Cristian Lázaro

Almodóvar, contemporáneo y grande

Treinta años de «Matador» y diez de «Volver»

POR CRISTIAN LÁZARO

Cervantes es la marca España en Literatur a . A lmodóvar lo es en Cine . Nuestro más ilustre paisano cineasta también merece una conmemoración, fruto de dos de sus cintas más atractivas.

«Matador», fecha de producción 1986, es una película sobre hombres y mujeres que gozan del éxtasis de la sangre (aparentemente, tan alejado del individuo medio), sobre la represión y la búsqueda del peligro que da morbo. La música, de Bernardo Bonezzi, es pura magia. El guion, que Almodóvar firma junto a Jesús Ferrero sobre un argumento propio, es uno de los más fluidos de su trayectoria. Cada detalle y cada línea de diálogo encierran connotaciones… atrevidas.

Con un arranque demoledor, un individuo al que le excitan torturas televisadas (no sabemos si «snuff» o terror de serie B, quizá de ambas), el film deriva en una segunda secuencia magistral, donde la lección sobre el arte de matar toros se alterna en montaje con una seducción letal . Grandes frases cuando el aprendiz de torero y el maestro suben la escalera:«Es normal tener miedo. A veces es el miedo lo que da valor». «¿Usted sentía miedo?». «Sí, pero el miedo forma parte del juego. No hay que tenerle miedo al miedo».

Destacan las actuaciones de Antonio Bandera s (personaje muy difícil el de Ángel, que le valió una nominación al Goya) y de Chus Lampreave en uno de los papeles más mordaces de su carrera. Y por encima de todo, el duelo interpretativo abocado al eclipse entre Nacho Martínez , portentoso, y Assumpta Serna , irresistible.

Diego Montes y María Cardenal acuerdan una lidia de la que ellos mismos serán protagonistas. Ángel ha sido el gozne de los asesinos. María, fetichista como Auxiliadora Honorato, ha coleccionado todo lo relativo al matador. Los diálogos que intercambian parecen escritos por Calderón : «He esperado tanto este momento que no estoy segura de no estar soñando, aunque desde que te conozco, no puedo dormir». «Yo tampoco duermo. Y cuando uno no duerme, tampoco vive. Tengo la impresión de que ya no voy a dormir mientras existas. De que no viviré mientras vivas».

Tales palabras no se reducen a la muerte de quita y pon de la poesía cancioneril. Por ello, el cine de Almodóvar genera controversia: no es nada aséptico . Con anterioridad a «Lunas de hiel», el director manchego aportó una visión de la relación carnal y sentimental llevada al extremo . Un choque imparable, como el de dos astros: «Cuando dos astros se interponen, su luz se extingue aparentemente. Pero en su breve convergencia, adquieren una nueva luminosidad negra y ardiente».

Torero y letrada quieren experimentar algo tan intenso que transgreda los límites de la propia muerte . El reencuentro ineludible de los amantes que han de extinguirse para quedar unidos. De eso trata «Matador», metáfora abrasiva del acto de amar.

Respecto a «Volver«, estrenada en 2006, no puede ser más castellano-manchega : numerosas escenas rodadas en las calles y patios de Almagro , un cadáver que se arroja al río Júcar a su paso por la Mancha oriental (provincia de Cuenca), los paisajes de molinos eólicos (nuevo icono regional) y matrícula de Toledo en el coche de Raimunda.

Salvo el teléfono móvil de Paula, la multipremiada «Volver» no ha envejecido en absoluto . La descripción de los crímenes es de una teatralidad exquisita. En esta «Chinatown» de la España profunda, prima el «dictum», como en las tragedias griegas. Inteligente recurso del Almodóvar del XXI, dado lo explícita y aun gratuita que se ha vuelto la violencia en el cine. El calatraveño se consolida, una vez más, como maestro del plano y la palabra.

Pasando de la grandeza de lo contemporáneo a la mediocridad de lo actual, hay que reconocer que no es justo ver a Almodóvar señalado junto a déspotas y especuladores egoístas por no sé qué papeles . Almodóvar nos ha dado (y sigue dando mucho) a todos y es de los pocos realizadores que han planteado un cine español distinto, con un universo verdaderamente propio.

Almodóvar es una institución para Castilla-La Mancha y para España . Es el único director y guionista patrio con dos óscares. Reconocido y respetado a nivel mundial , es el buque insignia de nuestro cine. Empecemos por respetarle nosotros.

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