Carlos Muñoz Romero - Opinión
Más cultura y menos tonterías
«No tiene sentido alguno apelar al revisionismo histórico para justificar estas acciones»
Cada día tengo más claro que el mundo se está volviendo loco y que los culpables de todos estos males son, sin lugar a dudas, la falta de cultura y el exceso de sinrazón. Obviamente nadie puede apoyar la violencia racista y ver con buenos ojos la muerte de George Floyd pero, de ahí a apelar al revisionismo histórico para destruir patrimonio nacional hay una gran diferencia.
En las últimas semanas estamos viendo cómo algunos bárbaros destruyen las estatuas de Cristóbal Colón, Winston Churchill, Abraham Lincoln y hasta las de Robert Baden-Powell, el «padre» de los boy scouts o Mahatma Gandhi por citar sólo algunos ejemplos.
No tiene sentido alguno apelar al revisionismo histórico para justificar estas acciones. El revisionismo es una corriente histórica para «revisar y reinterpretar» parcialmente determinados hechos del pasado a la luz de los nuevos datos descubiertos, pero obviamente no para tirar abajo y patear una estatua de Colón.
La historia es historia y como tal hay que entenderla. Los hechos del pasado no se pueden mirar con la perspectiva actual y, mucho menos, apelar a una corriente histórica para saquear un supermercado o para destrozar el patrimonio.
Todos nos escandalizábamos cuando los talibanes dinamitaron, por ejemplo, la mezquita de Tombuctú o el complejo de Ninive. Todos nos rasgábamos las vestiduras y criticábamos sobremanera la barbarie que veíamos por la televisión. ¿Qué está pasando en el mundo? ¿Por qué demonizamos a algunos de nuestros personajes históricos? ¿Cómo podemos demonizar en estos momentos a personas que cambiaron el ritmo del mundo?
Siguiendo esa ridícula reglas de tres, tendríamos que destruir, por ejemplo, San Juan de los Reyes; el que iba a ser el gran panteón de los Reyes Católicos que financiaron el viaje de Colón a las Indias.
Y ya puestos, por qué no machacamos a Velázquez por hacer apología de la guerra con cuadros como la Rendición de Breda. A Goya por ser un «asqueroso» defensor de los toros. Y por supuesto, también a El Greco y el clasismo que reflejaba en sus obras. Espero que se esté entendiendo la ironía.
Hasta la plataforma HBO ha retirado de su plantilla «Lo que el viento se llevó» por «defender» la esclavitud. Es decir, ha pasado de ser una obra de arte a ser algo grotesco. A Dios pongo por testigo que nunca volveré a leer un libro, a dedicar un puñado de neuronas a reflexionar ni a salir de mi zona de confort.
En definitiva, uno de los grandes males que tenemos en estos momentos en el mundo es la falta de cultura y de altura de miras. Creo que la sociedad se está acostumbrando a sobrevivir con lo puesto y sin complicaciones, es decir, estamos generando una sociedad sin objetivos que se limita a ver cómo sale y se quita el sol. Los lunes al sol han pasado a ser los años al sol.
No se trata de ser ventajista y apelar al emprendimiento, sino la de instar a que se sigan impulsando medidas que ayuden a que esos jóvenes se formen y tengan algo por lo que levantarse todos los días; algo que no sea patear a Cristóbal Colón por la muerte d e George Floyd. España necesita más cultura y menos tonterías.