Literatura

Roberto Osa: el regreso del hijo pródigo

Este joven escritor conquense presenta este sábado su exitosa primera novela, «Morderás el polvo» –Premio Felipe Trigo-, en su pueblo natal de El Pedernoso

Roberto Osa ha sido finalista del Premio Nadal con su primera novela, «Morderás el polvo» ABC

MARIANO CEBRIÁN

«Mataré a mi padre este mismo fin de semana». Con esta declaración de intenciones tan contundente empieza «Morderás el polvo» (editada por la Fundación José Manuel Lara), primera novela de Roberto Osa (El Pedernoso, Cuenca, 1981). Una obra que le ha valido a este joven escritor para hacerse un hueco entre los nuevos nombres de la literatura española, tras ganar el XXXVI Premio de Novela Felipe Trigo y ser finalista del Premio Nadal , además de ser elegido, junto con otros tres autores españoles, para participar en el Programa CELA (Connecting Emerging Literary Artists), un proyecto de la Unión Europea para dar a conocer a los escritores emergentes.

Pero, sin ir tan lejos, Roberto Osa regresa este sábado, cual hijo pródigo, a su pueblo natal. Y lo hace con su exitosa novela debajo del brazo, que presentará a las 19.00 horas en el salón de actos del Ayuntamiento de El Pedernoso , nombre de esta localidad de La Mancha conquense que habla de la dureza del paisaje y del clima de esta tierra. La misma dureza y aridez que refleja el autor de Morderás el polvo tanto en el nombre del pueblo donde sitúa la mayor parte de la acción de la novela, Pedregal (con la misma raíz que la palabra «piedra») o en la psicología de sus personajes principales.

Y es que Roberto Osa escribió esta novela con las entrañas. «Estaba muy rabioso en la época en la que la escribí y, en lugar de ir rompiendo retrovisores de coches, canalicé mis sentimientos a través de mi relato». Morderás el polvo cuenta una historia que transcurre en poco más de un día, en un viaje desesperado de Madrid a La Mancha, pasando de una ciudad con las calles cubiertas por toneladas de basura al paisaje árido y descarnado de la meseta manchega, en busca de un pasado lleno de violencia que culminará con el reencuentro a cara o cruz entre un padre y su hija, Águeda.

Este es el nombre de la protagonista, quien en primera persona nos va narrando su vida, sus duros pensamientos y su descarnada realidad. Está embarazada de ocho meses, vive sola en un piso amueblado con cajas de cartón y en su cara hace años que falta el ojo izquierdo debido a un escabroso hecho del pasado. Tiene un novio casi perfecto y un padre al que no ve desde hace muchos años. Su vida es bastante monótona: trabaja de noche como telefonista, duerme poco, habla menos y contiene su rabia como puede. Pero la rutina va a estallar con una llamada telefónica.

«Este argumento surgió de la necesidad de volcar fuera de tu cuerpo tantas preguntas y tantas emociones que se han ido guardando a lo largo de los años. Luego el cerebro recoge ese montón de palabras y lo modela hasta convertirlo en algo legible», explica el autor de Morderás el polvo. Guionista y realizador de televisión desde hace más de diez años, Roberto Osa realiza colaboraciones escritas para varios medios de comunicación digitales.

El tono de esta novela, que llama poderosamente la atención, no fue expresamente elegido por el autor. «No me senté a escribir un drama trágico, ni siquiera me atrevo a ponerle esa etiqueta. Si yo tuviera que incluirlo en un género, para mí sería novela contemporánea, a secas. Pero es cierto que tiene tintes de drama rural, de tragedia casi teatral , incluso ciertas reminiscencias al género negro o al western, por la estética de los escenarios y la búsqueda de la violencia que impregna todo el relato», señala Osa.

Eso sí, no hay moraleja alguna; si bien, al ser una novela que transcurre en los años de crisis más aguda, es difícil que no se filtren cosas de la realidad de esos años -2013 o 2014- en los que el relato se sitúa. «Desde luego –subraya-, el Madrid en el que la historia arranca en muy parecido al de esos años, y lo mismo pasa con la aldea de La Mancha, que es el otro escenario que describe; también hay muchos pueblos de esta comarca que cada vez están más despoblados. Respecto al compromiso, el único posible es el del escritor consigo mismo y con su obra. Lo demás son interpretaciones».

Para un autor novel poder estar en la lista de galardonados con un premio como el de Felipe Trigo ha sido un empujón a su trayectoria. «Sólo puedo decir cosas buenas del premio. Cuando me enteré de que estaba entre los finalistas, abrí la mejor botella de vino que tenía en casa y la bebí con los amigos; ya estar ahí era maravilloso, así que empecé a celebrar mucho antes de ser el ganador. Lo más difícil ya estaba hecho» afirma Roberto Osa. Luego llegó el premio y un mes más tarde «Morderás el polvo» fue seleccionada también como finalista del Premio Nadal. En definitiva, quédense con su nombre y lean su dura novela, no les dejará indiferentes.

Roberto Osa: el regreso del hijo pródigo

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