María Jesús, sordociega: «Hay gente tan progre que dice que el braille no se lleva; pero no inventan nada mejor»
Ha ganado el Concurso Europeo de Redacción sobre Braille 2020 por su relato «El Braille: un puntazo en el confinamiento»
![María Jesús Cañamares, con Jábaga detrás](https://s1.abcstatics.com/media/espana/2020/11/14/maria-ciega-kpZF--1248x698@abc.jpg)
«¡He visto el artículo, lo he visto!», suelta por el teléfono mientras mantiene una conversación muy fluida. Se refiere a una nota de prensa que se publicó sobre ella hace unos días para dar cuenta de su último premio.
Por momentos, uno duda de que María Jesús Cañamares Muñoz, que tiene dos implantes cocleares que le permiten oír, sea sordociega. Y resuelve el enigma con un zasca: «Usted vocaliza muy bien, pero hay periodistas que hablan rapidísimo».
Ávida de comunicarse con los demás , María Jesús está de celebración. Ha ganado este año el Concurso Europeo de Redacción sobre Braille, el sistema de lectura y escritura táctil que usan las personas ciegas. Los 2.000 dólares americanos con los que está dotado el premio llegarán a su bolsillo por el relato «El Braille: un puntazo en el confinamiento». «El dinero es lo de menos pero, para la moral, no tiene precio», admite la locuaz interlocutora, que ya se hizo con el mismo certamen en 2012.
Dice que el título del relato no es suyo, sino de su amigo Carlos Javier Hernández, delegado territorial de ONCE en Castilla-La Mancha; el mismo que avisó al periodista para que vocalizase muy bien. «Antes de presentarlo, pedí a Carlos Javier que me sugiriese un título y me dijo ése», revela María Jesús, que habla maravillas de la Organizacion Nacional de Ciegos. «Me lo ha dado todo y me quieren bastante», resume esta mujer enérgica de 57 años, autora también del libro «Relatos y punto», publicado por la Diputación de Cuenca.
«Una recompensa de Louis Braille»
Ciega de nacimiento, dejó de oír siendo una niña, a los once . Un año después, ingresó en el colegio de la ONCE Espíritu Santo de Alicante. «Los profesores no tenían ni idea de cómo tratar a una persona sordociega y se volcaron en mí. No tenían medios, ni intérpretes, ni mediadores. Eran sólo ellos, su imaginación, su corazón, que era muy grande. Tuve unos profesores estupendos».
Habla con pasión y sin una pausa de duda. «Salí del colegio y la ONCE me proporcionó tres meses en un colegio tutelado para sordociegos, donde aprendí a sumergirme en las nuevas tecnologías y a desarrollar programas de vida diaria, como planchar o cocinar... Creo que voy a ir al concurso de Masterchef», bromea.
María Jesús vive con sus padres, ambos de 86 años, en su pueblo natal, Jábaga. Desde este pequeño municipio conquense de medio millar de habitantes, a 12 kilómetros de la capital de la provincia, María Jesús se comunica con el mundo con el sistema braille.
En su blog tiene colgado, en inglés y en español, el relato que le ha permitido ganar el primer premio del concurso europeo . «Es una recompensa que Louis Braille me ha dado por toda la lucha que llevo durante más de 40 años defendiendo y promocionando este sistema. Hay gente tan progre que está diciendo que el braille ya no se lleva, que ha quedado obsoleto. Pero, curiosamente, ¡fíjate!, nadie inventa un sistema mejor, con lo que no puede quedar obsoleto. Queremos que el braille perdure y que esta gente no se salga con la suya».
La importancia de vocalizar
Se define como una persona «muy tenaz», apasionada de la naturaleza, que mata el tiempo como puede. «Dentro de mi sordoceguera, procuro sacar el día a día», cuenta una mujer a la que le cuesta tutearte.
Desde junio colabora como voluntaria con RTVE y la Federación de Asociaciones de Personas Sordociegas de España (Fasocide), realizando el seguimiento de fallos de GoAll. Es una aplicación que permite a las personas sordociegas «leer en la línea braille los subtítulos de las noticias. Pero, ¿qué pasa?», se pregunta. «Si hablan rapidísimo, el software lo coge mal y entiende lo que quiere y escribe lo que entiende». Por eso es tan importante vocalizar.