Cuenca
Isidoro Gómez Cavero: «Mi ego no pasa por ser alcalde, mi ego va para que Cuenca avance»
El presidente de «Cuenca Nos Une» quiere lograr que su ciudad progrese. Tras abandonar el equipo local se muestra critico con algunas decisiones
Isidoro Gómez Cavero es concejal por Cuenca nos Une , la agrupación de electores que lideró en las pasadas elecciones municipales y que aupó a la alcaldía de Cuenca al socialista Darío Dolz , merced a un acuerdo que se tiene que ir revisando cada año. Entró al ayuntamiento, siendo la segunda fuerza política más votada en 2019 para encargarse del área de empresas. Tras estos dos años en el consistorio, Isidoro y su grupo sorprendieron, el pasado 25 de junio, cuando anunciaron su salida del consistorio.
Médico de profesión, empresario a la fuerza y director del equipo de balonmano Liberbank Cuenca, en esta entrevista con ABC habla con la libertad que le ofrece ser un «verso libre de la política» de lo que ha ocurrido durante este tiempo, en lo que ha aprendido a fuerza de vivirlo, que él no es «un político al uso» y que se presentó a los comicios para que Cuenca, la ciudad donde nació y ha vivido, «pudiera avanzar y no siguiera siendo la gran olvidada en infraestructuras y servicios de esta comunidad autónoma».
Isidoro —hombre afable y cordial— reconoce que está más cómodo fuera del equipo de gobierno municipal porque «puedes dar tu opinión de una forma más libre». Insiste en que la decisión se adoptó por una cuestión de «plazos» en el avance de proyectos para la ciudad —explica el líder de CNU—, que reitera su voluntad de seguir apoyando al gobierno de Darío Dolz pero, «de otra forma, para que cumplan con lo acordado» con mayor agilidad. De lo contrario, advierte, «tomaremos decisiones que quizá no agraden a todos».
En primer lugar, ¿quién es Isidoro Gómez Cavero?
Soy conquense de pura cepa. He vivido toda mi vida en la ciudad. Y bueno, cuando acabé el COU me fui a Valencia a estudiar. Hice medicina y con 23 años ya estaba ejerciendo mi profesión en Cuenca. Luego viaje a Brasil y a Paraguay a hacer cirugía plástica, pero por circunstancias personales, tuve que regresar. En el principio de mi carrera, profesionalmente hablando empecé trabajando en casi todo como médico. Tanto en la sanidad pública como en la privada. Construí la Alameda (el actual Hospital de Recoletas), en la que me basé en una idea que tuve y que también traje de Estados Unidos. Y a partir de ahí, construimos un hospital, un policlínico y una residencia geriátrica en aquel momento... Me considero una persona que se lanza a hacer muchas cosas y que le pone mucho empeño e ilusión a mi trabajo. Actualmente en mi consulta, tengo casi cuarenta mil pacientes.
Hasta que decide entrar en política con Cuenca nos Une, que fue la segunda fuerza más votada en las pasadas elecciones municipales. ¿A qué atribuye este apoyo si era una formación nueva?
Somos un equipo de personas con ideas propias y con diferentes opiniones. Conseguimos seis concejales, los mismos que el PP, pero hemos demostrado en este tiempo ser un grupo que también puede apoyar mociones del Partido Popular y de Ciudadanos. A mí no me gustan estas cosas. Lo que queremos es que se cumplan los compromisos firmados. Si tomamos medidas distintas es porque no están cumpliendo. La gente no entiende porque no nos hemos juntado con PP y Ciudadanos para tener mayoría. Pero yo no me presenté para ser alcalde. Me presenté para que se cumplan con los proyectos. Mi ego no va por ahí. Mi ego va para que Cuenca consiga infraestructuras que le ayuden a avanzar. Sí tengo que tomar esta decisión un día (hace una pausa), sería como un fracaso porque no se está cumpliendo con lo pactado. Yo no soy político y creo que la política debe ser otra cosa...
Cuenca, la menos favorecida
¿ Por qué se tomó la decisión de salir del equipo de Gobierno?
La decisión por la que salimos fue por lo que he afirmado siempre. No soy un político y lo único que pretendo, en la medida de lo posible, es aprovechar que Cuenca, que ha sido una de las capitales de provincia en la que menos se ha invertido y que cuenta con menos infraestructuras, la menos favorecida y la que más ha bajado de toda la región en estos últimos años, exigir a la Junta de Comunidades desde nuestra posición política que se esfuerce más. Luego, si se van cumpliendo con los compromisos o no, será lo que nos lleve a tomar nuevas decisiones.
Afirma que decidieron entrar en el consistorio, ¿pero que les motivó realmente a tomar la decisión de dejar el consistorio?
Decidimos entrar para tener la concejalía de Promoción Empresarial y Empleo, Innovación y Nuevas Tecnologías porque queríamos controlar la llegada de empresas a Cuenca. Estaba ocupada por César Sánchez, quien fue nombrado vicerrector del campus de Cuenca para encargarse de coordinar la llegada del Centro de Estudios Penitenciarios, un proyecto que contó con nuestra colaboración para que fuera posible. A partir de diciembre, esta concejalía fue ocupada por el alcalde de Cuenca y nunca habló con nosotros para devolverla a Cuenca Nos Une. Y así seguimos, sin tener representación y lo único que nos pusieron como compromiso para volver a hablar de esa área, era que debíamos firmar los presupuestos municipales. No pusimos ninguna pega para que el ejercicio fuera bien, que era lo que habíamos pactado con el presidente regional, Emiliano García-Page. Luego, no cumplieron y decidimos salir del ayuntamiento. Les vamos a seguir apoyando, pero ellos (PSOE) debían estar incómodos con nosotros. Pero vamos a estar vigilantes para que los plazos de los proyectos se vayan cumpliendo porque los compromisos están escritos y se deben cumplir.
Entonces, ¿es una decisión firme e irrevocable?
Es una decisión firme. La forma de gobernar en el ayuntamiento es distinto a la Junta y a la diputación provincial, con los que no tenemos ningún problema. En el consistorio es mucho más complicado. Entendemos que ellos se sienten más incómodos con nosotros. Nuestro grupo tiene acuerdos con la Junta y tendremos que reunirnos con el presidente regional en diciembre y ver cómo van esos proyectos. Les ayudaremos, pero tendrán que decirnos que necesitan de nuestro apoyo. Y daremos ese respaldo, mientras las cosas se cumplan. Es que ha sido una cosa tonta por parte del equipo de Gobierno municipal. Lo único que tenían que haber hecho era reorganizarse y devolvernos la concejalía. Eso es todo lo que ha pasado. No hay nada más.
El pacto con García-Page
En diferentes momentos de la entrevista habla de los acuerdos que tiene firmados con el presidente de Castilla, ¿cuáles son?
Como he mencionado anteriormente tengo una reunión pendiente con el presidente Emiliano García-Page para ver si están avanzando esos proyectos. De momento, el hospital va bien, el acceso al hospital está avanzando, las escaleras, el palacio de Congresos, también lleva buen ritmo. Si todo avanza y va hacia adelante, no hay ningún problema. Lo que no podemos es esperar años para que se haga realidad un proyecto. Repito que todo marcha dentro de los plazos establecidos.
¿Qué proyecto quiere que sea el primero que salga adelante?
Hay varios asuntos pendientes. El tema del hospital, que va por buen camino. La subida al casco histórico, que se están haciendo los trámites pero en el que el ayuntamiento tiene que agilizar y favorecer que se cumplan los plazos establecidos. Este proyecto tenemos que abordarlo a primeros de año. Creo que estamos siendo razonables en las exigencias y si vemos que se está cumpliendo todo, pues no tenemos nada más que decir.
¿Cree que todos los proyectos que se van a desarrollar en Cuenca están presupuestados?
Debo aclarar que muchas de las cantidades para que salgan adelante estos proyectos no son del ayuntamiento. Hay presupuestos que son de la Junta y que deben invertirse en las infraestructuras que hemos pactado con el presidente regional para que sean realidad. El dinero que más me vale y que llegará a Cuenca es el que la Junta lleva en sus cuentas anuales. Le pongo un ejemplo, el Centro de Estudios Penitenciarios ya tiene presupuesto. Eso ya está hecho. Y no voy a salir en los medios para anunciar esta cuestión. Dije que nosotros, Cuenca Nos Une (CNU), no salimos en prensa, no tenemos redes sociales y, mucho menos, nos ponemos medallas. Pero para que el centro funcione tuvimos que poner a un vicerrector y hemos participado en muchas decisiones. Yo para salir y decir que bueno soy, pues para eso no quiero salir en prensa. Lo que me interesa son los presupuestos de la Junta que son los que deben potenciar el desarrollo de Cuenca.
Entonces, ¿puede afirmar que existe un plan para Cuenca?
Sí. Estamos comprobando que algunos proyectos están saliendo adelante, aunque para mí el proyecto más importante es la autovía A-42 y sabemos que eso no va en los presupuestos de Castilla-La Mancha. Queremos que salga adelante, sino Cuenca seguirá como está. Con un ramal que llega hasta aquí y no sigue. Hay que invertir en infraestructuras para que las grandes empresas se instalen en nuestra ciudad. Esto es importantísimo. Es la autovía que sale de Madrid, llega a Tarancón y se acaba en Cuenca. Para comunicarnos con Valencia tenemos que ir por Minglanilla, y lo que queremos es tener un acceso directo con Valencia. Todas las provincias de Castilla-La Mancha están comunicadas por autovía, menos Cuenca. No tenemos porque seguir aislados porque las empresas se van a quedar en las localidades por las que pasa esta autovía. Y esto ocurre porque no hay infraestructuras suficientes.
¿Qué habría que hacer para que al terminar la legislatura los proyectos estén acabados?
El ayuntamiento está haciendo cosas pero son los trámites burocráticos y el tiempo que necesitamos para poner un ladrillo provoca que la gente desista. No entiendo que esto ocurra en una ciudad que está en urgencias y que necesita avanzar. Tendremos que ser más ágiles. Creo que la gente calcula los plazos de otra manera y lo que queremos es que se haga más rápido. Si tenemos un erial y ponemos pegas, pues tú me dirás qué plan vamos a llevar.