ANA ÁNGEL ESTEBAN - Opinión

Los límites de la masturbación

La psicóloga y sexóloga Ana María Ángel Esteban, colaboradora de ABC, habla sobre su utilización terapéutica

ANA ÁNGEL ESTEBAN

Por supuesto que es natural y recomendable la masturbación, tanto a nivel de salud física como psicológica, y al contrario, reprimirla también tiene sus efectos sobre todo en el aspecto psicológico… La masturbación no solo sirve para autosatisfacerse , sino también para el autoconocimiento de nuestra respuesta sexual y la utilizamos de forma terapéutica.

En psicología y sexología a veces «prescribimos» la masturbación cuando se presentan problemas en mujeres, como el vaginismo, falta de deseo, dudas o desconocimiento de haber tenido un orgasmo, y como ejercicio de autoconocimiento del propio cuerpo, a nivel anatómico, funcional y fisiológico. En hombres es un ejercicio importante a llevar a cabo dentro del tratamiento psicológico conductual de la eyaculación precoz , utilizado sobre todo como forma de saber los grados de placer y tiempos aproximados hasta conseguir un orgasmo y así poderlo controlar.

Este es el otro aspecto de la masturbación, el lado «médico» por decirlo de alguna manera, el de la no consumición de sexo a través de uno mismo y no solo con fines gratificantes. Insisto en esto, porque en la consulta no es nada despreciable el número de, sobre todo mujeres, que dudan si resolver o no su problema cuando a veces les planteamos la masturbación como práctica posible y concreta en algunos problemas de pareja. Por ejemplo, cuando una dificultad sexual también afecta al otro y al buen y normal funcionamiento sexual.

Fuera de la utilización terapéutica, la práctica de la masturbación es bastante extendida, como debe ser, y no del todo reconocida cuando preguntamos, porque se sigue viendo a veces como algo «sucio», egoísta e incluso como un acto de infidelidad. Nadie ha dicho que la parte genital deba ser tratada y tocada de forma distinta al resto del cuerpo, porque es una más, sobre la que algunos tipos de educación y la religión han «decidido» relegarla a otra dimensión que roza lo patológico,según sus planteamientos.

¿Qué ocurre cuando nos masturbamos?, ¿somos peores personas, menos responsables, produce alguna enfermedad…? No, ni física ni psicológica, siempre y cuando, como todo lo que produce gratificación, se practique en su justa medida. Como la comida y la bebida (estímulos incondicionados en psicología) el sexo también produce gratificación y consumido en exceso y/o de algunas determinadas formas también puede convertirse en una adicción, en algo patológico, desviado, obsesivo e inamovible e interferente a la hora de hacer una vida normal.

El sexo con otro o con uno mismo también tiene límites. Y el límite lo pone «la necesidad» o la «apetencia». Sentir la necesidad es haber entrado en lo patológico. La necesidad te domina y decide por ti y por encima de todas las cosas… y la apetencia te sugiere, te incita. El disfrute por supuesto no es el mismo bajo la necesidad que bajo la apetencia, porque cuando hay necesidad, de base existe un sentimiento de ansiedad y un objetivo que es, en primer lugar, calmar esa emoción. La masturbación necesaria tiene como base una práctica compulsiva tanto en frecuencia como en motivación, para lograr un algo que no tiene que ver exclusivamente con la gratificación sexual.

Hay personas que se han acostumbrado a masturbarse por las noches «para» poder dormir, otras en las horas del desayuno o parada en la jornada de trabajo, otras mientras se duchan, otras cuando están de exámenes para relajarse, otras cuando han quedado y anticipan sexo, otras por razones extrañísimas pero que para ellos tienen su peso… a lo que voy, en estos casos la masturbación no tiene como finalidad disfrutar, sino que se usa a modo de amuleto y conducta mágica que hará más facil cualquier otra cosa que nos preocupe que no tenga que ver con sexo.

Repetir y repetir la masturbación en determinados momentos y con determinados fines hace que quede aprendida y establecida como necesaria. Cuando uno se acostumbra a tocarse a sí mismo se acostumbra también a las sensaciones que produce su ritmo, su presión, los no juegos, la búsqueda del orgasmo y la obtención del placer según las preferencias de uno, cumplidas al milímetro según vamos sintiendo. Acostumbrarse a masturbarse e incluso a incluir objetos mientras hace más difícil, después al estar con otra persona, que se pueda llegar a disfrutar cuando te toca el otro e incluso que sea más difícil tener un orgasmo. Para resolver esto habría que ir modelando la frecuencia y forma de masturbarse e incluso aumentar la frecuencia de masturbación con la pareja para reacostumbrarnos a una nueva estimulación que también terminará asociada a placer.

Masturbarse siempre con vibradores hace muy difícil después poder tener un orgasmo con una estimulación manual o bucal. Lo mismo pasa con el succionador. Personas solteras que utilizan normalmente estos juguetes, después al tener sexo con alguien es practicamente imposible que tengan un orgasmo en los primeros encuentros.

Masturbarse, los hombres, antes de tener una relación sexual para durar más no tiene ningún sentido y se está estableciendo como «protección» contra fallar. ¿Qué frecuencia es «normal»? uuyyyyy, aquí estamos!, La normal es la que marca la apetencia, no la necesidad, y puede apetecernos dos veces al dia, 3 veces al mes, ... todo es normal siempre y cuando, ojo, no se establezca como costumbre ni como compulsión.

Hay trastornos psicóticos y trastornos obsesivo compulsivos que incluyen masturbaciones múltiples diarias durante las que llegan a hacerse heridas en los genitales. También hay que decir que la masturbación y los casos patológicos de masturbación son más frecuentes en hombres, todo ello dictado por la testosterona y la mayor predisposición biológica a tener sexo.

Las fantasías durante, también pueden ser las que queramos, teniendo en cuenta lo moral y el respeto incluso en ese acto privado, porque tengamos en cuenta algo muy importante: que la masturbación y el placer que produce va a establecer asociaciones difíciles de romper después… ejemplos las parafilias, los pedófilos... tengamos siempre en cuenta que todo lo que incluyamos mentalmente en forma de imágenes y/o físicamente en forma de situaciones u objetos va a quedar permanentemente asociado a excitación. Y cuanto más se repitan esas asociaciones, más.

Entonces, concluimos con que la masturbación es una conducta «normal», siempre y cuando se practique con la «normalidad» de la que acabo de hablar, se sea o no religioso.

Y sobre todo para las mujeres, el clítoris está ahí para «algo». Anatómicamente tiene una función; no se le escapó a nadie ponerlo ahí para nada. Y los beneficios de masturbarse «sin necesidad», sin ansiedad, son que: mejora el ánimo, mejora los dolores articulares, relaja, mejora el sistema inmunológico... todo esto por la producción de endorfinas, los opiáceos naturales del cuerpo.

Otros temas, como problemas y discusiones en la pareja porque el otro se masturba o no, habría que ver cuáles son las razones que molestan, las que se expresan para sentirse mal si la pareja se masturba, que también son respetables si ambos llegan a un acuerdo.

Psicóloga clínica y sexóloga

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