Crimen de La Solana
La situación mental del acusado enfrenta a los peritos en la muerte del director del banco
Los peritos judiciales creen que el reo no tenía ni sus capacidades volitivas ni cognitivas mermadas; la defensa sostiene lo contrario
La imputabilidad de A. S. C., el hombre de Villanueva de los Infantes (Ciudad Real) acusado de matar al director de una sucursal bancaria de La Solana en noviembre de 2016, ha enfrentado este miércoles a los peritos durante la tercera sesión del juicio que se está celebrando en la Audiencia Provincial con jurado popular.
Así, los peritos judiciales y uno por parte de una de las acusaciones particulares no creen posible que la situación mental del acusado le hubiera condicionado para actuar como actuó, y tampoco que el diagnóstico fuera de tal calibre como el aportado por una perito que analizó al acusado a instancia de la defensa y que ha determinado que sufre «un cuadro depresivo severo con síntomas psicóticos».
Para los primeros, A. S. C. no tenía ni sus capacidades volitivas ni cognitivas mermadas, era «un hombre totalmente normal» , que también intentó matar a una empleada y amenazar a una tercera trabajadora. Han destacado cómo durante la entrevista estaba «orientado y colaborador», y en los informes psicológicos previos a los hechos ningún facultativo diagnosticó fehacientemente tal depresión y en ningún caso con la gravedad expuesta por la perito de la defensa. «Aunque tuviera un cuadro depresivo provocado por estrés laboral, sabía lo que estaba haciendo, era consciente y podía decidir», ha declarado uno de ellos.
Sí que es cierto, han explicado, que una vez en prisión se le diagnosticó una depresión reactiva y adaptativa pero, en su opinión, eso era compatible con «que estaba reaccionando a una situación carcelaria». También han descartado una posible bipolaridad apuntada como probable en un informe médico anterior a los hechos juzgados, así como los síntomas psicóticos.
«Tenía intención de matar»
Para el perito propuesto por unas de las acusaciones particulares, no cabe duda que el reo tenía «intención de matar», cosa que se demuestra en su actuación cuando fue a por la escopeta a su casa. «Sabía totalmente lo que quería hacer, cómo hacerlo, donde estaba, a quién tenía que hacérselo y la forma».
Ha sido un diagnostico muy diferente al presentado por la perito de la defensa pues, en su opinión, el acusado «no pudo evitar lo que hizo», por el deterioro cognitivo que presentaba a consecuencia de la depresión severa en la que estaba sumido. Para esta profesional, que no haya tenido alucinaciones no quiere decir que no haya tenido delirios causados por tal depresión.
Ha explicado que el acusado presentaba delirios de ruina, de hipocondría y de culpa, y que en el centro de todos ellos estaba el director del banco, al que culpaba de haberlo engañado. Aunque esto no fuera cierto, el procesado lo creía así.
Uno de los hechos en lo que se ha basado la perito para apoyar la gravedad del estado mental del imputado ha sido que el acusado no era consciente de que tenía una depresión y los síntomas que presentaba como irritabilidad, problemas para dormir o de memoria los achacaba a otras causas. Además tendía a minimizar tales síntomas. Al respecto, se ha mostrado totalmente convencida de que si hubiera estado medicado los hechos hubieran sido muy diferentes.
Previamente, los peritos han determinado, tras el análisis de las lesiones que presentaba el cuerpo del director del banco, que se trató de una muerte violenta de carácter homicida con destrucción de centros vitales y han datado la muerte alrededor de las 11.00 horas del 23 de noviembre de 2016.
También que las dos lesiones son compatibles con heridas provocadas con un arma de fuego y que fue la del cuello la que causó la muerte «inmediata de la víctima».
Han concluido que esta fue a «muy corta distancia» y que, por el lugar de la sangre y la posición del cuerpo en el levantamiento, se descarta que la víctima estuviera de pie, pero tampoco sentado, así que han presentado la teoría de que podría estar en actitud de defensa tras haber recibido el primer disparo en el antebrazo.
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