Unos cursos de formación intentan recuperar el oficio de resinero

Varios desempleados de las provincias de Guadalajara, Cuenca y Albacete se formarán para encontrar un hueco en este sector

Una joven extrae la resina del tronco de uno de un pino resinero Carlos S. Campillo
Mariano Cebrián

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El sector resinero fue uno de los más pujantes en España en los siglos XIX y XX y llegó a contar con casi un centenar de fábricas en todo el país. Sin embargo, fue decayendo a partir de los años 60 y quedó casi olvidado en los 80. Ahora parece que este oficio vive una segunda juventud ante la escasez de empleo y porque la resina natural que se obtiene de los pinos resineros se puede usar como alternativa a muchos productos derivados del petróleo. Además, promueve una gestión sostenible de los bosques y puede ayudar a fijar población en la España vaciada.

Es por ello que la empresa GEA Forestal, junto con la Diputación de Guadalajara, ha puesto en marcha el curso «Para aprender a resinar», dirigido a desempleados de varios lugares de España, sobre todo donde hay una gran masa forestal de pinos resineros. Las primeras clases comienzan desde este lunes y hasta el viernes en el municipio guadalajareño de Arbancón y tendrán una duración de 40 horas, tres sesiones de teoría y dos de práctica. «Es esta una de las provincias, junto con las de Cuenca y Albacete, con más posibilidades de desarrollo del oficio de resinero», subraya Belén Chacel, una de las técnicos encargadas de este programa de formación.

Una afirmación que no es un cumplido, ya que Castilla-La Mancha es por extensión la tercera comunidad autónoma española en superficie forestal , con casi ocho millones de hectáreas, siendo terreno de naturaleza forestal el 45% de la misma, 3.564.779 hectáreas, es decir, el 13% de España. De esa superficie total de la región, 1.103.669 hectáreas las forman las coníferas, dentro de las cuales se encuentran los pinos resineros que en muchos puntos de nuestros bosques encontramos con unos cuencos enganchados en el tronco para la recolección de la resina.

Los alumnos de uno de los cursos de resineros en una edición anterior Carlos S. Campillo

«Nunca imaginé que acabaría trabajando de resinero. Siempre me ha gustado el campo, pero como afición, no como modo de vida. Sabía que de los pinos se saca la resina y que se utiliza para muchas cosas, pero poco más». Esto es lo que contaba en una edición anterior a ABC Nando Ruiz, que trabajó doce años como fotógrafo y cámara en diversos medios de comunicación. Tras verse en el paro y un negocio propio que no llegó a funcionar, escuchó sobre unos nuevos cursos que impartía la Diputación de Guadalajara sobre este oficio.

Según explican los organizadores del curso, el proceso de resinado conlleva varios pasos: «Lo primero es preparar el pino. Hay que alisarlo y dejar un espesor de corteza más fino, porque posteriormente se le harán incisiones para extraer la resina. Después, se clava una chapa recolectora que se denomina grapa y se engancha el pote o aparato recolector. Entonces llega el momento de practicar las incisiones que originan el exudado de resina. Cuando los potes se llenan, los vertemos en unos carros que, a su vez, se llevan a otro recipiente más grande que al final acaba en bidones de unos doscientos kilos».

« Este trabajo es duro físicamente, sobre todo al principio. Pero lo que peor se lleva es la soledad », asegura Nando. Por el contrario, lo que más le gusta de su nueva faceta es ser su propio jefe y que él mismo se administra el tiempo. Según relata, «el trabajo dura ocho o nueve meses. Los dos primeros son para la desrroñe -extraer algunas partes de la corteza del pino-; después vienen la pica y la remasa -extracción de la partir de pequeños cortes que se le realiza al cada árbol y que se repiten cada doce días-. Estamos mínimo unas 8 o 9 horas sin parar, allí no puedes estar viendo a los pájaros pasar».

Uno de los potes en los que se recoge la resina de los troncos de los árboles Carlos S. Campillo

Todo esto es lo que aprenderán los 11 alumnos en paro que este lunes comienzan en Arbancón el curso impartido por GEA Forestal . «En las jornadas podrán aprender las diferentes técnicas de resinación, su gestión forestal sostenible y después hacerlo realidad con preparaciones físicas de las zonas, desbroces y tratamientos selvícolas», señala Belén Chacel. Además, el curso irá acompañado de una charla por parte de la Asociación Nacional de Resineros, que informará a los desempleados de las posibilidades futuras de trabajo. «El resinero, generalmente, se autoemplea y vende la resina a las empresas que trabajan con ella para la elaboración de ciertos productos, aunque también hay compañías del sector que les pueden contratar, pero esto es menos usual», apunta la técnico de la empresa organizadora.

El de Arbancón será el primero de los cinco cursos que se van a impartir en España, le seguirán otros dos en Cuenca y Albacete, y otros dos en Galicia y Extremadura. De hecho, la técnico de GEA Forestal adelanta que el siguiente será en el municipio albaceteño de Molinicos del 10 al 14 de febrero y después en el conquense de Almodóvar del Pinar del 2 al 6 de marzo .

La forma en que se obtienen la colofonia y el aguarrás de la resina y, de ahí, cómo se utilizan para adhesivos, cosméticos e incluso alimentos. Esta es la mochila que van a llenar de enseñanzas que se llevarán a casa los once primeros alumnos de los cursos de resinero en Arbancón, aprendizajes que tendrán que sacar en un futuro si quieren convertirse en resineros.

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