Los conventos de Toledo, abocados al cierre
El profesor Vizuete ha analizado en una conferencia la triste situación de los 14 monasterios de vida contemplativa que resisten en Toledo. En ellos viven 173 monjas y, la mayoría, de edad avanzada
La falta de vocaciones y los problemas económicos han llevado los conventos de Toledo a una difícil situación. La edad media de las religiosas es muy elevada -la más jóvenes son extranjeras-. y la mayoría de las comunidades sufren auténticos problemas para llegar a final de mes y no pueden hacer frente a los costes del mantenimiento de estos impresionantes edificios históricos y ni mucho menos financiar obras de rehabilitación.
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En la actualidad, en Toledo existen 14 conventos en los que viven 173 religiosas frente a las 384 que había en el año 1900 . Estos son los datos que ha ofrecido el profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) José Carlos Vizuete , que abordó la situación que atraviesan los conventos toledanos dentro del ciclo «Los lunes al sol» que organiza el Museo Sefardí en la sede de la Real Fundación de Toledo. La conferencia presentada bajo la pregunta «¿Pueden desaparecer los conventos en Toledo?» analizó lo qué ha pasado para llegar a esta situación en la que estas comunidades de monjas pueden desaparecer tras un siglo paulatino de deterioro. De hecho, en Toledo, los conventos de Santa Clara y Santa Úrsula cerraron sus puertas hace tan solo tres años.
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— Museo Sefardí (@MuseoSefardi) 22 de enero de 2018
El profesor Vizuete , doctor en Historia Moderna, analizó cómo desde hace más de 30 años se ha producido un descenso cuantitativo del número de religiosas, lo cual pone en peligro la supervivencia de las comunidades y órdenes, algo que puede abocar al abandono de edificios con una historia centenaria, lo que podría desencadenar en un deterioro paulatino de los mismos.
En su conferencia, el doctor en Historia también analizó la fuente de ingresos de estos conventos toledanos, cuyas monjas viven, en su mayoría, de la fabricación de mazapán y dulces y han abandonado sus anteriores oficios, como la encuadernación, lavandería o bordados, por culpa de la crisis económica y de los nuevos tiempos.
Aunque el objetivo de la conferencia del profesor no era ofrecer soluciones, sí alertó del grave problema y planteó que, ante esta situación, la única manera de mantener vivas estas comunidades es «sostener económicamente para que puedan subsitir» porque no se pueden convertir todos estos edificios en museos o en hoteles de lujo.
En 1787 había 23 conventos con 457 religiosos; en 1878 habían bajado a 21 con 268 personas; cuando arrancó el siglo XX quedaban 18 monasterios con 384 monjas; en 1990 había 16 con 221 monjas, y en 2017 el cómputo de monjas en los 14 conventos era de 176 después de las tres que han fallecido el año pasado.
La Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo también dio la voz de alarma el pasado mes de julio sobre la situación de estos edificios y encabezaba su «lista roja» de patrimonio en peligro con los conventos de Santa Úrsula y Santa Clara de Toledo, que, en 2015, se vieron obligados a cerrar sus puertas por la falta de vocaciones. El informe concluye con los riesgos: «pérdida de la comunidad religiosa que mantenía el inmueble y le daba sentido; riesgo de desaparición de uno de los conventos más destacados de la ciudad y, por último, riesgo de dispersión del rico Patrimonio mueble generado».