Guadalajara
Tamajón regresa al Cretácico Superior para enseñar los tesoros que esconde
La paleontología y la arqueología se funden en este nuevo centro de interpretación, un reclamo turístico y cultural para los municipios de la España vacía
La localidad guadalajareña de Tamajón (150 habitantes) puede presumir del rico patrimonmio paleontológico y arqueológico que alberga en su nucleo urbano. Y lo hará a través del Centro de Interpretación Paleontológica de Tamajón (CIPAT) , un espacio expositivo en el que los visitantes podrán retroceder unos 95-93 millones de años , cuando en la tierra había un mar más alto, un clima tropical y cálido que permitió la llegada de grandes especies.
Muchas de las piezas expuestas en el CIPAT pertenecen al periodo del Cretácico superior y tienen una antigüedad de entre 95-93 millones de años , muchos de los cuales han sido recogidos en la zona de Tamajón (Guadalajara), que estuvo cubierta entonces por las aguas, asegura el geólogo de la Universidad de Alcalá de Henares, Fernando Barroso, uno de los coordinadores que han trabajo en este proyecto, bajo la supervisión científica del profesor Manuel Segura. También ha colaborado un equipo multidisciplinar de la UAH y de otras instituciones, como la Universidad Complutense de Madrid, en coordinación con el Ayuntamiento de Tamajón y el apoyo de la Junta de Comunidades.
El edificio se encuentra situado junto a la entrada sur del núcleo urbano de Tamajón, en un entorno atractivo, junto a campos de cereal y vegetación natural, y dispone de espléndidas panorámicas de las montañas próximas, incluido el Ocejón. Resulta visible desde la carretera que une el municipio con Humanes y, desde allí, a través de distintas vías de comunicación, con Guadalajara y Madrid.
Fernando Barroso recuerda —en una entrevista con ABC— que fue el propio profesor Manuel Segura el primero en iniciar las investigaciones en los años 80. Manuel Segura se basó en el Cretácico Superior para continuar con los hallazgos y observaciones en la provincia. Su tesis doctoral sobre «Estratigrafía y Paleogeografía del Cretácico en la Cordillera Ibérica, provincia de Guadalajara», recoge también las huellas encontradas, alguna de las cuales corresponde a un cocodrilomorfo, aunque no se puede descartar a los dinosaurios, repite el geólogo.
Reconoce que donde se encontraron estas marcas podrían corresponder a un canal arenoso que estaría muy cerca del océano. «Parece como un canal de desagüe, muy similar a una marisma actual. Por esa zona pasaban los cocodrilomorfos y los dinosaurios. Tenemos huellas de un carnívoro de dos patas », explica Fernando Barroso, que reconoce que tuvieron que pedir financiación al Ayuntamiento de Tamajón y a la Diputación Provincial de Guadalajara para continuar con la investigación y avanzar en el proyecto. Actualmente, una parte de este canal ha sido cubierto para que en el futuro se pueda continuar con la investigación.
El material localizado sirvió para que los investigadores y el consistorio se plantearan abrir un centro de interpretación, en el que se ha reunido todas las piezas y restos hallados en este tiempo. Además, el museo debe servir de motor de desarrollo, sobre todo, en zonas tan afectadas por la despoblación como es la Sierra Norte de Guadalajara, asegura el investigador.
Espacios diferentes
Fernando Barroso explica que el centro albergará áreas diferenciadas. Su diseño propone un recorrido antihorario que, siguiendo un discurso expositivo ameno y sencillo, comenzará en el Área Paleontológica, que es la más antigua.
A través del área Paleontológica se explora la diversidad de la vida costera y marina que habitó la región de Tamajón en el Cretácico Superior. Como pieza destacada, cuenta con un modelo, a escala real, sobre superficie tematizada, de uno de los posibles cocodrilomorfos que generaron las icnitas (huellas fósiles) que ha suscitado el interés de diversas instituciones, como la National Geographic Society.
Asimismo, se exhiben los fósiles originales y réplicas de huellas de vertebrados, plantas e invertebrados, incluyendo corales, braquiópodos, moluscos bivalvos, gasterópodos y cefalópodos y equinodermos, y algunos restos de peces y reptiles marinos. Buena parte de estos fondos fueron cedidos por el Museo Paleontológico de Castilla-La Mancha.
La segunda área expositiva del museo es la arqueológica, que alberga la historia de la piedra de Tamajón, una piedra caliza, dolomítica que se ha utilizado desde hace siglos como material constructivo. Es una roca que se puede trabajar muy bien y que tiene un tono crema dorado, que se ha utilizado en muchos edificios como el Palacio del Infantado y la Concatedral de Guadalajara.
El visitante podrá realizar un recorrido por Tamajón, basado en ella, y también se recordará alguno de los edificios o monumentos construidos con este material. Se completa con fotografías y paneles y se exhiben herramientas originales que se usaron para trabajar esta roca.
Finalmente, la parte didáctica, la que los responsables del proyecto han querido destacar. En el centro del centro de interpretación han instalado unas mesas para que los niños y los alumnos que lo visiten puedan desarrollar una serie de actividades didácticas con apoyo de estudiantes predoctorales de la Escuela de Magisterio de la Universidad de Alcalá para dar a conocer el propio centro.
«Es importante que los niños conozcan el patrimonio cultural, natural que un municipio tan pequeño puede albergar», señala el geólogo, que insiste en que las nuevas generaciones deben ver y descubrir cómo se trabaja en las diferentes áreas que hemos incluido en el centro