CASTILLA-LA MANCHA
Filomena deja récords históricos de temperaturas y agua en los embalses
Toledo registró el 12 de enero-13,4º de mínima y el día 27 18,8ºde máxima
La delegada de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Castilla-La Mancha, Paloma Castro, destaca el lado positivo del temporal: un incremento de las reservas de los pantanos
El histórico temporal de nevadas al paso de la borrasca Filomena ha dejado miles de damnificados en Castilla-La Mancha y una catástrofe ambiental sin precedentes en la región, con u n inmenso patrimonio vegetal perdido. Pero también hay un lado positivo: el deshielo de la nieve que dejó el temporal y las precipitaciones de las sucesivas borrascas posteriores han llegado a los embalses de la cabecera del Tajo y han elevado la reserva hidráulica al 51,1,% de su capacidad. La cara más amable de la borrasca es el volumen de agua en forma de nieve que se ha depositado en los embalses. Entrepeñas y Buendía han almacenado más de 80 hectómetros cúbicos desde el 6 de enero, cuando entró la borrasca, aumentando poco a poco la capacidad de los pantanos. En un solo día, del 29 al 30 de enero, Entrepeñas, que ya está al 42,6 por ciento de su capacidad, aumentó 3,43 hectómetros de agua embalsada y Buendía incrementó 2,18 hectómetros cúbicos y está al 20,21% de su capacidad.
De nuevo aumento de volumen de agua embasada de ayer a #hoy 31 de enero con 2,3 hm3 más en #Entrepeñas y 2,93hm3 en #Buendía. Cortesía de @chtajo datos de #SAIHTAJO pic.twitter.com/Iw9RRyARoq
— @AEMET_CLaMancha (@AEMET_CLaMancha) January 31, 2021
Desde el Observatorio Geofísico de Toledo se está siguiendo al detalle la situación de los embalses, en especial, la cabecera del Tajo, con comparativas de Entrepeñas y Buendía. La delegada de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Castilla-La Mancha, Paloma Castro , destaca este lado positivo de la borrasca Filomena porque « mucha nieve que se ha derretido no se ha perdido y se ha ido a la cabecera del Tajo». También ha aumentado el caudal de los ríos, que también han crecido pero de forma controlada, con la excepción del río Henares, «en el que hubo una pequeña inundación que ya está controlada».
Paloma Castro explica también a ABC cómo se ha vivido en el Observatorio Meteorológico de Toledo el paso de Filomena, del 7 al 10 de enero, y la posterior ola de frío que se debió a un anticiclón sobre la península, a la atmósfera estable y a un suelo helado, dejando más de cincuenta centímetros de nieve en casi toda Castilla-La Mancha, excepto el sur de Ciudad Real. Un fenómeno que provocó que las temperaturas se mantuvieran «muy frías». «Eso no había ocurrido desde hace muchos años», afirma.
Hirlo sobre los pinos del IGN geofisico de #Toledo. Ya incrustado en los troncos #oladefrio #postfilomena pic.twitter.com/a6vWD51DBo
— @AEMET_CLaMancha (@AEMET_CLaMancha) January 15, 2021
Paloma Castro recuerda que Toledo llegó a registrar 13,4 grados bajo cero el pasado 12 de enero, la temperatura mas baja de toda la historia de su Observatorio, desde 1982 hasta hora. En Toledo, la temperatura más baja que se tiene recogida corresponde al mes de enero de 1945, fecha en que el termómetro llegó a la cifra de 14,4 grados bajo cero, en el observatorio de Lorenzana, en el Casco Histórico.
El 12 de enero Molina de Aragón alcanzó los 25,2 bajo cero, la más baja de España ese día, aunque la de su historia con temperaturas mínimas por debajo de los 28, 2 grados bajo cero se registró el 28 de enero de 1952.
Para que se produzcan estos datos hsitóricos tienen que coincidir varios factores, según explica Paloma Castro, física y meteoróloga: tiene que hacer mucho frío en el suelo, algo que se produjo por la nevada de Filomena, y también un momento anticiclónico estable «de tal manera que la masa de aire que se posaba sobre la nieve no se movía; el sol entraba y rebotaba y se volvía al exterior». Por eso, la ola de frío terminó cuando el anticiclón se retiró al norte y entraron los frentes de las otras borrascas, como Gaetán y Hortensía.
Como científica, la delegada de Aemet en Castilla-La Mancha ha vivido con gran interés estas condiciones climatológicas que se han producido en este clima tradicionalmente árido y seco y reconoce que por el cambio climático «los elementos extremos se están dando con más frecuencia», pero también recuerda otras épocas, como lo que ocurrió durante la Guerra Civil en Teruel, en donde murieron muchos soldados por el frío por temperaturas de 30 grados bajo cero, una ola de frío que dejó más de 15.000 bajas por congelación en ambos bandos.
Llama la atención también de este mes de enero el contraste de temperaturas. En la ciudad de Toledo «hemos pasado de los 13,4 grados bajo cero del 12 de enero a los 18,8 grados que se regristaron el día 27». Y en otros puntos de Castilla-La Mancha se ha llegado a los 23 grados. «No es algo como la nevada histórica, pero es destable también que, en Navahermosa el día 27 hizo 20, 3 grados. Y todas las mínimas en valores positivos», explica, por último, Paloma Castro.