Los mejores vinos de Castilla-La Mancha elaborados con uvas autóctonas minoritarias
Garnacha, Moravia, Brujidera, Tinto Velasco, Malvar, Albilla o Verdoncho son algunas de las variedades con las que las siguientes bodegas convierten en joyas sus uvas
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Más que vinos
Como su propio nombre indica, « Más que vinos » no es solo vinos, que también. La pasión por este mundo es la que unió en 1998 a tres amigos en La Rioja, región vitivinícola por antonomasia. Allí se conocieron Margarita Madrigal, Alexandra Schmedes y Gonzalo Rodríguez , tres enólogos, cada uno con una amplia experiencia.
Sin embargo, echaron raíces lejos de tierras riojanas y comenzaron en 2007. Sus inicios se remontan a la bodega familiar de Gonzalo, datada ya en 1851 como «La Plazuela», con sus emblemáticas tinajas, donde se cría su emblemático vino que lleva el mismo nombre. Ubicada en Dosbarrios , pueblo toledano de la Meseta de Ocaña no muy lejos de Toledo capital, su proyecto busca la tradición vinícola de esta zona les hizo crear allí su proyecto, basado en la filosofía de cultivar las variedades autóctonas: Cencibel, Garnacha, Malvar y Airén.
Actualmente cuentan con 35 hectáreas de viñas viejas de más de 80 años , en vaso y cultivo ecológico, ubicadas muy cerca de la bodega, en la Finca El Horcajo, repartidos en los alrededores de los pueblos de Dosbarrios, Cabañas de Yepes y Villarrubia, una zona elevada a 800 metros de altitud caracterizada por el clima extremo continental y un suelo arcilloso-calcáreo.
De ahí salen las famosas uvas autóctonas de Cencibel, Garnacha, Malvar y Airén que sirven para elaborar los reconocidos caldos con los que «Más que vinos» se ha hecho un hueco en el mercado e incluso tienen una gama dedicada a sus paisanos, los hermanos Almodóvar. El más famoso de todos es «La Plazuela», elaborado con un 80% Cencibel (Tempranillo) y un 20% Garnacha y criado durante 18 meses en barrica y un año en ánfora.
Contacto: Camino De los Molinos, S/N, 45312 Cabañas de Yepes (Toledo). Teléfono: +34 925 122 281 o a través del correo mqv@bodegasmasquevinos.com
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Bodegas Arrayán
Bodegas Arrayán nació en 1999 como el proyecto personal de José María Entrecanales y María Marsans en su finca «La Verdosa», en el municipio toledano de Santa Cruz del Retamar . Al principio, Richard Smart, experto australiano en viñedos, realizó un exhaustivo estudio del relieve, el suelo, el clima, las exposiciones y orientaciones más favorables y las variedades que más se adecuaban al objeto buscado. Comenzó así, en la zona más alta de la finca, la plantación de las variedades Syrah, Merlot, Cabernet Sauvignon y Petit Verdot, respetando en su integridad el bosque autóctono de encinas que rodea y salpica el viñedo.
Sin embargo, la llegada de la enóloga Maite Sánchez en 2009 marcó una nueva etapa en Arrayán tanto en la elaboración de los vinos ya existentes como en el empeño de incorporar variedades autóctonas . En el 2010 empezó a trabajar viñas viejas de Garnacha de El Real de San Vicente (Toledo) y Cebreros (Ávila) y en 2014 comenzaron a elaborar Albillo Real de Almorox (Toledo) y de Cebreros. Las enormes diferencias entre suelos, variedades, altitudes y exposiciones, transmiten la personalidad única y tipicidad de los diferentes vinos.
Al mismo tiempo, Maite Sánchez está llevando a cabo una investigación, junto con el Grupo de Investigación en Viticultura de la Universidad Politécnica de Madrid , para rescatar variedades que se habían quedado olvidadas tras la plaga de la filoxera. Así, se han localizado algunas de estas variedades minoritarias gracias al Instituto de la Viña y el Vino de Castilla-La Mancha (Ivicam). Su estudio consiste en una labor ardua de prospección en las zonas endémicas donde aún quedaban estos cultivos, así como su identificación, clasificación, estudio de los sinónimos y antónimos.
Fruto de todo ese trabajo, de momento, el proyecto dispone de 7 variedades minoritarias, injertadas en la finca «La Verdosa» desde 2015, para este estudio de investigación con la finalidad de elaborar una barrica de cada una de las siguientes uvas: Garnacha blanca, Garnacha Gris, Mizancho, Rufete, Bruñal, Moravia agria y Graciano . Y, como resultado, cuenta ya con 7 nuevos vinos embotellados de la cosecha de 2018 (5 vinos bajo el nombre de «La Verdosa» y 2 que ya han entrado a formar parte de la familia de vinos de «Arrayán»: La Verdosa Mizancho, La Verdosa Garnacha Blanca, La Verdosa Garnacha Gris, La Verdosa Bruñal, La Verdosa Moravia, Arrayán Graciano y Arroyo de Arrayán (mezcla de Garnacha blanca y garnacha gris).
Contacto: Finca La Verdosa s/n, Santa Cruz de Retamar, 45513 Toledo (España). Teléfono: +34 916 633 131 o a través del correo comunicacion@arrayan.es
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Bodegas Recuero
Según Jesús M. Recuero , «los varietales son la forma más fácil de hacer vinos libres», sobre todo para Bodegas Recuero , en Villanueva de Alcardete (Toledo) , que no elabora con indicación geográfica. «Calambur» es su gama de vinos sin sulfurosos que incluye blancos de Airén, Malvar, Pardillo, Verdoncho, tintos de Moravia y Tinto Velasco y un clarete de Moravia . La fermentación y la crianza la realizan en las clásicas tinajas de hormigón; en los tintos se usan porcentajes variables de barrica y en los últimos tiempos tinajas de barro.
Es en los antiguos territorios de Guzquía , lengua territorial a caballo entre las provincias de Toledo y Cuenca , donde este bodeguero, apasionado de las variedades de uva autóctonas, lleva años desarrollando una viticultura racional y respetuosa con el entorno, con intervenciones mínimas en el viñedo, primero, y en el proceso de vinificación, después, lo que da lugar a unos vinos que reflejan la identidad y autenticidad del territorio que los rodea.
Jesús M. Recuero cuenta que tiene la fortuna de poder trabajar en parajes y parcelas singulares con una altitud media de casi 800 metros donde aún existen viñedos, algunos centenarios, de uvas indígenas apenas conocidas en los mercados de los vinos de calidad. Variedades como la Brujidera, la Tinta Velasco, el Tinto fino propio de la zona (tinta Madrid) o las distintas garnachas que allí pueden encontrarse son buena muestra de ello. Incluso alguna rareza más reciente como la Pinot Noir, cultivada en principio para elaborar vinos espumosos , pero que da notables resultados en vinos tranquilos.
Pero si de algo se muestra orgulloso es de trabajar con uvas blancas denostadas como la Airén del país, que elaborada de forma tradicional es capaz de dar vinos de gran personalidad, la variedad local Verdoncho (Gordal o uva del pastor) o la Pardillo (Albillo pardo), apenas conocida incluso en este entorno.
«Ha sido un camino largo, pero creemos estar en disposición de mostrar los frutos de los que más orgullosos nos sentimos y que surgen de una bodega de tradición familar cuya última reforma en profundidad data de 1954. Esos frutos son, en esencia, vinos naturales concebidos para hacer disfrutar al aficionado, vinos, en cualquier caso, singulares y que queremos compartir con todos , algo que hasta la fecha nos reservábamos para nosotros, como nuestros abuelos hiciesen con sus mejores viñas y vinos. Porque, en definitiva, solo se trata de disfrutar y poco más», afirma Jesús M. Recuero.
Contacto: Calle La Puebla,14. 45810 Villanueva de Alcardete (Toledo). Teléfono: +34 925 166 396/+34 608 285 321 o a través del correo info@bodegasrecuero.com
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Garagewine
En Quintanar de la Orden (Toledo), Jesús Toledo y Julián Ajenjo, dos primos hermanos amantes de la enología , elaboraron su primer vino en 2015, un Cencibel joven del que sacaron 550 botellas. En 2016 elaboraron su primera Brujidera. En 2019, elaboran ya ocho vinos de uvas autóctonas. Su apuesta de recuperación continúa con una finca plantada de Albilla, Garnacha y Monastrell y un viñedo experimental en el que se utilizará material del Ivicam de Tinto Fragoso, Malvar y Moscatel serrano.
Lo que empezó como un hobby tiene visos de convertirse en una empresa o una «bendita locura», como así la denomina Jesús Toledo, una de las dos mitades –junto con su primo Julián Ajenjo- de « Garagewine », un proyecto vitivinícola que está recuperando variedades autóctonas de uvas de La Mancha . Sin embargo, su filosofía es la antítesis de lo que se hace con la viña en esta comarca: cultivo de secano y cero regadíos, incluso en los momentos de mayor estrés hídrico, cepas de vaso, vendimias a mano y todos los trabajos artesanos, sin agroquímicos ni pesticidas.
La Mancha y Quintanar de la Orden, donde se encuentra el proyecto de «Garagewine», es una tierra de soñadores, como Don Quijote, que está viendo como los «vinos singulares» de esta bodega están abriéndose paso, cual caballero andante, en los mejores rincones de la geografía española, incluso en el restaurante que el tenista Rafael Nadal tiene en Son Servera (Mallorca).
Con unas 9.000 botellas de producción en 2019, elaboran ocho vinos de variedades autóctonas, todos ellos parcelarios (el nombre del paraje figura en la etiqueta junto al de la variedad), que no pasan de los 4.000 kilos por casta. Entre ellos, destacan un sorprendente Verdoncho, elaborado con esta uva blanca; un Airén, variedad cuya imagen quieren limpiar a toda costa y también un tinto elaborado con Pámpana blanca , una posible mutación de la Tinto Velasco que se diferencia de ella por su envés velloso.
Contacto: Calle Camelia, 4, 45800 Quintanar de la Orden (Toledo). Teléfono: +34 625 226 946 o a través del correo info@garagewine.es
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Bodegas Gratias
«Gratias». Esta es la palabra latina con la que esta joven bodega familiar de Casas Ibáñez (Albacete) quiere dar las gracias a todos los que les han ayudado con su proyecto. Fueron dos parejas, las que forman Ana e Iván y José y Silvia, agrónomos y con experiencia en el mundo del vino . Ana y José, además, son hermanos e Iván, al igual que hizo el hijo pródigo, volvió a La Manchuela, los orígenes de su padre, donde comenzó a mimar las viñas que heredó en Alborea de la variedad Bobal, la uva autóctona de esta comarca.
Todo comenzó en 2007, cuando los cuatro, junto con varios amigos, se se pusieron a hacer un vino con esas uvas de Bobal en un garaje, donde se fue fraguando en una barrica que vio la luz un año después con unas pocas botellas de un caldo fruto de esas viñas viejas. Pero lo que empezó siendo un entretenimiento, se convirtió en un proyecto vitivinícola diferente que busca poner en valor las variedades autóctonas de La Manchuela desplazadas por las mayoritarias.
De este modo, Bodegas Gratias ha convertido la recuperación de uvas como la Tardana o la Pintaíllo en parte esencial de su filosofía . Su original acercamiento incluye campañas de «crowdfunding» para elaborar ensamblajes multivarietales bajo la marca «¿Y tú de quién eres?» en versión blanca y tinta. La Pintaílla, que embotellan por separado y llaman «@», es una variedad muy curiosa de piel moteada que da un tinto abierto de color, ligero y terroso.
Ahora elaboran 14 vinos diferentes y únicos ecológicos y sin aditivos . Un ejemplo de ellos es el vino «Sol», elaborado con uvas de la variedad Tardana procedentes de las viñas que tienen en Villatoya, junto al Parque Natural de las Hoces del Cabriel, que se vendimian después de las uvas tintas con una larga crianza sobre sus lías.
Contacto: Calle A, 12. 02200 Casas Ibáñez (Albacete). Teléfono: +34 722 331 730o a través del correo administracion@bodegasgratias.com
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Finca El Molar
En la comarca de La Manchuela, en Fuentealbilla (Albacete) , situados a una altitud de entre 650 y 750 metros, se ubican los viñedos de Finca El Molar , cultivados en suelos pedregosos y calizo calcáreos aportando al vino su remarcable mineralidad. Allí, gracias a un clima continental y a la brisa mediterránea que favorecen una maduración lenta, elabora sus vinos la joven bodeguera Rus Jiménez, la segunda generación de este proyecto que puso en marcha su padre en 1998.
Al principio comenzaron a trabajar con variedades internacionales, pero hubo un punto de inflexión en el proyecto que supuso un giro de 180 grados. Ese momento lo supuso la entrada en acción del enólogo Luis Jiménez, que empezó a introducir la Moravia Agria, en primer lugar, y la Graciano después , uvas autóctonas con una alta acidez para compensar de manera natural otras variedades con el objetivo de hacer vinos ecológicos.
Ahora mismo Finca El Molar cuenta con 30 hectáreas con una amplia selección de variedades como Graciano, Moravia Agria, Merlot, Cabernet Sauvignon, Syrah y un nuevo proyecto con Bobal . En el caso de la Moravia Agria, ya han tenido experiencias de vinificarla en versión tinta y rosada, pero la novedad es que están utilizando la alta acidez natural de esta uva para producir un espumoso ancestral rosado bajo el nombre de «Moravia La Bella», que precisamente recalca el hecho de cómo convertir en virtud una característica difícil de gestionar.
Sin embargo, entre sus vinos también se pueden encontrar otras joyas como el que elaboran con uva Tardana procedente de una viña de 75 años del municipio vecino de Alborea , de una parcela de un amigo que no sabía qué hacer con esa variedad que le despreciaban en las cooperativas de la zona. Fruto de ese interés por recuperar otra uva autóctona minoritaria, es otro vino diferente y único, un «orange wine» ecológico con una elaboración particular.
Contacto: Finca El Molar, 02260 Fuentealbilla (Albacete). Teléfono: +34 647 07 53 71 o a través del correo info@elmolarderus.com
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Bodegas Ponce
Esta pequeña bodega familiar de Villanueva de la Jara (Cuenca), de la Denominación de Origen Manchuela , tiene al frente a quien para muchos es considerado el «mago de la bobal», variedad de uva típica de esta comarca. Juan Antonio Ponce es originario de la vecina localidad conquense de Iniesta, donde su familia cuenta con una larga tradición vitivinícola y, como se suele decir, de casta le viene al galgo. Desde bien pequeño, tuvo curiosidad por todo lo que tiene que ver con el mundo del vino y, por eso, a los 14 años decidió marcharse a estudiar a la Escuela de Enología de Requena (Valencia).
La historia de Bodegas y Viñedos Ponce es bastante reciente, ya que la primera añada de vinos elaborados por esta bodega es la de 2005, cuando Ponce tenía 24 años, justo después de que estuviera trabajando en un proyecto nacional con viñedos en las denominaciones de origen de Ribera del Duero, Toro y La Rioja, donde se inspiró para hacer un vino de autor. Ese primer año elaboraron 15.000 botellas de tres vinos -Clos Lojen, PF y La Casilla- y poco a poco han ido creciendo en producción e introduciendo más variedades, llegando a varios países. Eso sí, siempre apostando por uvas autóctonas de la comarca de la Manchuela, como la bobal, así como la moravia agria, la blanca albilla o albillo, la garnacha o la monastrell , todas muy relacionadas con el clima mediterráneo.
Juan Antonio Ponce recuerda que «la comarca de la Manchuela cuenta con un gran pasado y una gran trayectoria en el mundo del vino, aunque en las últimas décadas las cooperativas han ganado terreno a las bodegas tradicionales. Por desgracia, para las nuevas generaciones, este modelo vitivinícola familiar es difícil de mantener».
Sin embargo, él lo tuvo claro después de su formación, aprendiendo sobre todo del tiempo que estuvo en contacto con bodegas familiares de La Rioja, que le enseñaron a respetar el vino desde pequeños proyectos que cuidan todo el proceso de elaboración en primera persona. «Yo tengo mucha confianza en la comarca de la Manchuela porque tiene muchas posibilidades, teniendo en cuenta además que Castilla-La Mancha es uno de los mayores viñedos del mundo, lo que significa que hay una buena uva que puede convertirse en un gran vino », afirma.
Contacto: Carretera CM-220, km 54,500. 16230 Villanueva de la Jara (Cuenca). Teléfono: 677 43 45 23 o a través del correo juanantonio@bodegasponce.es
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Finca Río Negro
En Guadalajara, la provincia con menos superficie de viñedo de Castilla-La Mancha, Finca Río Negro se ha tomado como una obligación la recuperación de la Tinto Fragoso después de que se encontraron dos plantas en el municipiode Cogolludo, donde está ubicada . La bodega, que lleva varios años intentando recuperar la vocación vitícola de este pueblo situado a más de 1.000 metros de altitud y que hasta la fecha se había centrado más en la Tempranillo y en variedades internacionales, ha reinjertado una parcela de Gewürztraminer con Tinto Fragoso y obtendrá su tercera cosecha este año.
La familia Fuente lleva dos décadas recuperando la tradición vinícola y vitivinícola de Cogolludo. En su búsqueda constante por alcanzar la máxima excelencia y elaborar uno de los vinos más particulares de España, Finca Río Negro trabaja junto al Instituto de la Vid y el Vino de Castilla-La Mancha (Ivicam) y la Universidad de Castilla-La Mancha en la recuperación de Tinto Fragoso . Una uva autóctona de Cogolludo, única en el mundo y autorizada para la elaboración de vinos.
En 2019 hicieron ya una pequeña prueba, pero este año esperan poder elaborar mejor e incluso testar el comportamiento de la variedad en barrica. Según confirma el gerente de Finca Río Negro, Fernando Fuentes, es una variedad perfecta para moderar el pH. « De ciclo largo y con muy buena acidez, tiene un perfil de aromas terpénicos y florales que se salen de los descriptores habituales de los tintos y que le hacen muy diferente del resto de uvas que cultivamos», asegura. Presenta también mucha intensidad de color, el racimo es muy suelto y la piel gorda.
«Por primera vez, 2020 será el primer año en el que vinificaremos con el objetivo de incluir Tinto Fragoso en alguna de nuestras referencias. Una variedad ancestral, con una personalidad única que aportará estructura, acidez e intensidad aromática», afirma el gerente de esta bodega. Finca Río Negro es uno de los pagos más elevados desde el centro peninsular hasta el norte de Europa, situado en Cogolludo, junto al Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara . Sus vinos de altura han obtenido numerosos reconocimientos internacionales, como el tinto Finca Río Negro 5º Año 2013 reconocido con 93 puntos por James Suckling.
Contacto: Carretera CM-1001, km 37,4. 19230 Cogolludo (Guadalajara). Teléfono: +34 913 022 648/ +34 687 978 652 o a través del correo info@fincarionegro.com