Ana Ángel Esteban

Qué hacer ante la aparición de nuevas «manadas», violaciones y sexo en la adolescencia y por qué se producen

La psicóloga y sexóloga Ana María Ángel Esteban, colaboradora de ABC, habla sobre la importancia de la educación sexual en casa

Ana Ángel Esteban

He escrito varias veces sobre este tema desde el «famoso» caso de La Manada, y a día de hoy las razones de estas conductas siguen siendo las mismas. Pero se ha agravado, han aumentado los casos, vemos que disminuye la edad en la que este tipo de hechos se da…¿qué está o qué sigue pasando? Insisto en la importancia de la educación sexual en casa (ardua para muchos padres por sus dificultades de comunicación o por el tema en sí, tabú en muchos casos) y en los colegios. Educación e información sobre sexualidad , sexo, amor, respeto, y sin colores políticos de más apertura mental o no, sin esquemas categorizados según criterios paticulares, noooooo, porque la sexualidad, el sexo, el amor y el respeto son conceptos universales. Y si tenemos en cuenta factores culturales, ¿por qué en una misma cultura hay un cambio en este comportamiento sexual casi de manera inmediata (pocos años e incluso meses)? Antes que nada, advierto, que saber que está escribiendo una mujer, nada tiene que ver con estereotipos femeninos ni de género. Escribe la psicóloga que ve la variabilidad comportamental, diariamente, a cualquier nivel y edad y escribe también la forense, la que se mete a valorar objetivamente la personalidad del que tiene «aparentemente» una conducta desadaptada.

No solo hablamos de las noticias que se repiten sobre violaciones en grupo, hablamos también de un nuevo patrón, más extendido ahora, de interacción con las mujeres y en rangos de edad más amplios y de comienzos más tempranos. Conductas machistas, de posesión, de cosificación de la mujer . Pero también se están dando, y aquí va lo que algunos no van a poder encajar en su esquema mental personal, también repito, se dan conductas de competitividad entre mujeres, adolescentes y chicas jóvene s sobre todo, a nivel físico, probaturas de «yo soy más capaz de… que tú», vapuleos en la autoestima en torno a desempeños y resultados sexuales, mejores o peores una que la otra. Conductas de humillación de una misma hacia sí misma que no importan con tal de sobresalir, conseguir lo que sea, de cara a tus otras «amigas». Exposición y provocación sexual buscada y medida, cuando hay conciencia y exposición-provocación sexual no controlada cuando además existen drogas o alcohol de por medio. Existe en estas jóvenes (algunas) una interiorización de valía como persona basada en el éxito sexual, conquistas y número de «polvos». Es así, y así lo verbalizan en la consulta pese a ellas mismas, incluso. Hay que sobrevivir en el grupo que te ha tocado. Unas lo viven con convencimiento y otras con sometimiento, pero «son las normas» explícitas o implícitas. Esto no justifica, por supuesto, jamás (y esta es la otra parte) las conductas de ellos. Hay una conceptualización aberrante en muchos casos, sobre las manifestaciones sexuales válidas y mínimas para conseguir un estatus dentro de un grupo y un estatus en el propio autoconcepto, basado muchas veces en un aspecto físico y en un desempeño sexual. Esto tanto para chicas como para chicos.

Si combinamos este tipo de personalidad «susceptible», aún en formación por la edad, marcada por factores genéticos, con la influencia de factores contextuales, educacionales y de experiencias propias y vistas en sus iguales, obtenemos comportamientos, unos con convencimiento propio (y eso es lo peor), y otros marcados por el grupo (tampoco situación muy alentadora, porque es señal de que la autoestima no está muy allá).

Tengamos en cuenta también que el comportamiento en grupo, bajo el apoyo de éste o bajo la crítica del mismo, mueve montañas. La actitud del grupo te acobarda si anticipas no ser capaz de algo o te da un valor que te hace sentir todas las endorfinas del mundo: «la más chula o el más machote» y así se crea un contexto en el que cuando ambas partes tienen el mismo esquema de pensamiento a nivel de comportamiento y rol sexual, no pasa nada, ¡qué liberales somos, qué guays y qué poco rancios….! Con lo que estoy queriendo decir que ambos están facilitando, de alguna manera y en ciertos contextos, repito, que se produzcan conductas de normalización sexual en las que priman el abuso,el poder y sometimiento. Ciertas conductas sexuales y roles como digo interiorizados, empiezan de forma similar al primer cigarrillo, que es aversivo y te produce sensaciones que «nooooo, nooo», pero repitiendo (ya vamos adquiriendo tolerancia) y además siendo aceptado por el grupo, se convierten en conductas habituales. Algunas de éstas, en forma extrema terminarán con la expresión de la posesión del otro , superioridad, humillación , anulación y violación de otra persona, en este caso de una o más chicas como está ocurriendo. Y esto va a ser un suma y sigue.

La forma de relacionarnos durante la pandemia, ha intensificado la despersonalización a través de las aplicaciones móviles de contactos, se ha intensiicado el consumo de pornografía y aunque esto ya existía antes, ahora se ha repetido y hecho más frecuentemente con lo que eso significa en la psicología del comportamineto humano. Es común entre los adolescentes que se inician en la práctica sexual y en franjas de edad más avanzada, tener como referencia lo que ven en las películas porno donde la mujer suele ser anulada, sumisa y como decía antes cosificada. Y ellas han asumido también esa práctica como la adecuada para estar al día y ser vip (ya tocamos nuevamente la autoestima y la falta de información) Ellas consienten porque ven el consentimiento y dan por hecho que debe ser así a excepción del malestar que, de forma disonante, pueden sentir al hacer realmente algo que no es ni lo normal ni lo digno, para empezar.

Veo en la mayoría de relaciones sexuales reproductores de porno y «empotradores» y esto se mantendrá como normal en el futuro al practicar sexo. ¿El romanticismo qué es eso? y lo demás que debería ser, lo ven mariconadas de rancios. Independientemente de la autoestima que es fundamental, es imprescindible ya mismo, una educacón en sexualidad, valores, inteligencia emocional .... apegos, dependencias emocionales, autoconcepto….. en colegios e institutos, en casa… y, sobre todo, una educación y formación hecha por profesionales de la psicología y de la sexualidad que son, en este caso quienes más aséptica y objetivamente van a verter contenidos que pueden liberar o marcar permanentemente con conceptos tan importantes como estos y no solo para protegernos psicológica y físicamente sino para tener unas estrategias de afrontamiento en situaciones difíciles de cualquier tipo en la vida.

No sirve el mejor profesor en este caso, ni la persona más liberal, ni los religiosos, no, no va por aquí el tema ni la forma. Se trata de educar y modelar la forma de ser, que no cambiarla, en base a información objetiva , lo que debe y no debe ser y cómo debería ser, conceptos conocidos y compartidos por todos los del mismo grupo de edad, social…. Saber «decir no» y poner límites cuando algo no nos gusta o nos incomoda, con la seguridad de que es así, hace todo más fácil y con el consiguiente refuerzo y protección de la autoestima.

Se ha creado un mundo paralelo al que debería ser, con sus normas establecidas y defendidas a muerte en muchos casos. Es que muchos sienten lo que hacen y lo repetirían, esto es lo grave, la interiorización de sus conductas.

En muchos de los casos de suicidio en la adolescencia, están estos temas, callados. El silencio y la pensada incomprensión del entorno y la incapacidad y vergüenza de comentar con los padres, termina así muchas veces, prefiriendo desaparecer.

Es imprescindible la educación desde la infancia, no cuando ya existe un problema que está impregnando el adn de la personalidad.

El amor y el respeto no se demuestra con sexo, ni sumision ni obediencia; que la sexualidad es consensuada y libre en practicas; que decir no y poner límites no es ser menos, peor ni distinta; que incluso esto te da valor, siempre, aunque en principio anticipes o sientas rechazo. Podría hacer referencia (con caras y expresiones) a algunas chicas sintiendo el temor de anticipar no hacer lo que dicta la líder, el grupo o lo que le pide el tío de turno sexualmente, con la más absoluta de las indefensiones físicas y psicológicas.

Este tema da para muuucho más y es necesaria la conciencia de que esto no depende de una clase social o económica, no, depende de una educación e información objetiva y práctica.

Psicóloga clínica y sexóloga

615224680

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