Santos Cirujano & Miguel Álvarez Cobelas - Opinión
Gestión basada en criterios científicos: Las Tablas de Daimiel
«Ojalá que el principal problema del Parque Nacional Las Tablas de Daimiel fuera la retirada de 30 centímetros de sedimentos contaminados en un espacio tan reducido»
Fue en el año 1987 cuando catedráticos e investigadores de diversas procedencias, expertos en humedales, se reunieron en la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales para tratar de establecer unas bases que sirvieran de protección para los humedales españoles. De esta forma se aseguraba una correcta gestión basada en criterios científicos frente a actuaciones basadas en meras opiniones o ideas carentes de fundamento.
Hace años que el Organismo Autónomo Parques Nacionales apostó por este tipo de gestión, que es el que se viene realizando en Las Tablas de Daimiel y en otros muchos humedales del Mundo. Nuestro grupo de trabajo, que integra a investigadores del Real Jardín Botánico, el Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC) y las Universidades de Valencia y Sevilla, ha colaborado desde el año 1989 hasta la actualidad con dicho Organismo, cuando así nos lo han solicitado.
Pero no solo nosotros hemos trabajado para tratar de mejorar las condiciones ambientales y el diseño de actuaciones sin las cuales este humedal manchego ya habría desaparecido. Otros expertos pertenecientes a diversas entidades públicas, como el Instituto Geominero de España (IGME), la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) o la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) han participado en proyectos con el mismo fin.
Ahora, Ecologistas en Acción amenaza con denunciar un presumible delito ecológico en Las Tablas por la retirada de sedimentos contaminados en una pequeña superficie del Parque, por la que transitan los visitantes Parque (no llega al 0,5% de la superficie inundable), que reiteradamente han manifestado la necesidad de mejorar este itinerario. No creemos que las amenazas, basadas en opiniones que no están contrastadas en dato alguno, o por criterios de confrontación, sea la mejor manera de gestionar las zonas húmedas y mucho menos un Parque Nacional. El exhaustivo informe aportado recientemente a la dirección del Parque demuestra que es necesaria esta actuación que, en nuestra opinión, debería de haber sido realizada hace tiempo.
Lamentablemente, tenemos ejemplos recientes –como el Mar Menor– de lo que ocurre cuando los responsables de la gestión de los espacios naturales hacen caso omiso de las conclusiones y recomendaciones que realizan los expertos, cuya única motivación es conocer y gestionar adecuadamente nuestro todavía rico patrimonio natural.
Ojalá que el principal problema del Parque Nacional Las Tablas de Daimiel fuera la retirada de 30 centímetros de sedimentos contaminados en un espacio tan reducido.
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