Antonio Regalado - Bahía de Itaca

El cielo puede esperar

«Rajoy se ha ganado el legítimo derecho a gobernar pero sus 137 escaños no son suficientes ni para la investidura ni menos para administrar una legislatura reformista. Debe ser generoso»

POR Antonio Regalado

Los españoles acudimos a las urnas para votar estabilidad. La incertidumbre duró apenas una hora entre las encuestas a pie de urna –no aciertan nunca- y los primeros escrutinios oficiales. Hay que felicitar al PP porque ha ganado las elecciones con holgura en todo el territorio nacional excepto en Cataluña y País Vasco. Lo mejor, el tortazzo de UP . No habrá gobierno comunista. La sombra del Brexit perjudicó por fortuna a Pablo Iglesias y a sus mareas; el miedo se transformó en un seguro de supervivencia frente al odio, el rencor y la venganza. El cielo puede esperar.

Un dato objetivo: los podemitas se hunden en todos los lugares donde gobiernan. Ejemplos sobran. Valgan Madrid, Cádiz o Barcelona, mismamente. Conclusión: ya están desenmascarados tras su pésima gestión. Cuanto más se les conoce menos se le vota. La magia revolucionaria ha desaparecido democráticamente, voto a voto. En política, por fortuna, no siempre 3+2 suman 5. Que nos lo expliquen Errejón, Garzón y Monedero.

El histórico PSOE salvó el honor de su tribu aún a costa de dejar en el camino cinco escaños. Pedro Sánchez debería haber dimitido pero quiere seguir jugando su imposible sueño monclovita tras salvar los últimos muebles de la socialdemocracia. El sorpazzo del PP en Andalucía ha dejado tocada también a Susana Díaz . Los socialistas tienen que refundarse cuanto antes.

Los centristas de Albert Rivera han sido la víctima propiciatoria de la Ley D’Hont. En sus manos está cambiarla si el señor Rajoy quiere seguir como inquilino de La Moncloa.

Populares imparables

En Castilla-La Mancha, los populares vuelven con una hegemonía casi insultante. Alcanza el 43% de los sufragios (38% el 20D) frente al 27% del PSOE (26% el 20D) que resiste. Traducido a escaños (12 PP-7 PS-1 UP) mientras barren los populares en el Senado 15 a 5.

UP se cuela en Albacete con un representante mientras el gran perjudicado ha sido Ciudadanos. Sus problemas internos le han pasado factura. Sus 143.000 votos se han ido a la basura de la historia merced a una ley electoral injusta desde 1977.

Tiempo de diálogo

Neutralizada la mayoría radical de izquierdas, olvidadas las malas prácticas electorales –los ataques de Rajoy a Rivera han rayado la indecencia-, ha llegado el tiempo de dialogar. Diálogo en todas direcciones. El candidato popular ha estado muy moderado en su primera valoración pública. Cierto que se ha ganado el legítimo derecho a gobernar pero tiene que saber que sus 137 escaños no son suficientes ni para la investidura ni menos para administrar una legislatura reformista. Hace falta generosidad. Por tanto, el decálogo de prioridades adelantado en Génova, debe flexibilizarse e incluir reformas de más calado como la Ley Electoral o la regeneración democrática.

Pero la llave de la gobernabilidad sigue en manos de Ferraz que cabalga con las orejeras puestas: «Ni por activa ni por pasiva facilitaremos la investidura del señor Rajoy», insisten desde la dirección. Orgullo de damisela despechada. Lamentarse del egoísmo y la chulería de Iglesias por no haber apoyado a Sánchez en su segunda investidura, es lamerse heridas que no cicatrizaran en seis generaciones.

Los socialistas apoyaron sin piedad a los podemitas en las elecciones municipales de mayo del pasado año; ahí empezó su hundimiento. Por eso no pueden decir que no lo sabían. No contentos con ello, el PSC acaba de apalancar a Anna Colau en Barcelona. Las incoherencias tienen un alto precio. Si eso es el cambio y el progreso (federal) que los dioses nos asistan.

Reformas urgentes

España, tras seis meses de parálisis, necesita reformas para que no pueden aplazarse por egoísmos partidistas. El PP tiene el deber de recuperar el tiempo perdido con su mayoría absoluta de 2011. Hay que empezar por parar el desafío separatista. Es obligatorio despolitizar la Justicia y modificar la Educación tras una LOGSE devastadora; y reformas en la Sanidad y en las Pensiones desde el Senado a las administraciones públicas pasando por el nuevo impulso europeo. Las políticas sociales deben ser compatibles con una austeridad que debe alcanzar a esas 19.500 empresas públicas que deberían desaparecer para reequilibrar los presupuestos. Ejemplar sería también acabar con los privilegios y las inmunidades. Todos iguales ante la ley.

Sin duda, la Carta Magna del 78 tiene que ser el pilar sobre el que pivoten los acuerdos. Y reformarla solo en puntos de consenso para actualizarla. Las enmiendas no pueden servir para dinamitarla como pretenden los defensores de una nación de naciones con derechos excluyentes y sectarios. Todos libres e iguales en el territorio nacional. Decidimos todos juntos.

Secesionismo, corrupción y paro

Los constitucionalistas tienen votos suficientes para mejorar la Carta Magna y prolongar su vigencia otros 40 años. Si el Estado recupera competencias como la Sanidad y la Educación todos saldríamos ganando para detener los desafíos secesionistas. No estaría de más que se restituyese el delito de secesión para que a los golpistas no les salga gratis total conspirar contra la unidad de España. Estas elecciones han confirmado que el mandato constitucional es mayoritario: 254 escaños. Reformas, sí; experimentos, con gaseosa. Esta XII Legislatura debería servir para consolidar el estado del Bienestar con más solidaridad y más Europa. Secesionismo, corrupción y paro son, por este orden, las asignaturas pendientes que tenemos que aprobar antes de septiembre de 2020. Objetivo; crear empleo, frenar el déficit y dignificar las instituciones y la vida política.

Solo un Pacto por España entre constitucionalistas (PP-PSOE-C´s) puede devolvernos la ilusión y ahuyentar los miedos con los que muchos compatriotas han acudido a las urnas. Para ello, resultaría sencillo articular el desalojo democrático de las instituciones en ayuntamientos donde gobiernan los nuevos revolucionarios de salón para demostrarles que la II Transición no necesita rupturas y cortarle las alas en las próximas locales y autonómicas. PP y PSOE blindarían con sus votos el estatu quo y se voltearán los resultados de mayo/2015.

La lección de humildad de la gente a Podemos (y aliados) debería servirnos de punto de encuentro a los demócratas para iniciar un tiempo de cambio y erradicar definitivamente los miedos, los odios y los rencores. El horizonte se llama libertad. El asalto a los cielos prometido por UP puede esperar otros cien años.

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