«Cuando el río lleva más agua no llegan a producirse estas espumas, a pesar de los contaminantes»

Entrevista con Rafael Camarillo Blas, doctor en Ingeniería Química y profesor titular de la Universidad de Castilla-La Mancha

El profesor Rafael Camarillo posa para ABC en el campus de la Fábrica de Armas H.FRAILE
Valle Sánchez

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Rafael Camarillo Blas es ingeniero químico por la Universidad de Castilla-La Mancha ( UCLM ) con premio extraordinario Fin de Carrera (2000). Se doctoró en Ingeniería Química (2005) y, actualmente, es profesor titular de Universidad en la Facultad de Ciencias Ambientales y Bioquímica de Toledo. También colabora con la recientemente creada Cátedra del Tajo de la Fundación Soliss y la Universidad regional. Es optimista sobre el futuro del río Tajo, aunque dice que la recuperación no será de un día para otro. Hablamos con él sobre el estado del río y su futuro desde su visión técnica y académica.

En las últimas semanas estamos asistiendo al incremento de espumas en el Tajo. ¿A qué cree que se debe?

Al no tratarse de un hecho puntual y al llevar ocurriendo durante un par de décadas ha habido tiempo de sobra para estudiarlo. La mayor parte de los informes de entidades públicas y ONGs han llegado a la conclusión de que se deben a la combinación de incrementos bruscos de ciertos contaminantes (fosfatos, amonio, nitratos, etc.), bajas temperaturas y ciertas zonas donde el bajo caudal del río hace que éste se oxigene, haciendo un efecto de batido. Cuando el río lleva más agua, no llegan a producirse estas espumas, a pesar de que pueda llevar igual o más cantidad de estos contaminantes.

¿Cuál cree que es el principal problema del río Tajo?

Como todo lo relacionado con la naturaleza, no creo que pueda señalarse un único problema. No hace falta ser un experto para calificar su estado como lamentable, simplemente observándolo. Si hace 70 años el estado era razonablemente bueno, tendremos que buscar causas introducidas o reforzadas en estos últimos años. Una sería la disminución drástica de su caudal, pero también un desarrollo poblacional e industrial más o menos insostenible en su cuenca. Lo segundo hace llegar más contaminantes y cada vez menos biodegradables al río, mientras que lo primero hace que éstos se concentren más y que el río no pueda asimilarlos como podría llegar a hacer.

Rafael Camarillo H. FRAILE

¿Qué opina de los nuevos caudales que se han fijado en el borrador del nuevo plan de la Confederación Hidrográfica?

No soy un experto en la materia, pero según lo que he dicho antes, todas las medidas que vayan enfocadas a aumentar el caudal del río se notarán en la mejora de su calidad. Es muy triste que sólo en ocasiones puntuales (por ejemplo, por el deshielo tras Filomena) se vuelva a escuchar el potente bramido del Tajo. Con ese caudal muchos de los problemas que vemos a diario se resolverían en relativamente poco tiempo. Aprovecho esto para denunciar el estado de abandono que tienen algunas zonas de la senda ecológica en puntos cercanos al río.

¿Qué es lo peor que le ha pasado al Tajo, el trasvase o la contaminación?

Me remito a mi primera respuesta. Son dos factores que ayudan a acrecentar el problema. Ya me he referido a las bondades que tendría un aumento del caudal. Pero también es innegable que reduciendo la contaminación que llega al río su calidad sería mucho mejor. La tecnología para ello existe. Las estaciones depuradoras de aguas residuales son muy eficaces. Si ciertos contaminantes que llegan al río no están en la concentración adecuada, los organismos responsables del cuidado del río debieran saber de dónde proceden y solucionarlo inmediatamente. O bien hay ciertas depuradoras de aguas residuales domésticas o industriales que no están funcionando adecuadamente o bien hay vertidos incontrolados.

¿Cree que la única solución para devolver la vida al río es la supresión del Tajo-Segura?

El trasvase Tajo-Segura es otra de las «tiritas» en la problemática hidrográfica de España. Como también lo será la «tubería manchega». A lo mejor funcionan durante un tiempo, pero dado el mayor peligro de desertificación al que ya se está viendo sometida la Península Ibérica, y que se agravará en las próximas décadas por el cambio climático, sería necesaria una solución más integradora en el conjunto de cuencas peninsulares. Habría que pensar no sólo de qué forma se puede llevar más agua a donde va a haber menos, sino, quizás también, que los consumos domésticos, agrícolas e industriales sean cada vez menores. Sería algo que tendríamos que pensar y hacer entre todos.

¿Qué alternativa les daría a los regantes de Murcia y Valencia?

No quiero criminalizarlos, porque también han sido víctimas de políticas que les han «animado» a inclinarse por determinados cultivos que demandan mucha agua en zonas que no la tienen durante todo el año. Esto también es consecuencia de una mala planificación política de distribución de cultivos durante décadas. En muchas zonas (no sólo en Levante) se han primado cultivos de moda que estaban muy demandados y se han dejado de cultivar otros ya adaptados a las zonas. Tener mucho regadío en un país que cada vez se está secando más es una bomba de relojería.

¿Las desaladoras son la solución?

Yo diría que sí, pero no lo afirmo de una manera tan taxativa como lo hacen algunos de nuestros políticos. Es la solución más rápida, ya que permite tener mucha agua de calidad a partir de agua no potable (marina, salobre). También es factible, porque es una tecnología que se lleva desarrollando en muchos países del próximo Oriente desde hace décadas. El problema radica también en su sostenibilidad ambiental. Gastan mucha energía (otro problema de reciente actualidad) y generan mucho volumen de salmuera, con gran concentración de sal. Si se solucionan ambos aspectos, utilizando energías renovables y dándole un uso a esta salmuera diferente a su vertido, sí que podría ser la solución.

¿Cree que algún día el río Tajo volverá a estar limpio?

Yo estoy seguro de que sí. Es cuestión de tiempo que aprendamos a utilizar de una manera más eficaz el agua que consumimos, que nuestras actividades generen contaminantes más inocuos para el medioambiente y que los procesos de depuración sean aún más eficaces de lo que ya son ahora. Esto será lento, pero igual que el Tajo se fue ensuciando poco a poco, la recuperación tampoco será de un día para otro.

«Me da profunda tristeza que todos los toledanos nacidos en los últimos 50 años no hayan podido utilizar el río para su disfrute, como hacen otros habitantes de nuestra misma región en sus respectivos ríos»

¿Y cree posible que nos volvamos a bañar en el río?

También soy optimista, pero me da profunda tristeza que todos los toledanos nacidos en los últimos 50 años no hayan podido utilizar el río para su disfrute, como hacen otros habitantes de nuestra misma región en sus respectivos ríos. No soy toledano, pero siempre me ha dado la sensación de que los toledanos hablan del río con cierta vergüenza, porque su degradación nos ha llevado a vivir muchas veces de espaldas a él. Espero que, antes que después, Toledo vuelva a brillar también por su río y no a pesar de su río.

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