La Fundación Educación y Evangelio asume la gestión del colegio ‘La Medalla Milagrosa’ de Toledo
Garantizan la continuidad de su labor educativa en la ciudad, «manteniendo su carácter propio católico y comprometiéndose a seguir trabajando con el colegio por un proyecto educativo ilusionante y necesario en la ciudad de Toledo»
Las Hijas de la Caridad han llegado a un acuerdo con la Fundación Educación y Evangelio (FEyE) para el Colegio 'La Medalla Milagrosa' de Toledo. Así, la Compañía de las Hijas de la Caridad ha decidido ceder la titularidad del colegio a la Fundación Educación y Evangelio (FEyE) para continuar la labor educativa desarrollada durante años.
En un comunicado, explican que «debido al proceso de transformación, reflexión y discernimiento, las Hijas de la Caridad han decidido ceder la titularidad del Colegio 'La Medalla Milagrosa' de Toledo a la Fundación Educación y Evangelio (FEyE)». Este acuerdo, cuyo núcleo central son los alumnos, familias y trabajadores del centro, se ha llevado a cabo «gracias a la buena relación entre ambas instituciones y el hecho de que ya existen precedentes de acuerdos similares con otros centros vicencianos asumidos por la FEyE ».
La FEyE es una entidad sin ánimo de lucro creada por Escuelas Católicas-FERE (Federación Española de Religiosos de la Enseñanza) cuya finalidad es evitar que se cierren colegios católicos que cumplen una función educativa, social y evangelizadora. Actualmente, la Fundación es titular de 14 colegios en Madrid y Castilla-La Mancha, de los cuales 5 colegios eran de las Hijas de la Caridad.
Con esta decisión la FEyE asumirá la titularidad del colegio 'La Medalla Milagrosa' garantizando la continuidad de su labor educativa en la ciudad, «manteniendo su carácter propio católico y comprometiéndose a seguir trabajando con el colegio por un proyecto educativo ilusionante y necesario en la ciudad de Toledo».
Así pues, la FEyE da la bienvenida a toda la comunidad educativa de este colegio que cuenta con una importante apego en la ciudad, en donde comenzó su andadura inmediatamente después de la Guerra Civil de 1936. En concreto, abrió sus puertas el 6 de diciembre de 1937 en la Calle Nueva, cuyo alquiler corrió a cargo de la duquesa viuda de Lerma. El colegio comenzó con 57 alumnos y pronto se quedó pequeño y, en enero de 1940, se trasladó al antiguo convento de las Bernardas, en la calle Núñez de Arce. Desde esa fecha trabaja por ofrecer un servicio cada vez mejor a las clases sociales más desfavorecidas. Y lo seguirá haciendo.