«Con la OEPM hemos topado»: prohíben llamar 'Hideputa' al vino de la Sociedad Cervantina de Alcázar
Inspirado en una escena del Quijote, la asociación alcazareña se lo encargó a Bodegas Alort con el fin de regalarlo a sus invitados y socios e, incluso, para comercializarlo
¿Veis ahí —dijo el del Bosque en oyendo el hideputa de Sancho— como habéis alabado este vino llamándole 'hideputa'?
Digo —respondió Sancho— que confieso que conozco que no es deshonra llamar 'hijo de puta' a nadie cuando cae debajo del entendimiento de alabarle. Pero dígame, señor, por el siglo de lo que más quiere: ¿este vino es de Ciudad Real?
Esta conversación tan sesuda es la que mantienen, en el capítulo XIII de la segunda parte del Quijote , Sancho Panza con el escudero del Caballero del Bosque mientras comparten la bota de vino que lleva este último. Una escena que había servido este año de inspiración a la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan (Ciudad Real) para encargar un vino con el fin de regalarlo a sus invitados y socios e, incluso, para comercializarlo.
El nombre del vino que habían ideado no podía ser otro más que el de 'Hideputa' y, como el que aparece en esa escena, también es de Ciudad Real. Con esta idea y por parecerles un nombre muy cervantino, muy significativo del Quijote y sobre todo identificativo del buen mojón (entendido en vinos, catador) que era Sancho Panza , los cervantistas alcazareños iniciaron los trámites de registro de ésta a fin de que no pudiera ser utilizada por terceras personas.
Con la ayuda de Bodegas Alort , una marca embotelladora de la localidad ciudadrealeña, los cervantistas alcazareños han elegido un vino de altas cualidades: un tinto crianza, envejecido 12 meses en barrica francesa de tostado medio, que transmite de forma intensa la personalidad de sus variedades de uva Cabernet Sauvignon y Franc Moderno, que resulta muy equilibrado, sedoso y brillante. Para esta ocasión especial, Estrella Cobo ha diseñado una etiqueta que sintetiza perfectamente el nombre del vino y la tierra a la que pertenece.
Con esta esmerada selección, la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan agasaja a los invitados que regularmente recibe en su actividad denominada 'Almuerzos de don Quijote', que ha vuelto a celebrar este año tras la pandemia. De hecho, la primera personalidad en probarlo fue el premio Nobel de Física de 2019, el suizo Michel Mayor, que visitó sus instalaciones el pasado 6 de octubre.
Pero, ¡ay amigo!, su gozo en un pozo. Esta vez no se han topado con la Iglesia, sino con la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM), que les ha denegado el uso del nombre 'Hideputa' ¿Los motivos? Porque consideran que «es contraria a la ley, al orden público o a las buenas costumbres, toda vez que el distintivo incorpora en su conjunto una calificación denigratoria, que cabe considerar de atentatoria a las buenas costumbres, incluso si está extendida en el lenguaje vulgar».
Así se lo explica a ABC el presidente de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan, Juan Bautista Mata Peñuela . Él cree que la OEPM, con esta decisión, «va en contra del derecho a la libertad de expresión, censurando y tachando de vulgar a Miguel de Cervantes al denegar el registro de la marca de vino 'Hideputa'. Lo que no consiguieron en el siglo XVII ni la Inquisición, ni el Consejo Real, lo ha hecho en el siglo XXI un estamento oficial español».
Una decisión contra la que esta asociación presentó alegaciones y, en segunda instancia, recibieron la misma respuesta por parte de la OEPM. «Se nos ha ido de madre porque, aunque haya una normativa que regule de este modo, no tiene sentido. Las leyes están para interpretarlas o cambiarlas» , manifiesta Mata Peñuela. Recuerda que en el siglo XVII estaba en pleno apogeo la Santa Inquisición, que ejercía una férrea censura, sobre todo lo que se publicaba. Y que, antes de dar a la imprenta una obra, no sólo debía ser sometida al Consejo Real, que era quien la autorizaba y fijaba su precio. También un estamento eclesiástico debía dar su aprobación de que no contenía nada en contra de la fe católica, lo que se llamaba el 'imprimátur'.
«Pues bien, ni el Consejo Real ni los estamentos religiosos impidieron a Cervantes que el Quijote viese la luz en 1605. Por el contrario, asistimos 416 años después a que un estamento oficial español censure y tache de vulgar al mejor escritor que en todos los tiempos ha tenido nuestra lengua». Y pone como ejemplo una reciente entrevista en televisión del académico de la Lengua, Arturo Pérez-Reverte . Decía que «no se pueden quitar del diccionario las palabras que han utilizado escritores de la talla de Galdós, Cela o Cervantes, por muy malsonantes que nos puedan parecer hoy, ya que ellos las utilizaron de manera limpia, eficaz y práctica, consiguiendo reflejar el lenguaje de su época. De otro modo, leer a nuestros clásicos de la literatura sería imposible; por eso la Real Academia de la Lengua es la encargada de definirlas y de preservarlas para los lectores actuales y futuros».
Por ello y, a pesar de que la marca 'Hideputa' no será oficialmente registrada con toda seguridad, desde la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan piensan seguir utilizándola. «Para ser coherentes con su obra y para perpetuar la memoria de nuestro más ilustre escritor», aseguran. Sancho Panza lo explica perfectamente: «Confieso que no es deshonra llamar hideputa a nadie cuando cae debajo del entendimiento de alabarle»... ¡Es prosa de Miguel de Cervantes !
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