SOS: el campo envejece
El elevado número de personas mayores en la cooperativas hace necesario el relevo generacional
Con tan solo trece años José Ángel Moreno compaginaba sus estudios con las labores del campo. Su padre, Braulio, tenía una plantación de melones en Tomelloso (Ciudad Real) y él le ayudaba con la vendimia. Cuando terminó la enseñanza obligatoria, decidió seguir los pasos de su padre y ser agricultor.
Hoy, a sus 35 años, es uno de los jóvenes agricultores que hay en Castilla-La Mancha. Su interés por «reciclarse» y aprender le han llevado a ser viceportavoz de la Comisión de Jóvenes de Cooperativas Agroalimentarias de Castilla-La Mancha, además de secretario y director del centro de formación de la Cooperativa Santiago Apóstol de Tomelloso.
Esta sociedad, de la que forma parte de su junta rectora desde hace cinco años, es una de las 433 que hay en la región con una facturación superior a 200.000 euros anuales . Por provincias, Toledo tiene 152; Ciudad Real, 99; Albacete, 79; Cuenca, 80, y Guadalajara, 4.
Según el estudio «El cooperativismo agroalimentario en Castilla-La Mancha en cifras. El modelo de negocio que vertebra el medio rural», estas sociedades cuentan con casi 165.000 socios en la región, y se hace evidente el incremento de mujeres. En el periodo comprendido entre 2010 y 2015, ha aumentado el número de mujeres socias en un 17,3% (5.720 mujeres más). Entre los años 2014 y 2015 se ha producido un incremento del 13,9% (4.737 mujeres).
Más del 10% de la población en Castilla-La Mancha en edad de trabajar está asociada a una cooperativa agroalimentaria, lo que demuestra el importante peso social y económico de estas empresas en la región. De hecho, en 316 municipios hay una sede social de cooperativas, extendiendo su actividad a más de 600 municipios.
El sector cooperativo agroalimentario da empleo, cohesiona la vida en los municipios castellano-manchegos y, además de la mejora de las rentas de los productores, juega un importante labor de sostenibilidad del territorio. Respecto a la generación de empleo y la facturación entre 2010 y 2015, las cooperativas han generado empleo neto y han mantenido de media más de 4.500 empleos anuales; además, han facturado 1.811 millones de euros en el último año.
El conjunto de las exportaciones realizadas por las cooperativas agroalimentarias de la comunidad autónoma ha pasado del 14 a más del 34% de su cifra de negocios; es decir, que la tercera parte de su actividad se lleva a cabo ya en el ámbito internacional. Asimismo, la importancia del cooperativismo se ve reflejada en que supone el 42% del valor de la producción final agraria de la región.
«Las cooperativas son un modelo de gestión, generación de negocios, exportación e internacionalización, y eso encaja a la perfección con la estrategia del Gobierno regional para impulsar la economía social y la vertebración de las zonas rurales», explica la consejera de Economía, Empresas y Empleo, Patricia Franco.
«La importancia de las cooperativas está no solo en la fijación de la población al medio rural, sino también en ese elemento de cohesión social; estamos muy concienciados en que la región no puede crecer a distintas velocidades y el mundo rural tiene que ser un elemento de lanza y empuje a nivel económico».
Relevo generacional
Pero el campo está envejecido, además de sufrir un paulatino despoblamiento del pueblo a la ciudad. Los datos ponen de manifiesto que el 35,5% de los socios de cooperativas en Castilla-La Mancha tienen más de 65 años, el 5,3% son menores de 25 años y el 15,1% tienen entre 26 y 35 años. Esto, unido al progresivo abandono de las mujeres en el sector rural, hace saltar las alarmas. «La mayor parte de los socios tiene una edad elevada y ha abandonado la agricultura. Tenemos que convencer a los jóvenes de que la agricultura es una alternativa más que válida para tener un futuro próspero; además de potenciar el modelo cooperativo como la mejor forma para defender sus producciones», indica el director de Cooperativas Agroalimentarias en Castilla-La Mancha, Juan Miguel del Real.
Para cambiar esta tendencia el relevo generacional es más que necesario. «Necesitamos jóvenes que emprendan, que se dediquen a esto, que estén bien formados y, sobre todo, que vean que el sector rural tiene muchísimo futuro. Ser agricultor exige un alto nivel de tecnología tanto en la maquinaria como en la gestión de la propia explotación», defiende Del Real.
El Gobierno de Castilla-La Mancha, a través de sus políticas públicas, apuesta por fomentar la integración de los jóvenes al mundo rural facilitando el acceso al crédito a agricultores y ganaderos, así como a los profesionales para la mejora de sus explotaciones. Sin ir más lejos, ayer el consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, firmó un convenio de colaboración con nueve entidades financieras castellano-manchegas.
Este protocolo tendrá una duración de cuatro años y condiciones beneficiosas para los que lo soliciten. La presente convocatoria para jóvenes, dotada de 50 millones de euros, ha recibido 1.485 solicitudes, mientras que la de mejora de explotaciones cuenta con 40 millones de presupuesto.
Los jóvenes que se incorporen a la actividad agraria en la región a través de esta convocatoria se sumarán a los 1.218 que ya lo hicieron en la de 2016. Estos jóvenes se acogieron a la ayuda en la línea prevista en el Programa de Desarrollo Rural (PDR) para la incorporación a la agricultura, que contaba con un presupuesto de 36 millones de euros, de los cuales han pagado a día de hoy 19,5 millones en concepto de primer pago, mientras que la cantidad restante será abonada en 2019, una vez comprobada la incorporación, según precisó el titular de Agricultura.
El cooperativismo supone el 42% del valor de la producción final agraria de la región
Asimismo, Martínez Arroyo resaltó que en la convocatoria de 2016 el Gobierno regional dio prioridad a dos colectivos, las mujeres y los proyectos de titularidad compartida. Como consecuencia de ello se han producido 306 incorporaciones de mujeres, lo que supone un 25 por ciento y «la cifra más alta» registrada en Castilla-La Mancha.
En este sentdio, indicó que, de manera paralela a esa convocatoria, se llevó a cabo también la de ayuda a la modernización de explotaciones agrarias, la que ha movilizado 71,3 millones, de los que se han beneficiado 2.140 agricultores profesionales, con una ayuda media de 33.340 euros.
Según Martínez Arroyo, en la legislatura que más incorporaciones de jóvenes se produjo se alcanzaron las 1.100, una cifra que el Ejecutivo castellano-manchego prevé que se duplicará e incluso podrá llegar hasta los 2.500 agricultores jóvenes incorporados.
La industria agroalimentaria supone hoy el 15 por ciento del Producto Interior Bruto y no hay otra actividad económica «más importante» en la región.