COVID-19

Los cinco «valientes» de Apanas Toledo que plantan cara al coronavirus

El 23 de marzo dieron un paso adelante para ofrecerse como voluntarios para cuidar todo el día de los 20 residentes del centro «Condesa de Rocamartí»

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Algunos de los trabajadores de Apanas Toledo en la residencia «Condesa de Rocamartí» Apanas
Mariano Cebrián

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En los momentos difíciles es cuando se distingue a las grandes personas del común de los mortales. Esto es lo que están demostrando los trabajadores de la Asociación Provincial de Familias de Personas con Discapacidad Intelectual y del Desarrollo ( Apanas ) que llevan dos semanas encerrados en la residencia que la organización tiene en Toledo.

Buen ejemplo de ello son los cinco «valientes» que dieron un paso adelante para ofrecerse como voluntarios para cuidar las 24 horas del día de los 20 residentes que están alojados en la residencia «Condesa de Rocamartí» de Apanas, en Toledo. Allí, acompañados del resto de compañeros del centro que hacen turnos, como si se tratara de los últimos de Filipinas o la defensa de Numancia, están resistiendo los envites del coronavirus.

Acertado o no este símil bélico, lo cierto es que los cuidados y el control de los trabajadores de Apanas -cuidadores, trabajadores sanitarios y terapeutas-, están sirviendo de momento para parar los pies al Covid-19 , un enemigo invisible que podría causar un gran daño entre los 20 usuarios de la residencia, con edades comprendidas entre los 40-50 años los más jóvenes y más de 70 años el mayor.

Los cinco voluntarios que llevan dos semanas en el centro hicieron la maleta el lunes 23 de marzo con la clara idea de que se iban a tirar una larga temporada encerrados las 24 horas en la residencia para echar una mano y atender a sus «chicos», como llaman cariñosamente a los residentes.

Y la temporada será larga seguro, ya que, aunque en un principio, cuando entraron en el centro el confinamiento era para dos semanas, ahora el plazo marcado por el Gobierno de España llega hasta el 24 de abril, como mínimo, lo que supondrá un mes fuera de sus casas. Todos ellos lo tenían claro desde un principio: «Para estar en nuestra casa, preferimos estar en la residencia ayudando, aquí somos más útiles».

Tareas de desinfección en el interior de la residencia «Condesa de Rocamartí» Apanas

La plantilla de Apanas asciende a unos 30-40 empleados, pero de ellos hay personas de baja y algún otro compañero no podía ofrecerse como voluntario por ser personas inmunodeprimidas o con alguna patología que les ponía en riesgo ante el coronavirus. En cualquier caso, todo el personal cuenta con equipos de protección individual (EPIs) desde el 27 de marzo.

Los trabajadores afirman que los residentes están todos bien y que ponen las cosas fáciles, ya que «desde que comenzó el encierro todos están confinados y aislados en sus habitaciones, aunque siempre hay alguno que se escapa», cuentan entre risas.

Como recompensa a su encomiable labor, los trabajadores de la residencia «Condesa de Rocamartí» de Apanas recibieron el 1 de abril un reconocimiento a su labor por parte de la Policía Local de Toledo. Los agentes estacionaron varios de sus vehículos delante de la fachada del edificio con las sirenas encendidas y aplaudieron a los emocionados trabajadores que se sintieron reconfortados por ese aplauso.

—Y, a todo esto, ¿tienen miedo a contagiarse del coronavirus?

—No, porque, si no, no estaríamos aquí. Pueden más las ganas de ayudar que el miedo. Además, el bicho ese tiene que ser muy fuerte para poder con nosotros..

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