Ana M Ángel Esteban - Opinión
¿Cómo influye la diferencia de edad en una pareja?
A medida que la edad del más joven aumenta, la relación suele ser menos fructífera y duradera, porque el más joven tiene aún pendiente tener otras experiencias que el más mayor ya ha vivido

¿Quién ha dicho que la edad importa si el amor todo lo puede? Lo dicen bastantes estudios, sí, la edad importa según pasa el tiempo una vez se ha formado la pareja y también importa a según qué edad surja el amor.
Lo ideal es una diferencia de uno o dos años . Hablamos de cómo influye la diferencia de edad en la durabilidad de una pareja pero evidentemente los factores de personalidad y experiencias previas (en pareja) son decisivas, independientemente de que la diferencia de edad sea poca o mucha.
¿Qué nos atrae del otro, que además tiene más o menos edad que nosostros? ¿La edad es un factor prioritario? ¿Es morbo? (también), ¿es necesidad de protección? ¿Es un pulso al ego? ¿Es un reto a la sociedad, a la familia, a uno mismo? ¿Es un trofeo para nuestra autoestima y para los de fuera? ¿Es amor, y ya se verá? Y podemos seguir preguntándonos…
Es el gran misterio del amor o de las necesidades emocionales sin cubrir. Aunque a lo que más acostumbrados estamos es a la situación en la que el hombre es mayor o mucho más mayor, curiosamente dicen estudios que han aumentado las parejas en las que la mujer es mayor que el hombre en una diferencia de entre 5 y 10 años, y es en éstas sobre las que hay más críticas, sólo si la diferencia de edad se nota externamente.
Es cierto que cuanto mayores somos, y sobre todo en segundas oportunidades (cuando la experiencia ya se ha convertido en maestra), tendemos a ser más acertados en la elección de la pareja, y cuanto mayores somos más tendemos a buscar una edad parecida y todo lo demás parecido o complementado.
La diferencia de edad es menos notable a la hora de la convivencia y el sexo, siempre en los primeros momentos, en los inicios de la relación, cuando se está intentando agradar al otro y cuando la ilusión ciega las demás cosas que no se van a poder cambiar de ninguna manera. Cuando el más joven es muy joven porque, se quiera o no, en esa edad se está experimentando y «todo» es posible... Es una edad de modelado en muchos aspectos; el miembro más mayor es el que suele poner más empeño en adaptarse y disfruta con la novedad. El más joven se siente importante y también un poco aprendiendo del otro. Para ambos es una experiencia llamativa que se mueve en los extremos de lo típico de la edad y en lo fuera de lo normal para el momento vital de cada uno.
A medida que la edad del más joven aumenta, la relación suele ser menos fructífera y duradera, porque el más joven tiene aún pendiente tener otras experiencias que el más mayor ya ha vivido. Cuanto más mayores somos, más se nota y más se resiente la pareja por la diferencia de edad.
A las mujeres jóvenes puede atraer la inteligencia, el sentirse protegidas, la galantería, la experiencia sexual de él e incluso hasta la misma diferencia de edad , y es que es a nosotras a quienes nos puede gustar seducirle, jugar a coquetear y a darle la chispa….
Se piensa que los hombre más mayores que nosotras buscan sexo, un cuerpo joven y, en principio, puede ser así; necesitar también cubrir su ego y demostrarse que están aún en el mundo con potencial para atraer, pero hay muchas variables que determinarán después si esa pareja se estabilizará o se romperá. Socialmente estamos más acostumbrados a las parejas de él mayor que ella, pero mucha diferencia de edad, más de 10 años tiene menos probabilidades de durar sobre todo cuantos más años tenemos. Las diferencias se hacen más evidentes a todos los niveles. Cuando ocurre al contrario, ella mayor que él, desde el principio se menosprecia la relación, si es evidente la diferencia de edad. ¿Qué puede buscar una mujer madura en un chico más joven? Pues además de divertirse y experimentar, quizás, la novedad sexual, también necesita sentirse querida, cuidada... como cualquier otra persona.
Ambos, todos, necesitamos sentirnos comprendidos, queridos, escuchados, proteger y ser protegidos, necesitamos compartir gustos, y por supuesto necesitamos expresarnos a través de las relaciones sexuales, que tendrán un peso nada despreciable. Aquí, en este sentido, los hombres le dan tanta importancia, que gran número de disfunciones sexuales por miedo a «no dar la talla» se producen en muchísimas de estas parejas, pero en ambos sentidos, tanto si él es más joven como si él es el más mayor. Ambos dos se suelen sentir juzgados: el joven por la experiencia de ella y sus posibles necesidades y el mayor por no estar quizás al día o no saber cómo hacer.
Por ambos miembros suele darse pie a iniciar este tipo de relaciones porque al principio siempre se aporta algo distinto que en cualquier otra posible relación, pero, según la diferencia de edad es mayor y según pasa el tiempo en esa relación, los factores mantenedores del amor, distinto y especial, suelen ir desvaneciéndose, en general, y se tiende a buscar otras relaciones, como decía antes, más afines a nosotros en edad, lo primero, y en todo lo demás después.
¿Quién suele tener más aguante cuando algo se va torciendo? El más mayor, él o ella, que se siente o se sentía afortunado al principio. La pereza de iniciar de nuevo el proceso con otra persona, la dependencia, el descubrimiento de una novedad suele anclarles casi patológicamente a permanecer ahí. Entonces, si te lanzas, disfruta mientras dure.
Ana M Ángel Esteban es psicóloga clínica y sexóloga
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