José Francisco Roldán Pastor

Huellas anónimas sin mirar

Las impresiones dactilares que se toman a los propuestos para sanción en las comisarías de Policía, porque no están identificados aún, no se cotejan con el banco de datos de huellas anónimas recogidas en un escenario del crimen

A los detenidos en comisarías de Policía se les recoge sus impresiones dactilares y se incorporan al banco de datos. Cuando se cotejan con el banco de datos, muchas veces aparecen sus otras detenciones, identidades usadas y si esas huellas coinciden con las que se recogieron en distintos escenarios del delito. Se averigua también si está pendiente de detención por cualquier autoridad.

En los últimos tiempos, al reseñar nuevos detenidos por violencia sobre la mujer, en ese cotejo con las huellas anónimas suelen encontrarse implicados en delitos, porque sus dedos dejaron presencia: robo en vehículo, robo en comercio, etc… Se entiende, por tanto, que las impresiones dactilares de un detenido se cotejan con el archivo de huellas anónimas, con las consecuencias que pudieran acarrearle.

Por otro lado, cuando una persona debe ser identificada para imponerle una sanción administrativa, la Policía recoge sus impresiones dactilares para comprobar si ha sido detenida antes o si existe alguna búsqueda pendiente, en cuyo supuesto se procederá.

Parece lo mismo en ambos casos: se toma sus huellas para cotejar. Pero hay dos archivos para cotejar. Cuando se trata de identificar para sanción administrativa, no se cotejan sus dedos en el archivo donde existen miles de huellas anónimas pendientes de identificar, recogidas en infinidad de escenarios del delito.

A pesar de recogerle sus huellas, una persona que ha sido identificada en la comisaría para proponerle sanción, por consumir droga en un lugar público o portar un arma blanca prohibida, se marchará sin que la Policía compruebe si estuvo en el lugar de un delito, por muy grave que fuere, como pudiera ser un atentado terrorista.

Quede claro, por tanto: un asesino que no es detenido pero sí sancionado por infracción administrativa, y que ha sido reseñado para identificar en una comisaría, se marchará sin problemas. Nadie cotejará sus dedos con las huellas que se recogieron en el lugar del crimen.

No lo entenderé jamás. Y, si hay algún inconveniente reglamentario que no conozco, debería legislarse para cambiarlo.

Comisario jubilado del Cuerpo Nacional de Policía

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