Enrique Sánchez Lubián
Entretelas

Que en una región como Castilla-La Mancha, cuyos índices de lectura de prensa ocupan los últimos lugares de las estadísticas nacionales, este suplemento cultural alcance cien números es un destacado logro. Es una de esas noticias que a los periodistas nos gusta contar. Máxime si, como es mi caso, he participado en este proyecto desde su primera entrega. He disfrutado pensando, escribiendo, documentando y compartiendo cada uno de los trabajos aquí publicados
En octubre de 2009 abrí en mi ordenador una carpeta con el título de «Suplemento Artes & Letras». El primer texto que guardé en ella estaba dedicado a la colección de «Biografías» que desde 2005 publica A lmud Ediciones de Castilla-La Mancha . El motivo era la aparición del volumen dedicado a la figura de Anselmo Lorenzo, el gran impulsor del movimiento obrero y del anarcosindicalismo en España, a quien Toledo, su ciudad natal, aún no ha reivindicado como uno de sus hijos más importantes. Cuando escribo estas líneas, esa carpeta guarda más de mil quinientos sesenta archivos , entre textos, fotografías, ilustraciones y documentos diversos.
Coligo que conforman un relato coherente y continuado. Siempre me han interesado los personajes olvidados, cuyo recuerdo ha quedado perdido en los repliegues del pasado, sin haber sido registrados con letras gordas en los anales oficiales. Como periodista me he acercado a ellos, intentando conformar una crónica amena que atrapase a los posibles lectores. En algunas ocasiones, cuando intuía que tenía entre manos una buena historia, he contado con ansiedad las horas que faltaban para que este suplemento llegase a los quioscos, temiendo que alguien pudiera levantármela.
«En algunas ocasiones, cuando intuía que tenía entre manos una buena historia, he contado con ansiedad las horas que faltaban para que este suplemento llegase a los quioscos, temiendo que alguien pudiera levantármela»
Mariano García Ruipérez, director del Archivo Municipal, me ofreció una leve noticia sobre la venta por internet de cierta documentación de un ciudadano alemán que en tiempos había vivido en Toledo. El hilo me encaminó a la azarosa aventura de Erich Heberlein , el diplomático que huyendo de los nazis buscó refugio en estas orillas del Tajo. La limitación de espacio en este suplemento dejó detalles de su peripecia en el tintero. La publicación de ese trabajo me deparó situaciones curiosas. Un señor me detuvo por la calle interesado en saber si el órgano que se había traído desde Alemania permanecía aún en su vivienda de «El Jardín». Una vecina de la Plaza del Juego de Pelota me localizó para contarme que cuando los Heberlein precisaban hablar por teléfono lo hacían desde su casa. Más sorprendente fue, sin duda, que desde una institución pública me inquirieran sobre posibles pistas para localizar a sus herederos con la pretensión de saldar deudas tributarias pendientes.
Fue emotivo contactar con los familiares de Luis García Galiano , el concejal republicano del Ayuntamiento de Toledo quien al terminar la guerra civil se exilió a México llevando hasta allí los secretos de nuestro mazapán. O rescatar a la figura de Luisa Alberca , la escritora manchega que firmó con Guillermo Sautier Casaseca algunos de los seriales radiofónicos más conocidos de la España de los cincuenta. Seguir la pista del buscavidas Emilio Sanpedro , quien en 1906 estafó al cardenal Sancha haciéndose pasar por emisario del príncipe de Gales, fue divertida y amena.
Aprendí rescatando a Lourenço de Gusmao, el «cura volador», precursor brasileño de la aviación cuyos restos mortales reposan en la Iglesia de San Román y cuya pericia vital noveló José Saramago en Memorial de un convento . Y al pintor toledano Esteban Lisa, de quien luego se organizó una gran exposición en el Museo de Santa Cruz. Y a Emiliano Ramírez-Ángel, prolífico periodista y escritor costumbrista reconocido con el premio «Mariano de Cavia» en 1923, artículo que derivó en otro texto más amplio para la revista «Archivo Secreto». Y desvelando la singladura el vapor «Ciudad de Toledo», que propagó por medio mundo los logros del desarrollismo económico franquista. ¿Qué decir de la polémica venta de algunos cuadros del Greco conservados en la Capilla de San José ? O de la extraordinaria «batalla» que los cadetes toledanos libraron en Los Alijares para honrar al príncipe japonés Kuni Kuniyoshi ; no olvidando los orígenes literarios de la «noche toledana» o los retazos culturales que evoca la finca de «La Alberquilla» , refugio gozoso para Galdós .
De entre los seguidores de este suplemento añoro hoy a uno muy especial, Luis María Pérez , quien prolongaba la lectura de mis trabajos con una cariñosa charla y un persistente deseo de conocer más detalles de la historia publicada. ¡Le faltó tiempo para hacer llegar a la familia del general Vicente Rojo, el texto en que recordaba su estancia como profesor de la Academia de Toledo y su reconocida Colección Bibliográfica Militar! Hace año y medio que Luisma nos dejó. Para él, Isabel –mi mujer- y yo confeccionados, imprimimos y encuadernamos artesanalmente un libro singular, recogiendo en sus páginas una gavilla de estas colaboraciones. «Entretelas» fue el título de dimos a aquel ejemplar único. A su correo electrónico continúo mandándole los enlaces de estos textos, para que no pierda el hilo de cuanto aquí publico. Lector, lectora, ¡gracias!
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