José Ponos
Cercanías
En la calle y en aquellos lugares donde se reúne la vecindad, se escuchan piropos hacia la gestión de la alcaldesa de Toledo
En la calle y en aquellos lugares donde se reúne la vecindad, se escuchan piropos hacia la gestión de la alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón . Es, comentan, una persona de cercanías, con la sonrisa presta y el gesto amable, que sabe escuchar y procura atender las demandas que llegan, y muy numerosas, a su despacho. Es la primera mujer en ocupar el principal despacho municipal, y asume el reto con espíritu de entrega para satisfacer a los toledanos.
Ahora se ocupa de todo el protocolo que conlleva la designación de Toledo como Capital Gastronómica 2016 , y se mueve con amplio sentido para aprovechar la oportunidad que eleve las propuestas turísticas de la capital de Castilla-La Mancha.
Reuniones, contactos, programaciones varias para que el círculo imaginativo de la ciudad ocupe un más amplio espacio en la geografía nacional e internacional, y con ello su imagen sube enteros, porque se elogia el desempeño y su categoría de gestión.
Y, además, en la tarea cotidiana, las calles están más limpias, las farolas iluminan los rincones urbanos y el Ayuntamiento cae bien de forma generalizada, que es de lo que se trata.
El periodista toledano Gonzalo Almenara publica un pequeño volumen que, bajo el título «Viejo manual de un tuareg», nos traslada a la inmensidad solitaria del desierto caliente y a la sombra de los oasis en paz.
El escritor-poet a, posiblemente más de esto último, remite a los lectores a espacios desolados donde pueden aparecer entre la calima caminantes solitarios en el atardecer, que nos informan sobre el devenir de estos rincones apartados donde el sol es inclemente y el tuareg de barba crecida filosofea sobre lo cercano y lejano de su existente trashumante.
Tiene calidad la pluma de Gonzalo y se carga de sentimientos cuando nos imprime que «la duda no es posible en el desierto» y «pobre de aquel que no camine con paso seguro». Después, pasadas tres páginas, sabemos que los nómadas son parlanchines en los principios para volverse parcos al final, cuando acaban hablando con su silencio.
La obra de Almenara describe belleza en el infinito del desierto por donde se mueve el tuareg a solas con la sombra de su imagen.
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