El conjunto de momias de la iglesia de San Andrés ya es visitable
Un equipo dirigido por el antropólogo forense Francisco Etxebarría, ha concluido el trabajo
Un equipo multidisciplinar capitaneado por el antropólogo forense Francisco Etxeberria , experto en exhumaciones de fosas comunes de la Guerra Civil o en las de personajes de tanto renombre como Miguel de Cervante s o el presidente chileno Salvador Allende , ha puesto el punto y final al adecentamiento de los 60 cuerpos momificados que alberga el subsuelo de la toledana Iglesia de San Andrés. A partir de ahora, será la parroquia la que organice y establezca el horario de visitas a este espacio, que alberga el mayor número de momias en un estado de conservación excelente y visitable de toda España, como explicó el doctor Etxeberria . Aunque el proyecto se inició en 2012, cuando un equipo formado por expertos en antropología y medicina forense empezaron a conocer el estado que presentaban los cuerpos y estudiar si se aceleraba su destrucción, no ha sido hasta la Semana Santa pasada cuando este trabajo, que según Etxeberria no ha precisado de una gran intervención.
Tras realizar un análisis morfológico de las momias para conocer sus características antropológicas —que incluso, según ha detallado Etxeberria , han permitido saber que alguna de ellas murieron por infecciones, lesiones cancerígenas o malformación— se ha adecentado el espacio que se encuentra en una de las sacristías de la iglesia y se ha sustituido el suelo original por un cristal para que el público pueda observar toda la catacumba. «Desde arriba se ve el conjunto de momias con paneles informativos que explican sus características antropológicas y las condiciones de preservación». «Los cuerpos presentan un estado perfecto e incluso conservan la ropa que vestían», señaló el forense, que data su fallecimiento entre 1812 y 1820. «Al hacer la investigación hemos encontrado un papel en una de las momias que es una bula, fechada en 1816, y que corresponde a la época de la invasión napoleónica, cuando se empezaron a construir los cementerios y los enterramientos se dejaron de hacer en las iglesias». Las personas que durante casi dos siglos han permanecido en el subsuelo de San Andrés, «son personas normales y corrientes , vecinos de esta parroquia, que tras fallecer fueron enterrados en esta Iglesia».