Informe Foessa: Unas 479.000 personas sufren exclusión social y casi 10.000 están en situación crítica en Castilla-La Mancha

La desigualdad ha aumentado más de un 37% durante la pandemia y las rentas más bajas se han reducido un 36% en los dos últimos años

Mariano Cebrián

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«El tsunami que ha supuesto la crisis del coronavirus se ha llevado por delante a un buen número de hogares que disfrutaban de una posición privilegiada de integración plena». Así de contundente se ha expresado este jueves Thomas Ubrich, responsable de la Fundación de Estudios Sociales y Sociología Aplicada (Foessa), que ha presentado en Toledo el Informe sobre Exclusión Social en Castilla-La Mancha 2022.

Más allá de los conceptos y de los símiles utilizados durante la presentación del informe, durante la cual Thomas Ubrich ha llegado a comparar la situación actual con el hundimiento del Titanic, en el que sólo se salvan los de primera clase, lo que se pretende es concienciar a la sociedad que detrás de los números hay rostros de personas que lo están pasando mal. Pero, aun así, las cifras son necesarias para saber la magnitud del problema que ha supuesto la pandemia en muchos hogares.

Así, según ha informado el técnico de Foessa en la rueda de prensa ofrecida en la Biblioteca de Castilla-La Mancha , más de la mitad de los hogares tienen problemas económicos y de exclusión social. «Uno de cada cuatro habitantes de la comunidad autónoma, en torno a 479.000 personas, se encuentran en una situación de importante desventaja», asegura Ubrich, que considera «más grave» el aumento del grupo de los más frágiles, con un 37% más de situaciones de exclusión severa, alcanzando a unas 232.000 personas.

También ha llamado la atención sobre el «deterioro» que se ha dado entre el grupo de personas en una situación de exclusión más extrema y que acumulan el mayor número de dificultades. « Casi 10.000 personas conforman la denominada sociedad expulsada en Castilla-La Mancha . Esto significa que están en una situación más crítica y no cuentan con elementos compensadores que eviten el incremento de nuevas problemáticas que se acumulen a las previas», ha apuntado.

Y es que, según ha destacado Ubrich, la desigualdad ha aumentado más de un 37% durante la pandemia, cifra muy superior al incremento que tuvo durante la crisis de 2008, y las rentas más bajas se han reducido un 36% en los dos últimos años.

Pero, más allá de los ingresos y de las capacidades materiales de las familias, hay otras dimensiones sociales de la desigualdad con un impacto social en estos tiempos, como son las oportunidades educativas o tecnológicas, conocida como « brecha digital ». Una situación que, según han dado a conocer, afecta a 4 de cada 10 hogares de Castilla-La Mancha (45%), alcanzando a la mitad en situación de exclusión.

Todas estas carencias desigualmente distribuidas generan un mayor impacto sobre unas personas que sobre otras. Así, el técnico de Foessa ha resaltado otras dos brechas que siguen activas aún más, como la del género y la nacionalidad extranjera, a la que se suma ahora con fuerza la edad , con un importante incremento de excluidos entre 45 y 64 años. Según los datos ofrecidos, han subido al 28% las familias cuya persona sustentadora principal es una mujer frente al 22% donde esa figura es un hombre y casi la mitad de los hogares encabezados por una persona inmigrante se encuentra en situación de exclusión.

En relación al empleo, pese a las cifras positivas de los últimos meses, «se ha producido un empeoramiento de las condiciones de trabajo que genera más trabajadores pobres y menos realizados personal y socialmente», ha afirmado Ubrich, que señala que la precariedad ha llegado a más de 71.000 hogares (9%). Además, durante la pandemia, la situación de que el sustentador se encuentre en paro de larga duración ha alcanzado a más de 32.000 familias y el desempleo total familiar se ha multiplicado por 1,5 y hoy son 79.000 los núcleos familiares donde todas las personas activas están en paro y 41.000 carecen de algún tipo de ingreso periódico.

Por otro lado, más de 132.000 hogares (17%) sufre falta de acceso a medicamentos o tratamientos por problemas económicos y, en el ámbito de la vivienda, más de 83.000 familias, una vez pagado el alquiler o la hipoteca, quedan en situación de pobreza severa. Para hacer frente a estos gastos, las personas que viven esta situación han llevado a cabo tres estrategias: acudir a ahorros propios, en caso de haberlos, pedir dinero o ayudas y, por último, han reducido gastos habituales (alimentación, ropa y calzado).

El técnico de Foessa ha reconocido que la respuesta de las políticas públicas durante la pandemia ha sido «notablemente mayor» que en la crisis anterior, pero ha pedido que se pongan en marcha medidas para paliar la situación de exclusión social que viven muchas personas. Entre ellas, ha citado la mejora de la cobertura del Ingreso Mínimo Vital que, según datos del Ministerio, hasta septiembre del 2021, había aprobado cerca de 11.000 solicitudes de esta ayuda, que incluyen aproximandamente unos 29.000 beneficiarios, lo que supone alrededor de 1 persona beneficiaria por cada 10 en situación de pobreza severa en Castilla-La Mancha.

Otros de los retos planteados son reimpulsar el estado de bienestar, implementar medidas que reduzcan la hiperflexibilidad laboral, poner en marcha políticas frente a la exclusión residencial, acabar con la brecha digital o garantizar un sistema sanitario público de calidad, teniendo en cuenta que las familias en las que alguien sufre un trastorno de salud mental han aumentado un 40%, pasando del 8% en 2018 al 11% en 2021.

Ante todos estos datos, la presidenta de Cáritas Castilla-La Mancha, Mónica Moreno , considera «urgente crear alianzas y trabajar juntos para crear un mundo diferente en el que todos tengamos cabida». En este sentido, indica que el informe de Foessa es una herramienta muy útil para mejorar su trabajo para atender a las personas desfavorecidas. «Donde no llegan las administraciones públicas, llega Cáritas», ha manifestado orgullosa de la labor que realizan los trabajadores y voluntarios de la entidad.

Por su parte, el provicario general de la Archidiócesis de Toledo, Raúl Muelas , que también ha estado presente en la presentación del informe, ha alabado la «respuesta inmediata», frente a la crisis del coronavirus, de la Iglesia a través de Cáritas. Para ello, ha querido acabar con el discurso en la ONU del Papa Francisco : «La exclusión económica y social es una negación de la humanidad».

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