Misión «Don Quijote»: no son gigantes, son asteroides
Este proyecto de la compañía Elecnor Deimos, dirigida por el ingeniero aeronáutico Miguel Belló, defiende la Tierra de este tipo de astros
En un lugar de Castilla-La Mancha, cuyo nombre es Puertollano, hace 55 años que nació un ingeniero aeronáutico que, al igual que hiciera su paisano don Quijote de La Mancha con los molinos, pensando que eran gigantes, lucha contra asteroides, en este caso. Este es el objetivo de la misión que dirige el puertollanense Miguel Belló , quien, aprovechando el IV centenario de la muerte de Miguel de Cervantes, cuenta a ABC cómo las sondas espaciales «Hidalgo» y «Sancho» , creadas por su compañía Elecnor Deimos , vigilan si este tipo de astros pueden poner en peligro la Tierra.
La pasión por el espacio le viene a Miguel Belló desde muy pequeño, más teniendo en cuenta la planicie manchega en la que se crió. Licenciado en Ingeniería Aeronáutica por la Universidad Politécnica de Madrid con matrícula de honor en 1983 y doctorado en Ingeniería Aeroespacial por la universidad alemana de Braunschweig en 1993, comenzó desde entonces a trabajar para la Agencia Espacial Europea (ESA, según sus siglas en inglés). Ya ha desarrollado varias misiones espaciales y desde 2001 entró en el grupo Elecnor Deimos, del cual es ahora director.
Además, prueba del gran vínculo que Miguel Belló tiene con su tierra, más allá del nombre de la misión «Don Quijote», es que Elencor Deimos cuenta en Castilla-La Mancha con dos importantes infraestructuras y ha hecho inversiones en los últimos años superiores a los 100 millones de euros. Por un lado, en Puertollano , localidad donde nació este ingeniero aeronáutico, se instaló un centro de integración de satélites, que es más bien una fábrica de este tipo de artilugios. Y, por otro lado, en Almodóvar del Campo, en el puerto de Niefla, existe un centro de vigilancia espacial con telescopios de observación y también de aplicaciones donde se procesan datos que van llegando.
«Don Quijote» es una de esas misiones en las que trabaja el ingeniero aeronáutico de Puertollano. El proyecto es fruto de un concurso convocado por la Agencia Espacial Europea en 2004 , cuando se creía que un gran asteroide, conocido como Apofis, podría impactar con la Tierra en el año 2029. Consciente de este problema, la ESA pidió a las empresas que propusieran ideas y dieran soluciones. Hubo 23 propuestas de toda la industria europea y, de todas ellas, la de Elecnor Deimos fue la elegida.
En 2036, Apofis muy cerca
Aunque análisis posteriores demostraron que Apofis finalmente pasará cerca de la Tierra en 2029, sin riesgo ninguno , lo que sí quedará como consecuencia de su paso cercano a nuestro planeta es una órbita de resonancia, que se repite cada siete años. De este modo, en 2036 habría, de nuevo, la posibilidad de que este asteroide choque o pase de nuevo muy cerca, explica el director de Elecnor Deimos.
No obstante, recuerda, «hay asteroides que aún no se han descubierto y que pasan cada día muy cerca de la órbita de la Tierra» y, en su opinión, la misión «Don Quijote» propone una «forma innovadora» de vigilar y hacer frente a estos riesgos . Su objetivo es aprender a deflectar asteroides, es decir, impactar con la gran masa para cambiar su trayectoria. «Con la tecnología de la que hoy disponemos es posible, pero es algo que tenemos que ensayar y practicar», señala Belló, quien recuerda que hay otros métodos propuestos, como explosiones nucleares, planteado por Estados Unidos, y otros que abogan por el uso de láseres.
La misión está compuesta por dos sondas espaciales: Sancho, que lo que hace es observar al asteroide , caracterizarlo y calcular su campo gravitatorio, su masa, su consistencia interna, su tamaño o su rotación; y, por otro lado, Hidalgo, que impacta a gran velocidad contra el astro , teniendo en cuenta que en el Sistema Solar la velocidad relativa a la que se mueven los cuerpos es de decenas de miles de kilómetros por hora. De este modo, con un cuerpo de entre 500 y 1.000 kilogramos, que es lo que pesa una sonda, se puede mover un asteroide y cambiar su trayectoria.
Sin embargo, los asteroides no son los únicos enemigos a los que se enfrenta «Don Quijote» ahora mismo, destaca el director de Elecnor Deimos. Por lo que se refiere a su viabilidad, los recortes presupuestarios están paralizando la misión. «Hemos hecho las fases iniciales del proyecto, pero para su desarrollo completo es necesario un presupuesto, que no está asignado, de momento» , asegura. Y, si se atiende a su cometido en sí, sus principales enemigos son los centenares de miles de asteroides que hay en el Sistema Solar, que son los restos de otros astros. Su principal ubicación se encuentra en el cinturón entre Marte y Júpiter, pero si alguno llega hasta la Tierra puede suponer un problema, dependiendo de su tamaño.
Según, los pequeños asteroides –que oscilan entre unos centímetros y unos pocos metros- entran todos los días en nuestro planeta y generan estrellas fugaces o se desintegran al entrar en la atmósfera. Pero a partir de los 50-100 metros de longitud empiezan a ser muy peligrosos y su efecto puede ser devastador. «Un asteroide de 500 metros puede destruir un país, uno de un kilómetro puede destruir un continente y el que acabó con la vida de los dinosaurios se estima que tenía 15 kilómetros , aunque afortunadamente los de este tipo caen una vez cada 60 millones de años», subraya Belló. Ojalá no se equivoque en sus cálculos.