El pintor Fernández-Galiano dona un cuadro a la Cofradía de Vera Cruz de Sigüenza

Los protagonistas, los «armaos», los especiales costaleros de la ciudad del Doncel

El artista, en presencia del alcalde de Sigüenza, le hizo entrega del cuadro al presidente de la Cofradía ABC

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A lo largo del III Certamen de Música Cofrade, que tuvo lugar el sábado en la Iglesia de Santa María de Sigüenza , el pintor seguntino Emilio Fernández-Galiano le hizo entrega a la Cofradía de la Vera Cruz y del Santo Sepulcro de un óleo que representa una escena, llena de plasticidad y sentimiento, típica de la Semana Santa Seguntina, con los «armaos», especialísimos costaleros seguntinos, como protagonistas.

El cuadro estuvo expuesto en el altar durante el Certamen para que el público asistente pudiese admirarlo. Al término de la actuación de la Banda de Cornetas y Tambores de la Cofradía, y antes de la puesta en escena de la Banda de Música de Sigüenza , el artista, en presencia del alcalde de la ciudad, José Manuel Latre , le hizo entrega del óleo al presidente de la Cofradía, Felipe Carrasco.

Carrasco recogió el cuadro con la misma emoción que transmite la imagen cuando el observador se pone delante de ella, fundiéndose en un caluroso abrazo con el pintor. «Emilio siente profundamente las tradiciones seguntinas. Y eso es algo que se percibe desde el primer vistazo al óleo. Admirándolo, se hace evidente la hondura de su amor por Sigüenza, que sólo él tiene esa capacidad para plasmar en imágenes de una forma tan demoledora. El de Emilio es un detalle inolvidable para la Cofradía. Desde mañana, la obra quedará expuesta en la ermita de la Vera Cruz en lugar preferente», afirmaba el presidente al respecto de la donación.

Fernández-Galiano ha plasmado en el cuadro la admiración que siente desde niño por la solemnidad, silencio y plasticidad de la Semana Santa doncelina . «Me impresionan los armaos. Su indumentaria particular, tan especial y vistosa, unida a la estoicidad con la que soportan, impertérritos, el peso enorme de los pasos, me fascinan, me inspiran», reconoce.

El óleo refleja la tarde lluviosa de un Viernes Santo, en la que el suelo acuoso del atrio catedralicio refleja las bellas tonalidades de la indumentaria de los costaleros seguntinos y de los pasos. «La faja roja que envuelve a la armadura es mágica. Su color intenso rompe como un rayo para darle un contraste estéticamente insuperable al ocre y al gris de piedras y cielo», explicaba el autor.

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