Cocineros y hosteleros se tomaron las uvas ante la catedral de Albacete
Reivindican que su sector es seguro y piden un diálogo sincero a la Junta para consensuar las medidas
Medio centenar de cocineros y hosteleros se comieron las uvas ante la catedral de Albacete para reivindicar la seguridad en sus sectores ante las medidas que las administraciones públicas han tomado para controlar la pandemia ocasionada por el coronavirus.
Convocados por la Asociación de cocineros de Castilla-La Mancha, Eurotoques Castilla-La Mancha y la Selección Española de Cocina Profesional, el motivo de la protesta fue hacer visible la complicada situación que atraviesa la restauración en la ciudad tras la aplicación de medidas de nivel 3 (las más restrictivas) desde el pasado 22 de diciembre «sin contar con los establecimientos de restauración afectados».
Los asistentes leyeron un manifiesto en el que explican que los restaurantes viven momentos complicados y han adaptado sus establecimientos a las nuevas normas, adecuando su trabajo a la situación de emergencia sanitaria. «El interior de los restaurantes cumple con la normativa sanitaria que se nos exige y los clientes pueden estar tranquilos y seguros en los restaurantes», aseguran.
«A los restaurantes se les obliga a permanecer cerrados, porque la mayoría de ellos no tienen terraza debido al servicio de restauración que prestan», exponen, y añaden que «el cierre no solo afecta al restaurante, sino que hay muchos agentes implicados, como pequeños agricultores, ganaderos, bodegueros, que no tienen otra manera de sacar sus productos».
Ante esta situación, afirman que huyen de la protesta y algarada y quieren un diálogo «sincero» para buscar puntos de trabajo en común, por lo que proponen crear un grupo de trabajo en el que participen la Junta de Castilla-La Mancha y los diferentes sectores dentro de la familia de la hostelería.
También piden consensuar con el sector qué medidas son las mas eficaces tanto a nivel sanitario como económico para la ciudad, además de exigir conocer cualquier información con suficiente antelación para poder adecuar plantillas, proveedores, clientes y ocasionar el menor perjuicio para todos, sobre todo los trabajadores. Eso sí, dejan claro que se oponen al cierre del interior de los restaurantes que cumplan con la normativa vigente y solicitan «dureza» con los establecimientos que no la cumplan.
A lo que sí están abiertos es a explorar vías alternativas, como adelantar el horario de cierre a las 18:00 horas , por ejemplo, para evitar el movimiento social; o hacer turnos de apertura y cierre donde solo se abra al publico por el tiempo indispensable para el servicio de restauración, por ejemplo de 13:30 a 16:00 y de 20:30 a 23:00.
Por último, proponen ayudas directas (atendiendo a la facturación o a la compra de mercancías perecederas en periodos similares) a quienes debido al cierre no puedan ejercer su trabajo.
Noticias relacionadas
