Los comuneros, a la espera de celebrar su V centenario en Castilla-La Mancha

PCAS-TC celebró este sábado un acto online en el que se insistió en una estatua para María Pacheco en Toledo

Estatua de Juan de Padilla en la plaza que lleva su nombre en Toledo H. Fraile
Mariano Cebrián

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Como todos los años, desde 1989, el primer fin de semana de febrero, coincidiendo con la huida de María Pacheco , durante el día de San Blas (3 de febrero), de Toledo, la ciudad se convierte en el escenario de la fiesta conmemorativa del final de la Guerra de las Comunidades , en 1522. Pero, este año, cuando el 23 de abril se cumplirá el V centenario de la batalla de Villalar (1521), la celebración se ve truncada, no precisamente por un ejército imperial, sino por culpa de un enemigo más intangible, como es el coronavirus.

De este modo, ante la falta de actos públicos, los nostálgicos del movimiento comunero se tienen que conformar este año con celebrarlo cada uno desde sus casas. El Partido Castellano-Tierra Comunera (PCAS-TC), encargado de organizar la conmemoración, celebró su tradicional homenaje este sábado y, por primera vez, en su trigésima tercera edición, los actos fueron virtuales a través del canal de Youtube castellanista debido a las restricciones que impone la pandemia.

Los castellanistas elaboraron un programa que combinó las reclamaciones políticas con música, feminismo, cultura o historia, así como un recuerdo a los afectados por el Covid-19 y a los profesionales que luchan contra el virus. Sin embargo, la celebración viene acompañada, como en ocasiones anteriores, de críticas a la falta de implicación de las administraciones en la conmemoración de un hecho tan trascendental para la historia de España, como es la Guerra de las Comunidades, y más este año, cuando se cumplen 500 años.

«El silencio total y absoluto por parte de las administraciones locales o autonómicas en un aniversario que sería celebración por todo lo alto en cualquier otro lugar europeo, no es sino un aliciente más para que desde el PCAS-TC no desfallezcamos en la celebración y la reivindicación de la primera revolución moderna de la historia, que se adelanta más de 200 años a la Revolución Francesa y que supone un hito histórico en Castilla, en España y en Europa», afirmó Pedro Manuel Soriano , presidente del partido castellanista.

«Emiliano García-Page, el presidente de la Junta de Comunidades (cuyo nombre proviene del movimiento comunero), prometió siendo aún alcalde de la ciudad de Toledo que celebraría estos 500 años. La actual alcaldesa -Milagros Tolón- se comprometió a recordar estas fechas históricas para la ciudad o a tener instalada una estatua a María Pacheco antes de 2019. Del mismo modo, las Cortes de Castilla-La Mancha firmaron un protocolo de actuación junto con las Cortes de Castilla y León y la Asamblea de Madrid para celebrar conjuntamente estos hechos históricos. Pero, lo cierto, es que a día de hoy nada de esto se ha cumplido y no existe calendario ni visos de ninguna celebración oficial», recordó Soriano.

«Doña María Pacheco de Padilla, después de Villalar», obra de Vicente Borrás y Mompó Museo Nacional del Prado

En esta ocasión, como viene siendo habitual en los últimos años, los castellanistas incidieron en la reclamación de homenajear a María Pacheco con una estatua en su honor, que desde PCAS-TC se lleva solicitando hace más de treinta años. Por este motivo, continuarán recordando al Ayuntamiento de Toledo que cumpla sus palabras del mes de marzo de 2015, durante la inauguración de la estatua de Juan de Padilla , cuando prometió que se haría justicia a María Pacheco y que «Toledo rendirá homenaje a su figura como personaje importante en la historia de Castilla y de la capital regional». En opinión del presidente castellanista, «más allá de una aprobación en pleno municipal de la instalación de esta estatua, ninguna noticia se ha tenido en estos seis años sobre el proyecto o la ubicación de la misma».

Desde el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Toledo recuerdan a ABC, en respuesta a las críticas, la decisión que tomó el pleno municipal el pasado 22 de octubre, en el que se aprobó el inicio de los trámites para que la ciudad sume una nueva estatua dedicada a María Pacheco, conocida como la Leona de Castilla, mujer que, como defendió el Grupo Municipal Socialista, autor de la iniciativa, «luchó contra la injusticia, por la igualdad y por la libertad». La instalación de esta escultura, según informan desde el consistorio toledano, se enmarcará en una serie de actos conmemorativos impulsados «con el fin de resaltar la importancia de su figura y su transcendencia en la historia de Toledo y de España, a la par que se reivindica el papel de las mujeres en la historia».

Toledo, el alfa y el omega

Y es que esta mujer tenaz, viuda ya de Juan de Padilla, que fue ajusticiado tras la derrota comunera en la batalla de Villalar (23 de abril de 1521), mantuvo viva la llama de la rebelión comunera en Toledo, siendo la única ciudad que continuó la resistencia contra las tropas del emperador Carlos V . Rendida finalmente, tras nueve meses de lucha, en la llamada Concordia de La Sisla del 25 de octubre de ese mismo año, María Pacheco volvió a sublevarse y, vencida de nuevo, tuvo que marchar en una azarosa huida a Portugal, donde falleció sin el perdón del rey en Oporto.

A este recuerdo a las Comunidades y a María Pacheco tienen intención de sumarse tanto el Gobierno autonómico como las Cortes de Castilla-La Mancha , que cuentan a ABC que siguen trabajando en una programación para difundir la memoria comunera vinculada a la región. En principio, los actos que vayan a desarrollarse tendrán lugar entre abril de este año y febrero de 2022, cuando se celebrarán los 500 años de la revuelta comunera en Toledo, ciudad que fue el alfa y el omega de la Guerra de las Comunidades.

Para recordar el espíritu de los comuneros, a finales del pasado año, se celebró un foro virtual a iniciativa de las Cortes de Castilla y León, en el que participaron los presidentes de los parlamentos de Madrid y Castilla-La Mancha, además de historiadores y profesores. Allí el presidente de las Cortes de Castilla-La Mancha, Pablo Bellido, quiso reivindicar «la importancia de mujeres borradas de la historia» como María Pacheco, Luisa Medrano (de la familia de Bravo) o la propia Juana I de Castilla (madre de Carlos V), a la que recurrieron los comuneros en su enfrentamiento contra su hijo. Las tres están muy vinculadas precisamente a la región.

Lo que sí es seguro es que este año la estatua de Juan de Padilla, ubicada en la misma plaza que lleva su nombre en Toledo, se quedará más sola que nunca durante la celebración del V centenario de los hechos que segaron su vida y que acabaron con el sueño de las Comunidades. Mientras tanto, impasible, sigue mirando al frente a la espera de tiempos mejores y de que, por fin, la ciudad pueda contar con una estatua que reconozca a su mujer, María Pacheco, la verdadera líder del movimiento comunero toledano.

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