos del acrotalamiento del primer becerro macho nacido ya en Los Yébenes de las nuevas inquilinas de la finca. Se trata de un macho berrendo, que no puede negar la ascendencia de la sangre Núñez en sus venas, vía Torrestrella. El animal, con pocos días de vida, no dudó en embestir a los encargados de identificarlo, incluso se midió con el vehículo, embistiendo a las propias ruedas. Esto demuestra que estos animales tienen un instinto natural e innato de acometer, incluso recién nacidos.
Gran afición
No es el mejor momento para apostar por un proyecto como el que ha emprendido esta familia toledana, pero su afición y amor por el toro bravo ha pesado más que la situación actual de la cabaña brava. Una temporada a cero, en la que no se han lidiado apenas animales en las plazas, pero sí muchos en las fincas, donde los profesionales no han dejado de tomar el contacto continuo con los toros.
La ganadería de Sagrario Moreno Béjar, en sus pocos años de vida, ha ido dando pasos firmes en su proyecto, apostando por nutrir sus cercados de sangre brava de diferentes ganaderías del panorama nacional. Los frutos los hemos podido ver en algunos cosos de la provincia, destacando los novillos lidiados en Esquivias en el festival homenaje a Churruca. Pero donde tuvo tarde redonda la divisa fue en las fiestas patronales de Pantoja de 2019, donde se corrieron 5 reses que exhibieron sus buenas características y bravura, macerada en los Montes de Toledo.
Pero lo mejor que tienen estas tres generaciones de soñadores es la categoría humana, poniéndole pasión y entrega a este proyecto que se integra en una explotación ganadera modélica. Allí se entrelazan los animales bravos con el ganado bovino manso, así como la agricultura ecológica y la reciente plantación de almendros. En definitiva, lo que hacen es conservar la dehesa ibérica, con encinas centenarias y sierra escarpada donde abundan diferentes especies cinegéticas de caza mayor.
Son un verdadero ejemplo de la defensa de la biodiversidad y del bosque mediterráneo, el que se cuida en la finca El Ventorrillo, que con la centena de nuevas cabezas contribuye al ecosistema y al mantenimiento sostenible. Ahora el ganado incorporado se está aclimatando a sus nuevos parajes, cercados y querencias, fijando en la ganadería de Sagrario Moreno una simiente de bravura. Hasta dentro de dos o tres años no se podrán ver los primeros resultados, las hembras en la placita de tientas y los machos en los cosos taurinos.
Para la temporada 2021 tienen en sus cercados unas decenas de machos que podrían verse en nuestros pueblos, siempre que la situación de la pandemia actual remita y los pueblos toledanos puedan celebrar sus fiestas dentro de una controlada normalidad.
Le seguiremos los pasos a esta casa ganadera que ha visto una oportunidad en la venta que le ha ofrecido Fernando Peña, que lógicamente le ha entregado todos los cuádrenos de campo, con las notas de tienta de las 100 vacas y sus reatas de procedencia, lo que facilitará la labor a la hora de trabajar con algo tan caprichoso como es la genética de bravo.
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